Mushwood champiñon

Mushwood: el proyecto que lleva la circularidad al champiñón

Con La Rioja a la cabeza, tiene como objetivo resolver los problemas de gestión de residuos plásticos agrícolas generados en el cultivo de hongos y crear también nuevos materiales reciclados

El sector del champiñón ha avanzado un importante paso en sostenibilidad. El proyecto europeo Mushwood, con La Rioja a la cabeza, tiene como objetivo resolver los problemas de gestión de residuos plásticos agrícolas generados en el cultivo de hongos, al tiempo que proporcionar nuevos materiales reciclados para su utilización en el sector de la agroalimentario.

De hecho, en esta región se producen cada año unas 78.000 toneladas de hongos, lo que representa el 45% de la producción nacional y el 8% de la producción total europea. Traducido en puestos de trabajo, genera 2.310 directos. De ahí que la española Solteco, junto con el Centro Tecnológico del Champiñón (CTICH) y la Asociación de Productores de champiñón (ASOCHAMP), esté liderando la recogida de material de rechazo generado en su cultivo para elaborar pallets reutilizables en el sector. "Se puede dar un segundo uso a los plásticos no reciclables de la producción del champiñón para volver a aprovecharlos y lograr un material sostenible y reciclado", asegura José Vicente Sainz, CEO de Solteco.

Como ha podido saber este periódico, la compañía está llegando a acuerdos en el marco de Mushwood con Autol, Ausejo y Pradejón para la revalorización de sus residuos  de plásticos en el cultivo de hongos mediante un modelo de economía circular. Desde Soltecto sostienen que el proyecto tiene aún mucho recorrido. "Aislantes para construcción de cámaras de cultivo, estanterías para sacos de champiñón, pérgolas...", son algunos casos prácticos que Solteco está llevando a cabo, anticipa Sainz.

No es la primera vez que Solteco se involucra en proyectos de economía circular. La empresa continúa desarrollando el proyecto europeo ÑCostas, concedido por el CDTI. El objetivo es recuperar los plásticos del Mar Mediterráneo para poder darles un segundo uso en bateas en Galicia y recuperar el medioambiente. Respecto a la industria agroalimentaria, sigue siendo un camino de oportunidades, especialmente porque a nivel estatal no existe normativa específica para el flujo de residuos plásticos agrícolas, el cual queda regulado por la Ley de Residuos en vigor.

La industria alimentaria cada vez utiliza más pallets de materiales plásticos debido a sus ventajas frente a la madera, como son su mayor higiene y facilidad de limpieza y desinfección tanto por medio de agua a presión como con métodos químicos y desinfectantes. "Al ser un material impermeable no permite la introducción de parásitos ni bacterias", sostiene Sainz, además de una mayor durabilidad, resistencia a productos químicos, seguridad en la manipulación debido a la ausencia de astillas y clavos. "No necesita tratamientos fitosanitarios o de fumigación y posee mayor resistencia a las condiciones climáticas adversas", explica.

Los principales beneficiarios de los resultados del proyecto serán los cultivadores de hongos, que ahorrarán en la adquisición de pallets, y solucionarán el problema de la gestión de plásticos agrícolas. Al mismo tiempo, se persigue que el sector agroalimentario riojano disponga de productos reciclados a precio competitivo. Ya hay algunas cifras estimadas sobre la mesa: Solteco se beneficiará de la disponibilidad de film agrícola en un único centro de recogida cercano a sus instalaciones de procesado, disminuyendo así sus costes de transporte y proceso productivo debido al elevado porcentaje de reutilización del plástico (97%).

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