Guareña, un pueblo extremeño de alrededor de 7.000 habitantes, se ha alzado con el premio internacional Wisibilízalas, organizado por la Universidad Pompeu Fabra, un galardón que pretende romper estereotipos de género asociados a las carreras STEAM, potenciar referentes femeninos y promocionar el uso de la tecnología y el trabajo en grupo. Y todo gracias a Mucireñas, como han bautizado a la iniciativa.
Los principales responsables han sido Ainhoa Maraña, Lidia Miranda, Alberto Murillo y Alberto Luengo, del IES Eugenio Frutos de Guareña. Estos alumnos de 2º de Bachillerato han creado una iniciativa en el marco de la asignatura ‘Proyecto de Investigación’ en el que han puesto de manifiesto la importancia de conocer a las mujeres científicas “más allá de la Wikipedia”, como indica Beatriz Blanco, su profesora y supervisora en Mucireñas. De hecho, su gran valor ha residido en buscar, encontrar, entrevistar y dar a conocer al mundo el trabajo de mujeres científicas relacionadas con el entorno de su localidad.
En definitiva, cuatro jóvenes alumnos, de diversos perfiles, que han trabajado fuera del horario lectivo –la asignatura ‘Proyecto de Investigación’ solo tiene una hora de duración a la semana– y que veían como cada día su proyecto iba creciendo más allá de lo que pensaban en un principio.
“Era la quinta edición de estos premios y yo no los había conocido hasta ese momento. Vi que era perfecto para mis alumnos, pero yo solo quería que fueran conscientes de los perfiles de otras chicas en el ámbito de la ciencia; lo planteé como una experiencia educativa. Y fue a más”, asegura Blanco.
Un éxito surgido del boca a boca
La idea, como explica la propia profesora, era no dar a conocer los típicos perfiles de mujeres científicas con su perfil en Wikipedia. De ahí que propusieran dar a conocer perfiles de mujeres relacionadas con el ámbito rural que hubieran cursado ciencias. Blanco pone en contexto: “No era nada fácil. Durante los últimos años, en Guareña, los alumnos de ciencias suelen ser unos 20 en el último año de Bachillerato. Las chicas que lo hacen suelen ser unas cuatro, cinco… Un año, como mucho, han llegado a cursarlo siete”.
Así que los alumnos fueron a la secretaría del centro a investigar. Entre eso y el boca a boca fueron localizando los perfiles de mujeres científicas que más se ajustaban a lo que querían mostrar en Mucireñas. “Ellos no conocían a ninguna mujer con estas caraterísticas, esa era su visión, que no había mujeres que hicieran ciencias. Así conocieron a profesoras, alguna conocida familiar, amigas de sus madres y de sus padres y empezaron a tomar verdadera conciencia”, indica.
Las mujeres STEAM que hallaron, asegura Blanco, quedaron maravilladas. No esperaban ser protagonistas y sintieron, ante todo, que era una iniciativa necesaria. Como la científica Antonia López, experta en enfermedades tropicales, a la que tuvieron que entrevistar mientras trabajaba en un barco-hospital en el Amazonas. “Fue toda una odisea, pero los chicos hicieron un sobreesfuerzo porque sentían que ella tenía que estar en Mucireñas”.
Un broche de oro
Diseñaron la web, se encargaron de la comunicación, de las redes sociales, difundieron el proyecto. Notas de prensa –que fueron recogidas a nivel nacional–, cursos a compañeros de 1º de la ESO… Y todo ello, mientras estudiaban para los exámenes de la EBAU, para Beatriz Blanco, lo más importante de Mucireñas. “Fueron más allá de lo que era presentar el proyecto a Wisibilízadas. A cada paso que daban iban viendo el valor de lo que hacían”.
Y así, el pasado 18 de junio, de entre 259 proyectos repartidos entre cinco países, los alumnos de Guareña se alzaron con el primer premio de la Pompeu Fabra. “Ahora es a ellos cuando les toca ir a la universidad, a empezar otra etapa de su vida. Ha sido muy bonito este final. Algunos de ellos habían sido alumnos conmigo desde el principio de la Secundaria y fue especial. Un broche de oro”.