El Metro de Madrid quiere cambiar su imagen en cuanto a desarrollo social. Para ello, junto con la colaboración de la institución Plena Inclusión de Madrid, han iniciado un programa que permitirá formar a 275 empleados de la línea 3 del Metro (comúnmente conocida como la amarilla) en materia de discapacidad intelectual y del desarrollo. El objetivo, a grandes rasgos, es adaptar la red de Metro a todo este colectivo para favorecer su inclusión social.
“Esta formación pretende mejorar la atención a personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, y aunque ahora comience solo en la línea 3, durante el resto del año se irán uniendo otros trabajadores de la red completa del suburbano”, explican. ¿Y por qué en la línea 3 antes que en otra? “Porque es la más accesible de toda la red, al contar no solo con medidas de accesibilidad que faciliten el desplazamiento a personas con discapacidad física, sino también con medidas que fomenten la accesibilidad cognitiva en las instalaciones”.
Este proyecto de inclusión social se dividirá en dos talleres. En primer lugar, habrá cuatro sesiones con una duración total de ocho horas divididas en dos jornadas. En estas clases participarán alrededor de 50 responsables y jefes de línea, de hecho, según Metro de Madrid, algunos ya han empezado esta misma semana. Y, por otro lado, el segundo curso estará dedicado a la atención directa al viajero, divididos en talleres de tres horas repartidos en 18 clases. A estas clases irán cerca de 230 empleados, el gran grueso de la línea del suburbano, entre los que se encuentran supervisores comerciales y el personal de intervención. Además, “todos los trabajadores aprenderán labores de producción de documentación, señalización y procedimientos adaptados a personas con discapacidad intelectual”.
No es la primera vez que Metro de Madrid y Plena Inclusión de Madrid trabajan juntos para cambiar la cara a la sociedad. De hecho, como ya informó innovaspain.com, hace unos meses llevaron a cabo la novedosa ‘Más Cultura, Más Inclusión’, donde utilizaron el grafiti como una llamada de atención de este colectivo. Y no será el último, aseguran