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“El actual sistema educativo español perpetúa individuos desmotivados”

Enseñar en base a capacidades y el desarrollo de habilidades es la base del método Montessori, que en Murcia aplica la British School fundada por Mercedes Gil
The Montessori British School Murcia basa su pedagogía en el desarrollo autónomo de las habilidades de sus alumnos y los prepara para la vida.
The Montessori British School Murcia basa su pedagogía en el desarrollo autónomo de las habilidades de sus alumnos y los prepara para la vida adulta.

Algo falla en el sistema educativo español. Y para Mercedes Gil, directora y fundadora de la Montessori British School Murcia, uno de los elementos más anclados son los docentes. “Es devastador. El sistema perpetúa individuos desmotivados que forman a otros individuos desmotivados. Sin interés por salirse de lo establecido, de la obediencia y del ‘esto siempre se ha hecho así”, opina.

Lo que ella llama la “cultura del funcionariado”. Estudiar para obtener una plaza para toda la vida “independiente del desempeño o los logros”. Bajo su punto de vista “la innovación, el riesgo, la iniciativa o la libertad” se castigan. Por ello, considera “fundamental” que se cambie el rol del docente: de sancionador a guía del alumno.

“Los educadores (como los llama Gil) deben servir a los alumnos, conociendo cómo aprende cada uno, qué le interesa, y darle lo que necesita en cada momento”. Pasar, en definitiva, de una mentalidad “industrial y estandarizadora” a una artesana: “cuidando con mimo cada diferencia. Y tratando a los alumnos como a personas y no como a productos”.

En otro extremo está el sistema británico, el que se imparte en su centro. Ofrece, según explica, “flexibilidad, opcionalidad y multitud de itinerarios” que permiten a los alumnos formarse “de forma independiente, seguros de sí mismos y responsables”. Todo en el marco de unos valores británicos tradicionales: respeto, honestidad, empatía y conciencia global. De ello se deriva que la motivación y la voluntad son más importantes, afirma Gil, que la capacidad para el aprendizaje.

Que cada estudiante tenga un itinerario personalizado “ahorra muchísimo tiempo”, asegura la directora de Montessori British School Murcia. Ese espacio que ganan lo dedican a investigar o aplicar los conocimientos de formas variadas. “La práctica del pensamiento crítico, la reflexión y el diálogo producen un cambio impresionante”.

Escuelas Montessori, ¿una burbuja?

Gil confiesa que ha escuchado en repetidas ocasiones esa frase, que para ella dista mucho de ser la realidad. “Lo que veo es que la burbuja es el sistema convencional, que no se parece realmente en nada a cómo funciona la sociedad. Hay que preparar a las personas para hacer frente a las dificultades y retos que afrontarán tanto en su vida personal como profesional”.

“Educación para la Vida”, resume acerca de lo que realmente ofrece el método Montessori. Esa pedagogía se ve reflejada en el contacto con materiales reales y la Naturaleza. En clases al aire libre, donde se cultivan plantas en el jardín botánico del centro. Con esta forma de enseñar un “aprendizaje significativo. Es decir, que adquiera un significado real y práctico para el niño”.

Atendiendo a las medidas sanitarias, los grupos se componen de máximo 10 alumnos. En el centro se combinan tres modalidades: presencial, online y residencial. A pesar de respetar la distancia social, Gil destaca que en la escuela se evita usar medidas como filas, hidrogel, mascarillas u otras. “Impiden percibir el lenguaje gestual y la expresión de emociones, y permiten un ambiente relajado y amistoso”. E insiste: se realiza respetando las distancias de seguridad y siempre y cuando estén al aire libre.

Este método, conocido por su diferenciación radical respecto a la educación tradicional, son en el caso de Montessori British School Murcia, “tremendamente eficientes” si se observa el tiempo invertido y los logros obtenidos con cada alumno.

“Todo lo que hacemos va orientado a maximizar las capacidades de autogestión de ellos, en todos los ámbitos –emocional, físico, intelectual y psicológico–. No queremos que el alumno tenga unos resultados académicos excelentes en una carrera que no le gusta, porque posiblemente no va a convertirse en su elección vital después”.

Mercedes Gil es la fundadora y directora de The Montessori British School Murcia.

“La autoeducación es el futuro”

Hasta los 6 años, los alumnos de la escuela reciben una educación presencial. Para Gil, la forma de aprender en el primer plano, hasta los 6 años, “es sensorial, táctil, absorbente, y necesita muchísimo movimiento”. Una vez superan ese umbral de edad, nada les impide para recibir las herramientas humanísticas y tecnológicas que permitan dar pasos hacia la autoeducación.

“Para mí, el futuro de la educación es la autoeducación y el desarrollo de todas las habilidades humanas para resolver los problemas que la tecnología por sí misma no podrá resolver”, reflexiona.

The Montessori British School Murcia consigue, en base a la experiencia que comparte Gil, maximizar la productividad. Fuera exámenes memorísticos, deberes y segregación de alumnos por edades. Cualquier niño matriculado en la escuela aspira a saber adaptarse a los cambios de una sociedad que avanza a la velocidad de la luz. La capacidad de adaptarse es la nueva alfabetización. Por eso, nosotros adaptamos el colegio a la sociedad”.

El alumnado actual, procede de 14 comunidades autónomas y cuenta, además, con 14 nacionalidades distintas. La mayoría vienen de países europeos. Se pueden acoger al programa Rocket: los  alumnos matriculados en sus colegios españoles o de otros países pueden simultanear para conseguir la Secundaria británica. Esto permite “incluso acelerar” la entrada a la Universidad, bien internacional, bien española tras una homologación.

El cuerpo docente se compone de nativos de habla inglesa. Casi todo del Reino Unido e Irlanda, pero también hay en plantilla estadounidenses o australianos. Tenemos también profesorado español bilingüe que tiene formación y cualificación británica o Montessori”, precisa Gil. Ellos aplican la pedagogía bajo un enfoque AMI (Association Montessori Internationale), añadiendo los elementos que se consideren necesarios.

De la banca internacional a la pedagogía innovadora

Gil se declara “una enamorada” de la pedagogía Montessori incluso antes de fundar la escuela. Antes de meterse de lleno en el mundo educativo (en el que comenzó sacándose el CAP para ser profesora de Secundaria), estuvo vinculada al mundo empresarial. En concreto, al de la banca internacional. Lo que llevó a la actual directora a crear este centro fue la falta de oferta que satisficiera sus expectativas, y las de sus hijos.  “Me topé con la realidad de las aulas. Comprendí que sólo desde la libertad responsable y la experiencia real, es posible educar”, expresa.

De ahí que naciera The Montessori British School Murcia. Un lugar donde “los alumnos no son esculturas, sino escultores”. Y como tal, concluye, “hay que darles herramientas y formarles, pero sobre todo permitirle crear, elegir, equivocarse, resolver problemas y tomar la iniciativa”.

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