El efímero mundo de los olores vuelve al Museo del Prado

La pinacoteca vuelve a un proyecto de innovación dedicado a los perfumes, aunque esta vez de la mano de Puig y con un interesante dispositivo
olores prado

El Museo del Prado vuelve a presentar un proyecto de innovación ambientado en los olores de sus cuadros tras aquella colaboración con Samsung y la Fundación Academia del Perfume para analizar ‘El Olfato’, obra de Jan Brueghel el Viejo y Rubens. En esta ocasión, Puig es la principal colaboradora y utilizan de nuevo el dispositivo-difusor AirParfum -de la misma compañía-, que cuenta con una tecnología que permite oler sin saturar.

Concretamente, está en la sala 56, y recoge los olores de los cuadros de Antonio Moro presentes en la sala. El Prado, como viene haciendo habitualmente, ha presentado el proyecto en su Instagram, donde Alejandro Vergara, jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte, ha explicado la iniciativa.

“Lo que hemos hecho es instalar una tecnología que permite oler un guante perfumado. Lo hacemos porque mucha gente, en los cuadros que hay en el Prado, ven que hay gente que tiene guantes. Algunos lo llevan puestos y otros los sujetan, como el cuadro de María de Austria, hermana de Felipe II e hija de Carlos V. Lleva los guantes no porque haga frío ni porque tenga que trabajar, sino porque los guantes eran un objeto de lujo que se regalaban unas cortes a otras. Y eran guantes perfumados”, ha resumido.

Lo que han hecho por lo tanto es ofrecer las claves para que todos los visitantes puedan entender por qué están estos guantes en los cuadros, por qué eran importantes. “En el retrato de Maximiliano II pasa lo mismo. Lleva una gorra y, a la vez, lleva una celada, un casco de armadura. No es que se vaya a ir a guerrear, es un símbolo, al igual que el guante que lleva en la mano; es un símbolo de que es una persona elegante, rica, poderosa y, entre ese tipo de gente, se regalaban guantes perfumados”.

De ahí que Puig haya desarrollado un perfume que permite comprobar a qué olerían estos guantes, gracias a esta tecnología.

Del sándalo al iris

Gregorio Sola, perfumista senior de Puig, ha indicado por su parte que han trabajado en unos guantes con una fórmula de 1696. Los guantes se perfumaban en diferentes capas con materias primas muy ricas, olorosas, exóticas, que aportaban mucho poder. Cada familia real tenía su propio perfumista, que era el que le proveía de unos guantes especiales con un olor especial.

“En este caso, lo que hemos trabajado ha sido el olor en guante en sí mismo, esa especie de piel de fina. Y hemos puesto encima esta fórmula de 1696 donde hay resinas, hay sándalo, hay iris. Tenemos notas de ámbar, palosanto. Y todo esto envuelto en un agua de rosas que magnifica el olor del guante. Gracias a esta tecnología podemos oler las fragancias sin saturarnos y nos permite saber cómo era el olor de estos guantes en aquel momento”, ha asegurado.

Solo hay que pulsar el botón que aparece a la derecha -como se puede comprobar en la imagen-, acercar la nariz y ya se pueden oler “las diferentes notas cremosas del sándalo, el confort que nos aporta el iris que es como una nota a cuero fino, como de ante”, ha ilustrado.

“Tenemos un palosanto un poco floral, la rosa. Las notas de ámbar, que confieren esta fuerza y este carácter al perfume… y, como decía, había varias capas. En este dispositivo solo hemos puesto la primera capa, porque la forma que nos indicaba el perfumista era hacer esta fórmula”, ha afirmado, y es que las “otras capas” se hacían con productos demasiado apestosos.

Por último, Guillem Oña, desarrollador de la tecnología AirParfum, ha asegurado que su dispositivo permite oler tantos perfumes como se quiera sin saturar la nariz.

“Todos hemos estado en una perfumería y hemos intentado oler más de dos y tres perfumes y es imposible, porque tenemos el olfato saturado. Con esto podemos oler diez, cincuenta, doscientos perfumes, uno detrás de otro, sin tener esa saturación y pudiendo oler todos los detalles de cada perfume”.

Además, según él, esto genera una experiencia olfativa de aire perfumado: significa que no se impregna en la piel. “Y lo más importante en torno al contexto de esta colaboración es que no contamina, no emite partículas húmedas que puedan dañar ninguna de las pinturas, algo fundamental”, ha querido subrayar.

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