“Es genuinamente complejo lo que hay detrás”. Así resumió ayer el ministro para la Transformación Digital y para la Función Pública, José Luis Escrivá, su comparecencia ante la Comisión de Transformación Digital del Senado. En ella, redujo a tres grandes líneas el camino a seguir para la digitalización de los servicios públicos, con especial énfasis en el bueno uso de la inteligencia artificial, tanto ética como económicamente.
Y es que Escrivá, que destacó el hecho de que España cuente con una secretaría de Estado dirigida exclusivamente a la digitalización de la administración -aunque Noruega se adelantara “por unos meses”, cree que las políticas públicas que se generan con consensos “son aquellas que son claramente más eficaces”.
De ahí su planteamiento al Senado, que pasa por la adaptación de tecnologías de vanguardia, desarrollar las potencialidades de la inteligencia artificial y hacerlo todo de manera ética y, cómo no, la digitalización de la Administración. La IA, que, reiteró, es un tema “complejo”, está todavía en desarrollo, y considera que hay una oportunidad de involucrar “a la sociedad civil en su conjunto para que tenga una reflexión en profundidad y que esa reflexión nos ayude a posicionarnos como país en un tema que va a ser, con toda probabilidad, de un impacto extraordinario sobre nuestra sociedad y sobre nuestra economía”.
Las tres grandes líneas de Escrivá
Esas tres grandes líneas, esos tres consensos que planteó el ministro empiezan por el refuerzo de las capacidades tecnológicas. Para empezar, señaló la creación de la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (SETT), que tendrá dos funciones: impulsar inversiones en sectores estratégicos vinculados a la transformación digital y llevar a cabos pertes tecnológicos, así como financiaciones y apoyos a proyectos tecnológicos.
Asimismo, Escrivá aseguró que España es líder en Europa en cuanto a conectividad, por lo que podrá convertise en el “hub de referencia para el sur de Europa”, gracias a instalaciones como los Centros de Procesamiento de Datos que seguirán atrayendo al país.
El segundo consenso versó sobre la importancia de la inteligencia artificial y, el tercero, sobre la transformación digital y modernización de las administraciones públicas. Los esfuerzos irán, especialmente, en “incorporar tecnologías de vanguardia”, reforzando de este modo la calidad de los servicios públicos. Del mismo modo, se aplicará una nueva política de recursos humanos que permita: captar talento, rediseñar las careras profesionales para hacerlas más atractivas, eliminar la tasa de reposición o impulsar una mayor transparencia, entre otras cuestiones.
Por otro lado, el ministro adelantó que, sobre esta tercera línea, se “profundizará” dentro de dos semanas, cuanto tiene previsto asistir a la Comisión de Función Pública del Senado.
La importancia de la inteligencia artificial
El segundo consenso fue en el que entró a valorar mayor cantidad de detalles. Como por ejemplo, en su intención de favorecer el desarrollo y aprovechamiento de los beneficios de esta tecnología. Para ello, a su vez, se centrará en tres palancas.
La primera de ellas, impulsar las capacidades de la supercomputación. Como no podía ser de otro modo, el Barcelona Supercomputing Center (BSC) cobrará un especial protagonismo, ya que es el gran centro de la supercomputación europea. La segunda palanca, que se pondrá en marcha este mismo año un modelo de lenguaje fundacional en castellano y lenguas cooficiales. El objetivo: desarrollar aplicaciones más eficaces.
La tercera palanca sería el fomento del capital humano -como en el tercer consenso, sólo que fijándose en la IA-. En este sentido, Escrivá propuso financiar a investigadores y “propiciar sinergias” entre las instituciones dedicadas a la tecnologías. Asimismo, destacó que ya se han aportado más de 600 millones de euros en acciones de I+D y de atracción y retención de talento.
Estas tres palancas pretenden impactar en cuatro áreas específicas de la inteligencia artificial. A saber: aplicación industrial de la IA -“con especial atención a pymes y autónomos”-; el sector público, que asumirá proyectos pilotos para su modernización; ciberseguridad y, por último, gobernanza de la IA.
Sobre este cuarto punto, el ministro Escrivá advirtió: “Hay que abrir un debate que implique a toda la sociedad, en el que entre todos fijemos los límites entre lo que puede asignarse a las máquinas y lo que ha de reservarse para los humanos”.