Entre el bullicio de Lavapiés y la Glorieta de Embajadores, y el principio de la milla de los museos de Madrid que marca el Reina Sofía, el Museo de la Felicidad se ha convertido en un balón de oxígeno (y quién no lo necesita en el arranque de temporada) que gana adeptos entre los habitantes y visitantes de la capital. Como explica a Innovaspain su fundador, Pablo Claver, la idea tomó forma después de la pandemia. “Descubrimos un sector fascinante, el Edutainment, o entretenimiento educativo”. Claver incluye aquí aquellos museos que invitan a vivir experiencias inmersivas para descubrir y aprender. “Son museos donde, al contrario de la tónica habitual, está prohibido no tocar”.
Claver añade que también les inspiró conocer el Museo de la Felicidad de Dinamarca. “Pertenece a uno de los principales institutos de investigación sobre la felicidad del mundo. Pensamos que combinar dentro de un museo el entretenimiento educativo con la ciencia de la felicidad podría ser una fórmula maravillosa. Queríamos crear un lugar donde la gente no solo aprendiera sobre la felicidad, sino que la experimentara de manera directa y tangible”.
Otras circunstancias ayudaron a dar el salto. Observaron que el hábito de ir al cine caía en picado. “Las plataformas de streaming han cambiado la forma de consumir ocio. Familias, parejas y grupos de amigos buscan nuevas experiencias para disfrutar juntos”. En este contexto, Pablo Claver opina que el Museo de la Felicidad es una alternativa perfecta. “Se trata de un refugio de alegría y bienestar; un lugar donde se divertirán, y donde además aprenderán aspectos importantes sobre su propia felicidad. El museo ofrece técnicas que pueden aplicarse en la vida cotidiana”.
Cada sala del museo está diseñada para activar los sentidos y provocar una respuesta emocional positiva. “Nos gusta decir que este es el lugar más feliz de Madrid. Invitamos a explorar y abrazar la felicidad allá donde ciencia y emoción se encuentran”. Claver insiste en una de las fortalezas del Museo de la Felicidad: “A diferencia de los museos tradicionales, donde la contemplación y el silencio son la norma, animamos a los visitantes a tocar, jugar, y participar activamente en las exhibiciones”.
El museo puede disfrutarse por personas “entre los 3 y los 103 años”. A punto de cumplir su primer aniversario, aprovechan el feed back de los cerca de 100.000 visitantes que ya han pasado por sus instalaciones para mantener vivo el proyecto y seguir innovando. “De cara a la nueva temporada, hemos decidido mantener los talleres de abrazoterapia y risoterapia, inicialmente ofrecidos solo algunos días, durante todo el curso. Además, vamos a inaugurar nuestro Club de Amigos del Museo de la Felicidad para seguir acompañando e impactando en la felicidad de nuestros visitantes. Continuamos con la iniciativa de llevar abrazos a quienes más lo necesitan, gracias a la donación de Abrazadores (muñecos de trapo con largas manos que generan la sensación de un abrazo) por parte de nuestros visitantes, entregados a personas sin techo a través de la asociación Mensajeros de la Paz”.
Desde que abrió sus puertas, el Museo de la Felicidad se propuso que cada experiencia y contenido tuviera un respaldo académico-científico. A la alianza con el citado Museo de la Felicidad de Copenhague se suman los acuerdos con la Fundación Mundial de la Felicidad, la Academia de Estudios de Felicidad de Tal Ben-Shahar (ex profesor de felicidad de Harvard), y otras universidades prestigiosas.
Todo ello pese a que la propia existencia de la felicidad está en duda. “No se puede ser feliz todos los días del año; sería una locura. Debemos vivir las emociones. Cuando es momento de estar tristes y enfadados, lo necesario es aceptarlo. “No tenemos una receta mágica para la felicidad constante. Para mí, Pablo Claver, ser feliz pasa por disfrutar conscientemente de muchos pequeños momentos que ocurren todos los días, siempre y cuando no exista algo que me lo impida. Me entreno y practico diversas técnicas y herramientas. Muchas las compartimos en el Museo de la Felicidad”.
Pablo Claver recibió recientemente el segundo galardón de la V Edición de los Premios +50 Emprende, una iniciativa de Generación SAVIA -el proyecto de Fundación Endesa y Fundación máshumano- y de la productora 02:59 Films. “Supone una una gran alegría y un chute de energía positiva. Nunca es tarde para emprender; no hay una edad mejor ni peor, todas son buenas. Lo mejor del premio ha sido compartirlo con las casi 20 personas que conforman el equipo del Museo de la Felicidad. En nuestra comida mensual de cultura, sorprendimos a cada miembro del equipo con una caja de experiencias inmersivas, para que juntos sigamos impactando y mejorando la felicidad de nuestros visitantes.