La crisis provocada por el coronavirus ha hecho que los museos españoles tengan que replantearse cómo será su futuro. Su éxito radica en la cantidad de personas que admiran sus obras de arte, pero ¿es realmente malo que las visitas se reduzcan? Evelio Acevedo, director gerente del Museo Thyssen-Bornemisza, Guillermo Solana, su director artístico, y Carolina Fábregas, jefa del área de Marketing y Desarrollo de Negocio, han mostrado las claves para el futuro de esta pinacoteca en el Día Internacional de los Museos.
“Este tiempo de confinamiento se ha vivido con sentimientos muy diferentes. Por un lado, la noticia de cerrar el museo nos sorprendió, y la primera impresión fue de preocupación. Veíamos que el problema sanitario era grave y que nos llevaba a una situación que nunca se había vivido”, se ha sincerado Acevedo. “Nos preocupaba perder ese contacto con nuestro público, o fallar en la improvisación”.
Por otro lado, “afortunadamente, el museo ha funcionado con cierta normalidad. Quiero agradecer el esfuerzo de nuestro comité digital que se ha esforzado mucho para que el museo pueda ofrecer a nuestra audiencia motivaciones cada día, ofreciendo todo tipo de contenidos para todo tipo de públicos”.
Como ya informó Innovaspain, en la página del Museo Thyssen se ha podido disfrutar de la enorme oferta online del museo, que ha seguido llevando a cabo su misión de divulgación, sobre todo, con EducaThyssen. Lo más relevante de su propuesta –recogida bajo el hashtag #ThyssenDesdeCasa– ha sido, sin duda, esta plataforma de educación.
Aún así, Guillermo Solana ha subrayado sobre esta innovadora plataforma que cree que “lo que le falta a EducaThyssen es que se conozca mejor. Este es un museo –y seguramente sea culpa nuestra– que no se da a conocer. Hemos podido tener reputación de ‘museo pijo’ que no estaba pendiente de los problemas de la sociedad, cuando hemos trabajado mucho por la inclusión o la educación. Y todo este trabajo hay que hacerlo aflorar”.
El director gerente del Museo Thyssen ha dejado claro que EducaThyssen no sustituye la experiencia del museo, ni al revés. Todas las formas tienen sentido: “Creo que hay que romper con la sensación de que lo online y lo offline son cosas distintas… cuando solo son dos cosas distintas que se enriquecen mutuamente”.
Acevedo ha afirmado que durante estos dos meses han estado trabajando duramente en sus contenidos online, aprendiendo sobre cultura digital y las posibilidades de “lo digital”. “La cultura digital exige una visión muy global y exige también un conocimiento del tipo de comunicación que requiere el publico a través de los canales. Somos más conscientes de antes de las posibilidades y las capacidades que tenemos”.
“Hemos intentado crear un contenido para nuestras redes sociales y hemos hecho un trabajo muy cuidado para ofrecer a nuestro público lo que quería”, ha especificado Carolina Fábregas. “Hemos escuchado a nuestros seguidores, y ha sido un orgullo ver el crecimiento, en un 40 por ciento, de visitas a la web. Pero, sobre todo, gente que volvía. La gente volvía a ver si había nuevas formaciones, apuestas sobre charlas, colecciones antiguas… El número de visitas a la casi frustrada colección de Rembrandt, que ahora se puede disfrutar online, con paseos virtuales, para que el públicos se acerque a nuestra colección ha sido muy importante”.
Ni lo digital empobrece a lo presencial, ni lo global a lo local. O ese es el argumento de Solana: “Creo que los museos se tienen que hacer más globales y más locales. Parece un contrasentido, pero no lo es. Tenemos que seguir con la globalización a través de lo digital, porque es la única manera". Del mismo modo, confía en dar y recibir de Madrid, el 54 por ciento de sus visitantes anuales.
Y es que, según él, los museos han pasado de ser lugares de protección de tesoros, “lugares donde se para el tiempo”, a lugares donde se enseñan los tesoros. “También sirve para que prevalezcan para nuestras nuevas generaciones, pero se hace de manera más secundaria. Hablamos de que, en algún momento, los museos deberían ser capaces de enseñar producciones audiovisuales en unos años en nuestra web. Pero no poner el micro a un comisario y que suele el rollo, sino producir, con profesionales, y pensar con el lenguaje audiovisual actual acercando nuestra colección”.
“Vamos a digitalizar todo”, ha sentenciado Acevedo sobre el futuro. Aparte, “se cuidará la información a los visitantes, y la compra online, permitiendo no solo saber las fechas para entrar en el museo, sino incluso la hora exacta”. Asimismo, en el Museo Thyssen se acabó lugares donde no había barreras para mostrar “amabilidad”. Eso sí, hasta que terminen las medidas de seguridad sanitaria, en las que confían que serán “transitorias”.
“Todo lo bueno que saquemos de esto será definitivo. Los aforos serán reducidos, y eso puede traer que en nuestro espacio haya más soledad… Algo que también se agradecerá”.