Cuando Montse Medina se fue desde Valencia a Stanford nunca imaginó que se convertiría en una de las emprendedoras más importantes de nuestro país. Aunque ella sabía que llevaba el emprendimiento dentro. “Uno nace emprendedor, no se hace. Yo siempre he tenido este espíritu, desde pequeña. Mis padres siempre me decían que ‘querer, es poder’. Y es lo que he hecho”, asegura.
Tenía la aptitud y la actitud necesaria, pero nunca se le habría ocurrido lanzarse al vacío. Al llegar a Stanford les exponen a todo este mundo. Todos lo han hecho antes, y cuando los profesores utilizan sus clases como una startup, descubren que, en realidad, tienen una mentalidad diferente. No solo respecto a España, sino respecto al resto de universidades estadounidenses. Allí, junto a Eldar Sadikov, se le ocurrió utilizar sus vastos conocimientos en Matemática Computacional para fundar Jetlore, una empresa de marketing y de datos que tiene como clientes a grandes empresas internacionales.
“Obviamente, cuando tienes una empresa que vende a otra empresa, es factible tener a una persona creando campos y entendiendo cuál es el estado de cada uno de los usuarios, o registros. Hay que tener en cuenta que es una empresa que está de cara al consumidor, que tiene millones de estos, y que tienen una gran actividad. Aun así, no es realmente un sistema de registros”, explica Medina. De todos modos, ahora mismo están diseñando un sistema de registros en base a atributos predictivos, además de tener dos productos propios en los que utilizan estos métodos que tan bien funcionan en el ecommerce.
“Habrás notado que cuando, por ejemplo, buscas unas zapatillas para comprarlas, luego te salen en Facebook o en el mail. Parece que te advierten: ‘¡no te olvides de comprar estas zapatillas!’ Eso es lo que hacen las demás compañías, una acción-reacción”. Ellos no. En Jetlore entienden qué ha pasado para que esa persona lo busque (la hora, los clicks, los atributos) y entonces los asignan a datos, añaden probabilidades para algunos y, con ellos, se puede recomendar marcas, tallas, modelos, etc. Así, basándose en eso, han creado un sistema de inteligencia artificial que aprende a usar esos atributos. “Garantizamos que no haya repeticiones, porque cuando lo haces los usuarios se cansan y se dan de baja”.
Una solución innovadora por la que se interesan muchos. Aunque, como afirma Medina, cuando ella presenta el producto, crean que es la que se encarga del marketing. “No creen que sea la que ha desarrollado los algoritmos. Sí es cierto que luego me conocen y prueban mi peso en la empresa. De todos modos, no creo que mi sexo me haya condicionado para el trabajo, y la razón es que yo no he llegado a Stanford por ser mujer, o por ayuda. Me siento muy cómoda con lo que hago; sé que un hombre lo haría peor que yo, y no porque sea hombre, sino porque considero que soy la más capacitada para hacerlo. Es cierto que al principio siempre han tenido dudas sobre mi rendimiento, pero luego me conocen y confirman que soy esencial”, argumenta.
Para ella, que aunque haya hecho negocios en España nunca ha trabajado en su país, la percepción sobre las mujeres en EEUU es mucho peor. “Se habla tanto sobre la diversidad y sobre los intentos por ayudarlas que es posible que hasta sea un poco negativo. Mi opinión es que promover tanto es perjudicial para la mujer”.
A Montse Medina le gustaría volver a España. “Me da miedo enfermar en EEUU”, comenta entre risas. En Jetlore ya están pensando en una posible expansión por Europa y Latinoamérica, donde ella sería gerente, estableciendo su residencia en nuestro país. Otra más para la larga lista de altas directivas que operan aquí.