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Mónica Villas: "Volvamos a Aristóteles mientras la inteligencia artificial se ocupa de las tareas más tediosas"

Ingeniera Industrial de ICAl, MBA por la Universidad Autónoma de Madrid y ex ejecutiva de IBM, Villas es consultora de nuevas tecnologías y docente en varias universidades además de la autora, junto a Javier Camacho Ibáñez, del "Manual de ética aplicada a la IA" (Anaya Multimedia)
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Mónica Villas en Expoelearning.

Mónica Villas es ingeniera Industrial de ICAl, MBA por la Universidad Autónoma de Madrid y ex ejecutiva de IBM. Actualmente trabaja como consultora de nuevas tecnologías y es docente en distintas universidades. También firma, junto a Javier Camacho, el “Manual de ética aplicada a la IA” (Anaya Multimedia), prueba tangible de su papel como voz autorizada a la hora de poner un poco de orden en medio del huracán provocado por la abrupta irrupción de la inteligencia artificial.

Villas participó este lunes en Expoelearning, el encuentro que durante dos días ha analizado el momento del salto tecnológico en los entornos formativos. En este sentido, cabe preguntarse: ¿Cómo podemos llevar la IA a la educación superior y a la formación corporativa de un modo ético? Villas ha aportado distintas claves. “En primer lugar, hemos de hablar de la velocidad. Las organizaciones nos piden que vayamos más rápido que nunca. Sin embargo, el cerebro humano está acostumbrado al cambio lineal, no al avance exponencial. Todos, no solo los jóvenes, sufrimos un déficit de atención. Como solución, propongo volver a Aristóteles, a hacernos preguntas, a cuestionarnos. Dejemos que la IA nos ayude en lo más tedioso, allí donde menos tengamos que aportar. Ese tiempo ‘robado’, aprovechémoslo para ser más creativos o para leer a otros grandes filósofos. Vamos tan rápido que olvidamos plantear las preguntas adecuadas”.

"Vivimos un cambio de era"

La experta no dudaba de la magnitud del momento. “No vivimos un cambio de paradigma, sino un cambio de era. Me gustaría que la V Revolución Industrial fuera la de la IA Responsable”, añadía Mónica Villas. “La palabra clave es responsabilidad. Está en nuestras manos utilizar la IA y demás tecnologías de la manera adecuada”. Y aseguraba mantener un hilo de esperanza para alcanzar un mínimo consenso mundial (China incluida) respecto a un uso ético de la IA, emulando lo sucedido con la energía nuclear.

“El reglamento europeo de IA está bien, de algún modo es necesario”, apuntaba. “En su momento, los coches no fueron prohibidos pese a su capacidad para provocar accidentes y muertes. Poco a poco se han perfeccionado y el entorno se adapta. Las empresas que quieran aplicar la IA en Europa tendrán que plegarse a ciertas normativas, pero no podemos regularlo todo”.

Educar para hacer el bien

Es aquí donde, a su juicio, entra en escena la educación. “Debemos educar a toda la sociedad en hacer el bien. Con el caos de Leman Brothers florecieron los códigos éticos en las empresas. ¿Por qué no un código ético de la IA, incluyendo colegios y universidades? Los docentes deberán evaluar nuevas capacidades en los alumnos. Todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad, sea cual sea el trabajo que desempeñamos”.

Otras reflexiones que conectan IA y ética están vinculadas a la inevitable generación de nuevos modelos de negocio. “Recordemos, sin ir más lejos, la polémica protagonizada por Spotify y la monetización para los artistas. Ahí está la demanda del New York Times contra OpenAI y Microsoft por vulnerar los derechos de autor. Son retos inéditos cuya resolución sienta precedentes. ¿Hasta qué punto la IA generativa aprende de las creaciones y del esfuerzo de otros? ¿Quién se enriquece gracias a quién?”.

Credibilidad y humanidad

Sin salir del ámbito de los medios de comunicación, Villas apuntaba que, en tiempos de fake news, la veracidad será un valor muy a tener en cuenta más pronto que tarde. “Cuesta mucho desmentir una noticia falsa. ¿En quién creemos? Yo al menos, confío en los periodistas que transmiten una noticia sin esconder su firma. Me fío más de un periódico que de las informaciones que salpican las redes sociales”.   

Mónica Villas volvía a la idea inicial cuando afirmaba que debemos esforzarnos por mantener una solida comunicación entre humanos, por muchas alegrías y desahogos que nos proporcione Chat GPT. “No trivialicemos. La IA no es perfecta. Nos va a ayudar, pero será un complemento. Es labor nuestra, ya seamos periodistas, programadores, abogados o profesores, detectar en qué nos puede resultar más útil. Admitamos también que es distinta a cualquier otra tecnología porque puede tomar decisiones por nosotros. Eso está muy bien cuando elige una película de Netflix en base a mis preferencias, pero no podemos darle cancha si se trata de decisiones médicas o de recursos humanos. Es clave que, desde edades muy tempranas, en los colegios enseñen qué es, cómo avanza y cómo funciona la IA, sin entrar necesariamente en detalles técnicos ya que, en apenas dos años, lo que digamos hoy habrá quedado obsoleto”.

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