Todos sabemos que las aplicaciones para niños son elegidas por los padres. Bajo esta premisa nacióMeikme, un proyecto que idea aplicaciones para niños de entre 3 y 7 años que se basan en las historias que han influenciado y emocionado a los adultos. Así, basándose en el cine, la música, el diseño, la literatura o la danza, trasladan aquellos sentimientos más artísticos a un lenguaje infantil.
Su trabajo consta de dos aplicaciones: El viaje de Alvin y ABCine. El primero es un cuento interactivo; hasta aquí, nada fuera de lo común. El caso es que la "road-app" se basa en la película Una historia verdadera, de David Lynch, un referente del séptimo arte. Eso sí, adaptada perfectamente para los niños. ABCine es una herramienta educativa que permite que los más pequeños aprendan el abecedario de forma amena y divertida. Lo que pasa es que sus imágenes son el gato de Don Vito Corleone en El Padrino, o el baile deUma Thurman y John Travolta en Pulp Fiction. Cómo no, "trasladar las emociones de los adultos a los niños".
"Creemos que innovamos en el formato. Otras aplicaciones no utilizan el estilo cinematográfico que estamos usando nosotros. Incluso hemos creado un software de desarrollo propio que nos permitirá sacar más aplicaciones de una forma muy ágil en todas las plataformas", afirma Raúl Barroso, fundador y CEO de Meikme. "Sabemos que no es mainstream, que no va dirigido a todo el mundo, pero creemos que el que realmente disfruta la experiencia termina avalando el producto. Las críticas son muy positivas y se adquiere una gran experiencia compartida con tu hijo cuando le lees un cuento como el de El viaje de Alvin", asegura.
"Si el adulto es el que compra las aplicaciones, es al que hay que dirigirse". Por eso, según Barroso, no pueden pensar en si le va a gustar a un niño (exceptuando el tipo de lenguaje), sino que tienen que adaptarse a lo que a los adultos les interesa en ese momento, o a lo que creen que les vaya a gustar. "Teniendo la experiencia como padre, como es mi caso, vi que todas las aplicaciones tenían una calidad ínfima", confiesa. Así se le ocurrió la idea de fundar su compañía, teniendo un toque distintivo. Si lo hicieran como los demás, no habría innovado en nada, por eso en Meikme cuidan los detalles y calidad por encima de todo, como cuando se les ocurrió la idea de contar con un gran actor de doblaje para su cuento: Pepe Mediavilla, famoso por ser la voz de Gandalf o del actor Morgan Freeman, entre otros. "En su momento contamos con la voz inigualable de Pepe para dar calidad en todos los aspectos del cuento. Podíamos tener o una voz normal, o la de él, así que apostamos por la calidad. Creo que eso se nota en el producto, y al final se agradece", destaca Barroso.
Los detalles, la calidad, la innovación, son factores que permiten que unos productos se diferencien de otros, que superen a los demás. En Meikme apostaron por ello, y ahora ya piensan en nuevos proyectos, como seguir adaptando películas para cuentos infantiles o variar su posicionamiento hacia a otros tipos de aplicaciones. También quieren acercar el arte contemporáneo a los niños y enfocar la música desde otro punto de vista. Son muchas las ideas que vendrán o no, lo que es seguro es que en Meikme se seguirán preocupando de los más pequeños dirigiéndose a los más grandes, sin cambiar un ápice de su calidad y personalidad.