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«Hemos superado el despotismo ilustrado de la innovación»

Juan F. Calero

Una mesa redonda protagonizada por CDTI, EOI, Fedit y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, clausura el programa de la II edición de meetechSpain

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Los principales agentes encargados de hacer que la ciencia y la innovación avancen se dieron cita la semana pasada en meetechSpain para intercambiar buenas prácticas y debatir en torno a las posibles mejoras en el sistema español de I+D+i . Durante el encuentro, organizado por la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit), Teresa Riesgo, secretaria General de Innovación, explicaba algunas medidas puestas en marcha por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades para favorecer la innovación “desde lo público y en lo público”.

Además de potenciar la compra pública innovadora, Riesgo aludía a la voluntad de la Comisión Interministerial para que la innovación adquiera una nueva relevancia en los procesos de contratación pública (un 20 % del PIB nacional). En lo que respecta a los centros tecnológicos, la responsable pública ponía en valor las Ayudas Cervera, gracias a las que los centros afianzarán la colaboración entre ellos, favoreciendo la cohesión territorial. “Es un programa que ha venido para quedarse”, apuntaba Riesgo.

El Consejo Europeo de los pasados 17 y 18 de abril, puso sobre la mesa la necesidad de un nuevo pacto para la competitividad europea, fundamentado en un mercado único plenamente integrado. Parte de las tareas por delante para conseguir una economía más fuerte, que haga frente a EEUU o China,  han sido expuestas por Enrico Letta en su informe de alto nivel “Much More Than A Market”. A este documento se refería Elisa Rivera, directora General de Planificación, Coordinación y Transferencia de Conocimiento. “Letta sugiere un espacio único de investigación, innovación, conocimiento, digitalización y datos”.

Disrupción y colaboración

Rivera añadía una serie de sectores claves a los que mirar de frente: energía, espacio, semiconductores, salud… “El reto principal consiste en la valorización del conocimiento; transformarlo en retorno a la sociedad y al tejido productivo”. En este punto, el ministerio cuenta con una herramienta trasversal: el Plan de Transferencia y Colaboración.

El plan conectará también con la estrategia Deep Tech anunciada por el Gobierno de España. “Estas empresas tecnológicas en la’ frontera’ exigen el acompañamiento del Estado, ya que son disruptivas, del alto riesgo, y por tanto exigen un capital muy paciente”.

Otra de las voluntades del actual Ejecutivo es que la innovación juegue a favor de la vertebración del territorio, por ello, según Elisa Rivera, actuarán más cerca de las Comunidades Autónomas a través de diferentes iniciativas, empezando por reuniones periódicas. Aquí cobran especial sentido los Planes Complementarios, cocreados junto a las CCAA en torno a retos específicos. “Nos ayudan a detectar qué funciona y qué no mediante distintos indicadores de impacto”. Otro proyecto en una línea similar son los binomios Universidad-Ciudad. “Academia, centros tecnológicos y centros de investigación se asocian a las ciudades a fin de resolver desafíos locales”.

“Hemos de mostrarle a la ciudadanía el impacto de lo que hacemos”

Desde una óptica positiva, pero realista respecto a lo “mucho que aún queda por hacer”, José Moisés Martín, director General de CDTI desde el pasado mes de enero, desentrañaba las razones por las que, a su juicio, España no ocupa el lugar que le corresponde entre los países más innovadores. “No podemos darnos por satisfechos”. Entre los problemas vigentes de la I+D española, Martín citaba el escaso número de empresas innovadoras en el país, la falta de calado de la importancia de la innovación en los puestos de decisión empresarial y una forma de hacer innovación demasiado individualista.

En el lado positivo, Martín celebra que el país esté inmerso en un cambio cultural que entiende la innovación no como una parte más de la estrategia de progreso, sino como pieza irrenunciable. A sintonizar con esta transición ayuda cierto consenso político alrededor de la I+D+i. En términos instrumentales, el CDTI maneja capital, subvenciones, compra pública innovadora… La entidad pública se esfuerza para que todo lo que ofrece cumpla ciertos requisitos: inclusividad (sin barreras en el acceso a las ayudas), previsibilidad (informando con la antelación suficiente de las convocatorias y sus temáticas) y flexibilidad (con la eliminación de criterios que no sean imprescindibles).

“A los instrumentos les han de acompañar las alianzas. El CDTI no puede intervenir sin entender que es un nodo más dentro de un ecosistema innovador”. José Moisés Martín considera que CCAA, centros tecnológicos, empresas, consultores o parques científicos son elementos esenciales para entender “dónde nos movemos y colaborar”. Y añadía: “hemos superado el despotismo ilustrado de la innovación. Si queremos cumplir los objetivos marcados, la ciudadanía debe presionar a los políticos, pero para que ejerzan esa presión, hemos de mostrarles resultados que impacten en su vida diaria y en los mercados”.

“La innovación no es opcional”

La formación de calidad tiene su cuota de responsabilidad en esta profunda transformación. José Bayón, director general de la Escuela de Organización Industrial (EOI), invitaba a utilizar el talento existente a favor de la ciencia, la innovación y el progreso. “Cuando llega una revolución tecnológica, el talento se hace más necesario que nunca”.

La escuela trabaja para cerrar la brecha de talento, promoviendo la formación STEAM en todo el país y contribuyendo a que la cultura del emprendimiento y la innovación lleguen a la universidad y a los centros de FP, así como a  etapas educativas cada vez más tempranas.

Un momento de la mesa redonda, celebrada en meetechSpain. Imagen: meetechSpain.

En la EOI creen firmemente en aunar conocimiento y actividad productiva. “Y las empresas, a su vez, deben entender que el conocimiento es un activo a veces complicado de medir, con un retorno a medio-largo plazo, pero sin el que es imposible sobrevivir en el tiempo. Lo primero que le contamos a los gerentes en nuestros programas es que la innovación no es una cuestión opcional”.

Los programas de la escuela –“ya hablemos de almacenamiento energético, renovables o digitalización”- tienen en la innovación un elemento central: la innovación “para que los intangibles se conviertan en tangibles”. Para Bayón, es una buena noticia que la innovación sea entendida ahora como un asunto económico. La filosofía de la EOI, “también por nuestra capilaridad”, enlaza con la de los centros tecnológicos. “La ciencia y la innovación, materializadas en la industria, contribuyen a mejorar el tejido productivo y al desarrollo territorial”.

Al lado de la empresa

Son los propios centros tecnológicos los que cierran el círculo. Aceleradores de la innovación, completan con agilidad la transferencia de conocimiento a la velocidad exigida por las empresas, su principal cliente. “Generamos conocimiento (aunque no es nuestro objetivo principal), lo transferimos, lo valorizamos y lo llevamos a la industria para que sea más competitiva. Los centros somos una herramienta para llegar al mercado”. Laura Olcina, presidenta de Fedit, señalaba que, como entidades privadas, los centros tecnológicos están acostumbrados a medir toda su actividad. “Ayudamos a que el país sea más próspero y sostenible”.

Olcina ofrecía algunos datos. Fedit está integrada por 52 centros tecnológicos que dan empleo a 9.500 profesionales (más de 1.500 son doctores y doctoras), han trabajado para más de 26.000 empresas en más de 6.500 proyectos de I+D+I y han obtenido más de 750 millones de euros de ingresos. “Estamos presentes en 15 de las 17 comunidades autónomas. Fomentamos la cohesión territorial y la diversidad sectorial de cada región, dando respuesta a necesidades concretas de cada área de actividad”.