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MUBIL: Guipúzcoa como enclave estratégico de la movilidad inteligente y sostenible

Hablamos con Igor Villarrear, director de la fundación puesta en marcha en 2019
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Igor Villarreal, director de MUBIL.

Desde su puesta en marcha en 2019, MUBIL aglutina los esfuerzos de agentes públicos y privados que impulsan iniciativas de movilidad inteligente y sostenible en el País Vasco. La fundación, dirigida por Igor Villarreal, nació dentro de la iniciativa Etorkizuna Eraikiz de la Diputación Foral de Guipúzcoa, y cuenta con el apoyo del Gobierno Vasco y el EVE (Ente Vasco de la Energía).

En la actualidad, MUBIL ultima la preparación de la que será su sede definitiva en San Sebastián. La capital donostiarra albergará 10.000 m2 de instalaciones y laboratorios de testing tecnológicamente punteros. También dispondrá de espacios donde realizarán sus actividades empresas de movilidad pertenecientes al MUBIL Hub. Adicionalmente, está ‘rodeada’ por otros 38.000 m2 donde se avanzan las actividades de diferentes agentes de interés, como CIDETEC, TECNALIA, VICOMTECH y el proyecto City Science Lab Guipúzcoa en colaboración con el grupo Media Lab del MIT.

Los retos

Desde este punto de partida, MUBIL tratará de superar las barreras -tecnológicas, económicas y sociales- que hoy impiden la expansión generalizada de la movilidad inteligente. Igor Villarreal explica a este periódico que, para lograrlo, es necesario seguir avanzando en desarrollos tecnológicos. Es el caso de la propia infraestructura de telecomunicaciones, ya que la movilidad inteligente depende de redes de alta velocidad y baja latencia. “Además, hay que manejar cuestiones como la ciberseguridad y, ante la inmensa cantidad de datos que se generarán, desarrollar una inteligencia artificial confiable”.

En el apartado económico, Villarreal opina que, desde la empresa, el principal reto pasa por clarificar el modelo de negocio. “Las compañías siguen experimentando con distintas posibilidades, pero deben saber que este es un campo que tendrá mucha importancia en poco tiempo”.  Respecto a la parte social, el director de MUBIL también considera que flota en el ambiente cierta desconfianza, aunque incluye en la ecuación el factor regulatorio. “En este momento no existe una normativa que favorezca una movilidad cada vez más autónoma, y esto sí creo que es una barrera importante”.

Colaborar e innovar

Para dar respuesta a estos desafíos, MUBIL se puso manos a la obra desde un enfoque de colaboración público-privada. “El País Vasco ha avanzado en este terreno gracias también a una estrategia que mira hacia la innovación, la cohesión y la sostenibilidad”. Según Igor Villarreal, “este éxito” se debe “principalmente” a factores ligados a la apuesta por la innovación y la cultura colaborativas o al apoyo prestado al ecosistema local. El directivo percibe que el modelo diseñado por el País Vasco puede servir de inspiración en otras partes del mundo. “La colaboración entre todas las partes implicadas impulsa el desarrollo local y genera un impacto importante”.

Dentro de su hoja de ruta, y de modo paulatino, MUBIL aportará conocimiento y acción a distintas áreas de la movilidad inteligente, más o menos disruptivas. “Algunos puntos, como el vehículo autónomo, son de especial relevancia por su impacto”.

En MUBIL también prestan atención a desarrollos dentro del vehículo V2X, donde se trabaja en la comunicación entre vehículos y entre vehículos e infraestructura. “Por otro lado, detectamos que hay mucho por innovar en materia de demanda de movilidad. Conceptos como MaaS (movilidad como servicio) y otras cosas que afectan directamente al usuario. Muchas veces pensamos en movilidad inteligente ligada solo a automoción, pero hay que destacar los progresos en micromovilidad. Ya no concebimos ciudades sin varios vehículos de sharing, que podamos recoger y dejar en distintas zonas, y aquí incluyo bicicletas, patinetes, motos…”.

MUBIL Mobility Awards

Entre las iniciativas de la fundación que han ganado peso a escala internacional año tras año están los MUBIL Mobility Awards. En la edición de 2024, uno de los proyectos ganadores pertenece a una startup italiana Novac, mientras que el segundo premio se le ha otorgado a la empresa guipuzcoana Battbelt.

Surgida del centro tecnológico IKERLAN en colaboración con el fondo de inversión BEABLE CAPITAL, Battbelt centra su actividad en el diseño y fabricación de un “novedoso y revolucionario” sistema de compresión de baterías, capaz de alargar la vida útil de las mismas sin comprometer ni su densidad energética ni su coste.

La tecnología creada por la startup, es capaz de aumentar los ciclos efectivos de carga y descarga de las baterías, reduciendo la degradación asociada al aumento de la presión interna que ocurre entre celdas debido a la expansión y contracción continuada que sufren las baterías en cada ciclo.

El activo, protegido bajo patente, se basa en la utilización de materiales inteligentes, y es capaz además de actuar como sensor para monitorizar el grado de hinchamiento de las celdas y mejorar en la precisión en la medida de salud de las baterías. “Todo ello bajo un entorno de actuación seguro, mejorando la densidad energética de las mismas y sin incurrir en costes a adicionales”.

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