La contaminación atmosférica es un gran problema no solo por el cambio climático, sino por los problemas de salud -que ya existen- entre la población. De hecho, es una de las principales causas de muerte prematura y enfermedades. Por ello, proyectos de modelos de calidad del aire son esenciales para poder prevenir a la sociedad. Como el de Monarch, primer modelo de estas características realizado en España para el programa Copernicus, realizado en MareNostrum por el BSC.
Básicamente, Monarch se ha integrado en el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS) y, junto con la italiana Minni, constituye un sistema único en el mundo. De acceso libre y gratuito, ofrece diariamente previsiones sobre la concentración de contaminantes atmosféricos para los siguientes cuatro días. Con ello, se ofrece información medioambiental a los responsables políticos, para tomar mejores decisiones, así como a empresas y ciudadanos.
Según Oriol Jorba, colíder del grupo de Composición Atmosférica del BSC, Monarch es una “clara" demostración del valor añadido de la investigación realizada en España. “Gracias al continuo desarrollo del modelo, hoy podemos decir que el BSC proporciona información ampliada sobre la calidad del aire a los responsables políticos y a los ciudadanos de toda Europa bajo el amparo del programa Copernicus, también conocido como los ojos de Europa sobre la Tierra”.
Además, Jorba explica que el desarrollo de este modelo se inició en 2008 por investigadores del BSC con el objetivo de avanzar en el conocimiento de los procesos fisicoquímicos de la atmósfera. Ahora, Monarch se ha convertido “un hito destacado y otro éxito de la investigación realizada en el departamento de Ciencias de la Tierra del BSC”. Del mismo modo, añade: “Es un sistema operativo multimodelo único en el mundo formado por los modelos de química atmosférica más avanzados de Europa”.
Cómo funciona Monarch
Según la información del BSC, Monarch es un modelo de calidad del aire de última generación que se desarrolla de forma continua en el superordenador MareNostrum del BSC por una razón: las ecuaciones que describen los procesos atmosféricos son muy complejas y han de resolverse por medio de la supercomputación.
Y es que CAMS proporciona “de forma continua” información contrastada sobre los principales contaminantes atmosféricos regulados por la UE y de interés para la salud: ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre, partículas finas PM2.5 y PM10, y cinco tipos de polen alergénicos.
“El sistema combina datos obtenidos de satélites medioambientales y de bases terrestres con modelos computacionales que simulan la evolución de la atmósfera para generar estimaciones de variables como concentración de ozono y presencia de partículas finas que permiten realizar previsiones de la calidad del aire para los próximos días”.
Algo muy importante, reiteran, para la salud de la sociedad. Según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, solo en 2019 se produjeron en la Unión Europea 364.200 muertes prematuras relacionadas con la mala calidad del aire: 307.000 por exposición a partículas inferiores a 2,5 micras de diámetro, 40.400 por exposición a dióxido de nitrógeno y 16.800 por exposición a ozono troposférico.