La Universidad de Mondragón y la Corporación Mondragón forman parte de la comunidad EIT Manufacturing, promovida por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT). Dentro de los programas de máster organizados conjuntamente, la Universidad de Mondragón imparte el programa People and Robots for Sustainable Work. Lo hace asociada a la Technische Universität Wien (Austria). Los alumnos cursarán dos semestres en La Universidad de Mondragón y otros dos en la universidad austriaca.
Uno de los alumnos, Raj Khatri, estudió mecatrónica en la India, su país de origen. Este mes comienza con las prácticas duales en la empresa Omrom de Barcelona. Pasará dos meses en la capital catalana sin dejar de lado la formación teórica del master, adaptada a su nueva disponibilidad.
El EIT, implicado con la industria y con la cultura startup, llamó la atención del joven cuando buscaba un programa de robótica atractivo. “No podía dejar de pasar esta oportunidad y comenzar un nuevo viaje. Lo que más me motivó fue cómo el máster aúna robótica y emprendimiento, los dos temas principales del programa”.
Otro aspecto positivo que Khatri destaca es la movilidad del alumnado. “Conoceré diferentes sistemas educativos, culturas nuevas o experiencias de aprendizaje basadas en proyectos”. Una de estas citas tendrá lugar durante la llamada Escuela de Verano, cuando los estudiantes trabajarán sobre una idea de emprendimiento sostenible.
Explica que, aunque en la India este tipo de carreras no suele incluir la formación práctica durante los estudios, en su caso sí pudo pasar seis meses involucrado en un proyecto específico. «En Mondragón, la práctica está integrada en toda la carrera. Es una parte clave del proceso. Aprendes a gestionar el tiempo y a concentrarte tanto en el puro estudio como en los aspectos más pegados al mercado laboral».
Hasta el momento, Raj Khatri ha sido testigo del importante impulso de las inversiones de España y Europa en mecatrónica y automatización. «Las empresas buscan la personalización de estas soluciones. En India, el mercado es diferente. La disponibilidad de mano de obra barata frena el desarrollo la automatización. El país va hacia una robótica de bajo coste, que se es la que se está imponiendo en todos los centros industriales”.
Después del máster, su idea es trabajar en Europa unos 5 años, hacer que calen determinadas habilidades y fijar patrones de trabajo. “Me gusta el equilibrio europeo entre la vida personal y el compromiso con el trabajo”. Después, pretende llevarse esta experiencia a su país, donde quiere cambiar las cosas a través de su propia startup.
La empresa soñada por Raj Khatri pondría el foco en la parte tradicional de la robótica articulada y en las automatizaciones sencillas. “Me gusta que sean modulares y de bajo coste, accesibles a todo tipo de entornos de trabajo, incluso a los smartphones. Los países en desarrollo demandan este tipo de sistemas. Es complicado abaratar los sistemas actuales, basados en alta tecnología. Trabajaré para lograrlo”.
El estudiante tiene su propia opinión alrededor del gran cambio que a priori traerá la robótica a todos los ámbitos, de lo laboral a lo más cotidiano. “Estoy en contra de su uso en el día a día; la robótica social no es un campo prioritario en el que trabajar. Los robots nunca deberían hacer el trabajo de los humanos ni en las casas ni en las oficinas ni en los restaurantes. De ser así, perderemos la esencia de la interacción entre personas. La ayuda extra que ofrece la robótica debería limitarse a personas con discapacidad y a la rehabilitación”.
A su juicio, es en otros terrenos donde la robótica ya supone un positivo cambio de paradigma. “La revolución de la logística o de la agricultura ya ha comenzado. La mecatrónica contribuye a que las operaciones sean más eficientes y reduce tediosas condiciones de trabajo. Están por llegar soluciones que conquisten el mercado global, como ya ocurrió con la robótica tradicional”.