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El mensaje del Rey

Rey mensaje

“Y estoy seguro de que nadie desea una España paralizada o conformista, sino moderna y atractiva, que ilusione”, dijo el Rey Felipe VI en su discurso del pasado día 24. Naturalmente, también se refirió a la economía en general, a la educación y a la cultura y al cambio producido en los últimos 40 años transcurridos desde que en junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones generales de la democracia. Pues bien, no será posible si damos la espalda a la innovación que es el resultado, normalmente, de un trabajo planificado, la investigación y el desarrollo. Todo eso lo tenemos que hacer posible para tener el país que deseamos.

Valorar la innovación no es decir que nos parece muy bien; es apoyar la ciencia en numerosos aspectos, entre ellos destinar fondos públicos suficientes para apoyar la investigación y la ciencia, hacer de la educación un vehículo de la nueva cultura, dar facilidad a los emprendedores para que puedan poner en marcha proyectos que no sean frenados por la burocracia, aprender de los éxitos de otros, soportar los fracasos y sacar enseñanzas de los mismos, animar a las empresas a innovar y competir en otros mercados; es decir, premiar, al menos con el reconocimiento público, a aquellas personas que logran éxitos en estas materias.

Es verdad que España ha cambiado mucho, pero no debemos quedarnos en el éxito conseguido. Muchos de los problemas que tenemos en otras áreas provienen, ni más ni menos, que de esa paralización y conformismo a los que alude el Monarca. También citó el lastre que supone la temporalidad en los contratos de trabajo y eso se resuelve de varias maneras pero, sobre todo, con un sector industrial creciente, con un sector servicios que no esté sujeto a temporalidad que marca el turismo y, probablemente, con un sector de la construcción que no se resuma en la ganancia fácil y absorba los ahorros de las familias y los excedentes que deberían ir a parar a la inversión en empresas.

Queda mucho por hacer. Hay cosas que ya escribíamos hace 40 años y no se han arreglado como se debían de arreglar. Al final, casi todo está relacionado con temas ya dichos: que la ley se acerque a la justicia, la transparencia social, la fiscalización de las cuentas públicas, una educación cercana a los cambios que se van produciendo y que, además, son útiles para abordar el reto del mercado de trabajo. Todos esos cambios son innovaciones, que son lo que hacen a las sociedades modernas y atractivas.

Hay muchísimas cosas por hacer y hay montones de gente de todas las edades y formación que hacen todos los días el esfuerzo de mejorar su empresa, de lanzar nuevos proyectos, de poner en riesgo sus ahorros por sacar adelante la idea que ha tenido. En Innovaspain damos al año en el entorno de 10.000 informaciones que hablan de cambios, de proyectos, de investigaciones, de gente desconocida que ha puesto en marcha un proyecto, de empresas grandes, de pequeños proyectos y esa es una sociedad que debería ser más conocida y valorada, para que pueda convertirse en ejemplo. Esa España que quiere el Rey Felipe VI y casi todos, independientemente de la edad, sexo y condición social, la vivimos todos los días y siempre vemos que faltan cosas que cierren ese círculo virtuoso.

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