"La evolución ha sido muy grande". Pepa Limeres recuerda los comienzos de Mind the Gap, el programa de transferencia tecnológica Fundación Botín, como "un reto complejo de abordar". Lo que comenzó en 2011 siendo un programa piloto –prácticamente experimento– ha acabado convirtiéndose en el buque insignia de la apuesta por el emprendimiento científico de la Fundación: 5 millones de euros invertidos en proyectos en cartera que a su vez han logrado captar más de 18 millones de euros de capital privado.
Mind the Gap invertirá ahora 1,5 millones de euros en tres nuevas startups, que se sumarán a las ocho con las que ya trabaja, algo que para Limares, coordinadora de Programas de Ciencia de la Fundación Botín, tiene que seguir continuando. "Es imprescindible que las investigaciones con potencial que se generan reciban recursos y avancen hacia el mercado y a la sociedad". De hecho, el programa parte de la idea de suplir las necesidades de los proyectos empresariales de ámbito biotecnológico en su fase más temprana, momento en el que es más difícil atraer capital.
Con esta filosofía, desde Mind the Gap se invierten tanto recursos económicos (hasta 500.000 euros por proyecto) como humanos, a través de directivos y emprendedores experimentados que prestan orientación y apoyo profesional, para impulsar el emprendimiento científico-tecnológico y transformar los proyectos académicos en empresas viables. Limeres celebra que el panorama en España ha cambiado durante la última década. "No había programas similares cuando empezamos. Ahora sí los hay. El haber sido capaces de inspirar a otros también es un logro, especialmente siendo una fundación".
Startups que mejoran el mundo
Aunque todavía están en fase de desarrollo, algunas de las startups que trabajan en el tratamiento o detección precoz de distintos tipos de enfermedades como el cáncer, las patologías asociadas al parto, la escoliosis o el desarrollo de vacunas contra las superbacterias resistentes a los antibióticos. En el momento en que un proyecto consolida su viabilidad empresarial, cumpliendo así con el objetivo social de Mind the Gap, la Fundación Botín recupera su capital y lo reinvierte en nuevos proyectos.
Íñigo Sáenz de Miera, director general de la Fundación Botín, confirma que "tenemos la obligación de seguir buscando nuevas formas de transformar el talento en riqueza. Trabajamos para que los descubrimientos de nuestros científicos se conviertan en productos, servicios y tecnologías que generen desarrollo económico y social". En este sentido, la Fundación tiene el objetivo de seguir consolidando un nuevo modelo de colaboración público, privado y social que, como apunta Sáenz de Miera, "demuestra la capacidad de la ciencia española de atraer capital privado".