Thales Alenia Space España se encuentra trabajando en la misión CO2M de Copernicus, cuyo objetivo es medir la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre. La compañía es responsable de la unidad de control del instrumento –equipo electrónico que va embarcado en el satélite CO2M, encargado de controlar su funcionamiento–, además de los transpondedores de TT&C, los equipos responsables de establecer el enlace de comunicaciones entre el centro de control y el satélite para el control de la misión.
Antonio López, jefe de proyecto y responsable de la unidad de control del instrumento de CO2M, explica que últimamente existe un aumento de concentración de CO2 de origen antrópico (el proveniente de la actividad humana, que representa aproximadamente un 1% del total) y está rompiendo el equilibrio de CO2 en la atmósfera. Por ello, es importante medir cuál es la concentración total y qué parte proviene de la naturaleza y cuál de la actividad humana.
“Tenemos en la atmósfera CO2 que proviene de fuentes naturales, más del 90%, y otro dióxido de carbono que es resultado humano y que produce un desequilibrio. La dificultad que tienen los sistemas de medición, hasta ahora, es distinguir cuál proviene de fuentes naturales y cuál viene de la industrial”. Así, este satélite lo que intenta es hacer una medición de la actividad humana.
“Y para eso, los científicos han demostrado que el CO2 resultante de los humanos viene acompañada de otro gas, el NO2, el dióxido de nitrógeno. Este satélite medirá ambas concentraciones y así poder distinguir lo natural de la actividad humana. Además, podrá hacer barridos de la Tierra con superficies más precisas que otros satélites; sabremos dónde están los focos de contaminación más importante”, indica López.
El papel de Thales en CO2M
El papel de Thales Alenia Space España en CO2M es desarrollar dos equipos electrónicos que van a ir embarcados en el satélite. Por un lado, el transpondedor en banda S, “donde tenemos mucha experiencia, porque es un equipo que va montando en muchos satélites. Es un equipo de comunicación entre el satélite y los centros de operación para saber su ‘salud’, pasa telemetrías. Este transponedor también recibe tareas para moverlo”.
El otro equipo es al que llaman ICU. López señala que, dentro del satélite, para poder realizar su misión, existen varios instrumentos, como infrarrojos que realizarán las medidas de CO2 y NO2. "El ICU va a coordinar y controlar estos instrumentos, interfaces con los distintos instrumentos y controlar su buen funcionamiento”.
El primero es el espectómetro infrarrojo invisible de onda corta, que es el que medirá los gases –u”n instrumento, por cierto, que hace Thales Alenia Space Francia”, apunta–. Un polarímetro multiángulo, que mide la concentración de aerosoles, porque a veces las medidas pueden estar falseadas por otros gases. Y también un instrumento de imágenes de nubes para poder hacer más precisas las medidas de concentración. “Los estamos diseñando aquí y los vamos a fabricar y probar. Tras ello, los entregaremos a Francia a finales de 2023. Esto es un mundo apasionante y estamos todos muy motivados para sacarlo adelante”.
Copernicus
El programa Copernicus se ha hecho famoso por el volcán de La Palma, el Cumbre Vieja, ya que muchas imágenes que salían en televisión eran de este programa de observación de la Tierra de la Comisión Europea. “Es el programa más importante de Europa para observar la Tierra. Proporciona datos de observación y hay varios satélites que orbitan alrededor del planeta y dan datos con varios objetivos; uno de ellos, fundamental, es la protección del medioambiente, la monitorización del clima, la lucha contra el cambio climático y la evaluación de desastres ambientales, como incendios, etcétera”, indica López.