Bajo el marco de Stem Talent Girl, organizado por la Fundación Asti, tres expertas en emprendimiento se han reunido para analizar las posibilidades de la mujer emprendedora en el mundo rural. No porque no exista; de hecho, varios estudios demuestran que son las principales precursoras del emprendimiento relacionado con la innovación, sino con el futuro que les depara. Al final, coinciden en lo mismo: se necesitan referencias, se necesita apoyo y se necesita encontrar “lo que bulle dentro”.
“Hace veinte años me dio un giro muy loco y me fui a un pueblo de montaña en una reserva de la biosfera. Un pueblo de veinte habitantes, muy aislado, aunque tenemos buena conexión a Internet”, ha explicado Ainhoa Mendizábal, gerente de Esencias de Luna, una empresa de cosméticos nacida gracias a las aguas termales de su pueblo. “Además, por circunstancias de la vida, tuve una empresa de turismo activo y empecé a hacer cosmética y descubrí que teníamos un recurso único, el agua termal. Descubrí que mucha gente con problemas le iba bien. Empecé con jabones, y encima soy de Letras”.
Mendizábal ha querido defender el papel de la emprendedora rural, porque, según ellas, están muy solas. “No hay grandes corporaciones, estás sola en mitad del planeta. Normalmente solo sueles tener el apoyo de tu pareja pero, en mi casa, estando en una zona aislada, si no recurres a estas fuentes o a foros no encuentras el apoyo que necesitas. Hay grupos de desarrollo rural que ayudan, pero pienso que hay apoyarlo más porque hay un gran potencial”.
En cuanto al potencial, considera que es grandísimo, por una simple razón: las materias están ahí. “Siempre que se piensa en lo rural se piensa en ganadería, en agricultura y la más espabilada tiene una empresa de turismo rural. Estoy en el sector intermedio, siempre con ayudas de foros, pero estas van para agricultura o ganadería o para turismo. El sector de la transformación está olvidado. Creo que hay que fomentar que las mujeres estudien para crear productos que generen valor en el mundo rural. Se pueden estudiar temas de bioplásticos, energías renovables, muchas materias que se pueden transformar y generar riqueza”.
Pero lo primero es empezar por impulsar a las mujeres desde la formación. “Tengo una hija en primero de Bachillerato y quiere estudiar medicina pero, en el mundo rural, cada vez que una niña se va fuera a estudiar ya no vuelve. Hay muy poco espíritu emprendedor, se van fuera y nadie vuelve y ese capital humano del mundo rural se va. Pese a todo, la mayoría del emprendimiento rural está copado por mujeres. Hacemos lo que podemos, pero hay que enseñar a estas niñas que el futuro lo tienen también aquí. Hay muchas oportunidades para investigar y desarrollar nuevas líneas de productos, nuevas formas de vida. Internet es un medio poderoso para ello, por lo que hay que apoyar las nuevas tecnologías”.
Una idea que defiende también Izanami Martínez, CEO en The Notox Life, dedicado al mundo del wellness. “Es verdad que las nuevas tecnologías nos están permitiendo crear nuevos proyectos y crear iniciativas globales desde cualquier parte del mundo. Y eso abre una colección de oportunidades impresionante para el sector rural. Una colección de cosas que nunca habíamos tenido”.
Para ella es crucial que esta visibilidad se haga más grandes. Y que las niñas que viven en el entorno rural tengan referencias de mujeres emprendedoras. “Porque, al final, no podemos imaginarnos, no podemos aspirar a cosas que sean imposibles. Si mi referencia solo es Sky de la Patrulla Canina o las princesas de Disney, no voy a creer que el liderazgo y al resolución de problemas son cualidades que yo puedo desarrollar. Siempre voy a pensar que es el niño”.
“Más allá, cuando empiezo a desarrollarme, si no piensas que puedes estudiar una ingeniería, medicina, matemáticas, no porque no seas capaz, sino porque no hay referencias que lo muestren, iremos poco a poco diezmando nuestro panel femenino y acabamos emprendiendo a las que les bulle algo por dentro y no pueden más”, ha indicado.
Por otro lado, cree que la situación que estamos viviendo todos como sociedad está también destapando muchas oportunidades y una de las que más es la del sector rural. “Ahora que, de pronto, las grandes empresas se han dado cuenta de que se puede teletrabajar, el mundo rural se ha convertido en una opción muy buena para mucha gente que ha pensado que, si no tiene que ir a la oficina todos los días, qué hacen metidos en la ratonera de Madrid. Y que, si les vuelven a confinar, por lo menos, tiene el campo”.
Por último, María Benjumea, una habitual, ha destacado que “hay que convencer a todas las mujeres de que tienen que emprender. Según los estudios de nuestro Mapa del Emprendimiento, que hacemos con todos los proyectos recibidos para la competición de South Summit, solo el 18 % están liberados por mujeres. Nos ponemos un techo de cristal y mi teoría es que si quieres, puedes. Acompañado, eso sí, de poner toda la carne en el asador. El emprendimiento es una vía extraordinaria en estos tiempos donde el mundo se mueve a una velocidad de vértigo. Vinculado a las startups está la palabra mágica, la innovación, desde todos puntos de vista es esencial para el desarrollo de un negocio”.
Como siempre afirma, ser emprendedor no quiere decir solo que montes tu propio emprendimiento, tu propia startup. “Es también el espíritu, considerarte el duelo de tu propio proyecto estés donde estés. Y, desde ahí, desarrollarlo y formar parte de un equipo emprendedor que produzca oportunidades extraordinarias. En este momento es clave, porque vemos cómo se está desarrollando la sociedad como consecuencia de la velocidad a la que se desarrolla el mundo. La innovación es clave para el tejido empresarial actual».