Alumnas del Instituto Tecnológico Superior de Tierra Blanca (ITSTB), en México, han puesto en marcha una empresa productora de papel ecológico obtenido con fibras de pseudotallo de la planta de plátano.
El proyecto Kopapel impulsa la economía de los productores de la cuenca del Papaloapan y anula los efectos contaminantes por la quema de desechos. Tal y como señala la Agencia ID, una tonelada de plátano cosechado genera aproximadamente tres toneladas de desecho, constituido por el vástago, hojas y pseudotallo de la planta, el cual generalmente es quemado. Por otra parte, para producir una tonelada de papel a partir de la fibra virgen se emplean dos toneladas de madera y 40.000 litros de agua.
Las alumnas Martha Patricia Ramírez Rosas, Cecilia Galicia Rodríguez, Saraí García Lara y Ady Doreidy Ramón Ponce proponen extraer fibra de primera calidad del pseudotallo, así como residuo de fibra de segunda y sabias, que se transformaran en abono para nutrir el resto de cultivo vivo. El proceso es libre de sustancias tóxicas y el resultado son productos de distintos grosores y texturas, cien por ciento degradables.
Hasta ahora, la materia prima es aporte de los productores de plátano de la zona de la Cuenca del Papaloapan, en Veracruz, para quienes el pseudotallo es desecho que genera contaminación en su proceso de descomposición, ya que afecta a las nuevas matas.
“En primera instancia se tiene un acuerdo con los plataneros que reciben una remuneración económica por su producto de desecho, y para quienes también se elaborará un fertilizante orgánico que ayude en sus problemas con plagas”. Así lo explica Erika Dolores Ruiz, profesora del área de administración en ingeniería del ITSTB, quien ha sido asesora del proyecto junto con el maestro en ciencias Ibis Rafael Huerta Mora.
Por cada metro de pseudotallo con diámetro aproximado de 15 centímetros, se obtiene un metro cuadrado de papel, es decir, una planta que tiene aproximadamente tres metros de altura genera tres metros cuadrados de papel. Al procesar dicha materia prima la necesidad de cortar árboles para generar papel se disminuye considerablemente.
La doctora en ciencias Erika Dolores Ruiz afirma que una de las ventajas es la no utilización de químicos, ya que este proceso genera cero desechos, puesto que toda la materia sobrante se incorpora a otro proceso y se recupera totalmente.