¿Contribuirá la pandemia del COVID-19 a repoblar la España Vacía? El director del Máster en Industria 4.0 de UNIR, explica a Innovaspain que, en este sentido, hay que ver lo ocurrido como una oportunidad. “Las zonas rurales del país han tenido su particular confinamiento, han estado más protegidas, pero muchos de sus habitantes han sido conscientes ahora de la necesidad de estar conectados. El mundo de la Industria 4.0 ha puesto en evidencia el imperativo de la híper conexión”, apunta el también doctor en Informática.
Aunque las carencias de conectividad de muchas de estas áreas son evidentes, Sánchez percibe que también hemos asistido al empuje de empresarios que han mantenido su actividad, ajenos a los problemas de la España Vacía gracias a Internet. “El e-commerce se ha disparado, y muchas de estas tiendas están ubicadas en poblaciones de tamaño reducido. Es su momento. Podemos decir que el camino se ha despejado tanto en el caso de las cooperativas como en las industrias pequeñas de entornos rurales. Han abierto los ojos a las enormes posibilidades de crecimiento que les aporta la digitalización”, apunta el profesor de la UNIR.
Miguel Ángel Sánchez insiste en que “es bueno que lo vivido en las últimas semanas nos haya igualado a todos, más allá de nuestro trabajo, posición o ubicación. Los empresarios rurales han tenido que ponerse las pilas, pero también sus clientes y proveedores”. El investigador opina que zambullirse en comunidad en un mundo más digital va a tener efectos muy positivos. “Antes, muchos ignoraban estos procesos. Las cosas han cambiado”.
Descentralización y cambio cultural
El experto entiende que la consolidación de esta tendencia depende en buena parte de la demanda de los propios ciudadanos, lo que puede derivar en giros socioeconómicos nunca vistos. “Un buen puñado de empresas ya ha anunciado que mantendrá el teletrabajo al menos hasta septiembre. La pandemia no es la única razón. Son conscientes de que la productividad no se ha resentido en estas semanas. Si trabajadores y empresarios reman juntos en esa dirección, es posible que se produzcan casos de descentralización”.
Una inyección de energía en la España Vacía y un alivio en el bolsillo de aquellos para los que el coste de vivir en grandes urbes como Madrid o Barcelona empieza a carecer de sentido. “La transformación digital es una oportunidad para ciudades pequeñas o medianas sin los precios desorbitados de las metrópolis”, apunta Sánchez. “Lo importante es que estamos cerca de afirmar que los empresarios han perdido el miedo a despegarse del modelo de gestión más tradicional. También podemos asegurar que, a día de hoy, la tecnología permite dar ese salto”.
Pese a este acelerón, el responsable de la UNIR cree que solo un cambio cultural cerraría el circulo para poner ruta a un escenario en verdad nuevo. “En el máster que dirijo enseñamos que, en cuestiones de transformación digital, el paso más duro de dar pasa por modificar la mentalidad. Es el elemento ‘número 1’ en la gestión del cambio. Lo más importante son las personas y el COVID-19 nos enseña a forzar la máquina; favorece el cambio”.
Desigualdad en el desequilibrio
Dentro del propio rural español, las velocidades en estos avances ni son ni serán nunca iguales. “De nuevo hay que achacarlo a la cultura, a cierta predisposición y también al arraigo de sectores que han entendido mejor el cambio”, afirma Sánchez. Y como no es lo mismo el País Vasco o Navarra que las ‘Castillas’, el experto de la UNIR asegura que es posible medir la madurez digital de cada territorio. “Nos movemos en valores que oscilan del 0 al 6 en múltiples parámetros. Son análisis que ayudan a determinar qué hacer y qué no hacer para impulsar una empresa, un sector o una región. La administración utiliza para ello una herramienta muy interesante, HADA. Nos ofrece una radiografía realista para saber por dónde empezar”.
Un proceso en el que Miguel Ángel Sánchez asume su cuota de compromiso”. Los tecnólogos tenemos que actuar como gestores del cambio y ayudar a las empresas”, asegura. “Si exceptuamos Alemania, conviene recordar que en España nos estamos mucho peor que el resto de Europa en la aplicación de la digitalización en sectores industriales. Desgraciadamente, estamos igual de mal. Por eso hay que transmitir la importancia de estos procesos”.
Sánchez recurre a un ejemplo reciente para ilustrar esta filosofía. “Acabamos de verlo. La agroalimentación ha sido pieza clave en las primeras semanas de la pandemia. Sin embargo, la agricultura española está muy lejos de ser innovadora. Imaginemos de lo que sería capaz si trabajara de modo más digital. La productividad se multiplicaría. El margen de mejora es brutal”, detalla el profesor de la UNIR.
La administración pública como facilitadora
Sánchez considera que el peso del cambio corresponde a los empresarios, también en la España Vacía. “Son ellos quienes tienen que tirar del carro de la digitalización”. Poco amigo de las subvenciones, el experto señala que las ayudas públicas abundan, “en forma de créditos blandos, facilidades a la exportación, recursos digitales… La diferencia entre que una empresa se anime o no a transformase puede estar en un primer empujón desde la parte pública”.
Aboga además por la propia transformación digital de las administraciones a todos los niveles. “Hay casos de éxito, como el de Hacienda, pero Justicia o Sanidad tienen mucho por hacer. Supondría un ahorro importante para las arcas públicas”, añade.
Tecnologías
Existen zonas del país donde la fibra óptica no llega. “Es lógico. De su despliegue se encarga una empresa privada para la que no es rentable cubrir áreas muy dispersas, escasamente pobladas”, admite el profesor de la UNIR. Pero Sánchez es optimista con lo que es posible hacer gracias al dinero público disponible -nacional, regional y europeo- para cerrar la brecha digital de la conectividad. Un terreno que conoce en primera persona. A través de la entidad sin ánimo de lucro ADECOCIR, formó parte de un proyecto para llevar una buena conexión a Internet al área de Ciudad Rodrigo (Salamanca). Hoy la tecnología de radiofrecuencia ha habilitado el wifi en la zona.
El investigador opina que, en lo tecnológico, el actual, es para la España Vacía, un tiempo de transición “El gran cambio llegará con el 5G. Será definitivo sobre todo para el campo y la ganadería. Podrán al fin aplicar tecnologías como el Internet de las Cosas con las que subir de golpe varios peldaños cualitativos”, concluye.