Myriam Aguirre, profesora argentina de la Universidad de Zaragoza

“El futuro de la innovación pasa por usar la nanociencia para nuevos desarrollos industriales”
Myriam Aguirre, profesora argentina de la Universidad de Zaragoza

Doctorada en Ciencias Físicas por la Universidad de Buenos Aires, Myriam Haydee Aguirre dejó en 2011 su puesto de trabajo en Suiza para volver a España (donde ya estuvo durante la elaboración de su tesis). Allí trabajaba como investigador de planta permanente en EMPA-Material Science & Technology. En estos laboratorios federales suizos las principales líneas de investigación son los materiales termoeléctricos para su aplicación a dispositivos de conversión en energía, y el aprovechamiento del calor residual generado por la electrónica, materiales aplicados a la electrónica y memoria de procesadores.

Esta investigadora argentina consiguió un contrato Ramón y Cajal para trabajar en el Instituto de Ciencias Fotónicas de Cataluña y posteriormente se incorporó al Instituto de Nanociencia de Aragón de la Universidad de Zaragoza. Después se presentó a las oposiciones de Profesor Contratado Doctor en la Universidad de Zaragoza, cargo donde actualmente desarrolla su actividad científica.
Las diferencias entre los tres países en los que ha transcurrido su labor formativa y profesional son grandes. Suiza, por ejemplo, “tiene un mix de ciencia y tecnología-empresas que hace que la transferencia tecnológica sea algo rutinario”.

“Las empresas constantemente están innovando y golpeando a las puertas de la universidad y los centros de investigación como el Empa”, afirma. “Siempre se están buscando esos puntos de contacto entre la ciencia, la tecnología y la investigación; entre centros de investigación y empresas hay una retroalimentación constante, lo que hace que el sistema sea muy dinámico”.

“Si comparamos España y Argentina, el primer país cuenta con más recursos y equipamiento que el segundo para investigar”, por lo que puede “alcanzar ciertos objetivos que no se logran en Latinoamérica en general”. También influye, en opinión de Aguirre, la ubicación. “Al vivir en un contexto Europeo, los recursos, la información científica y la formación de los investigadores son de más fácil acceso –continúa-. Esto hace que se formen equipos punteros en investigación”.

Posibilidades de la nanociencia
Las líneas de investigación en las que actualmente trabaja esta profesora de la Universidad de Zaragoza se centran en la ingeniería de nanoestructuras para la aplicación en dispositivos termoeléctricos, así como en propiedades térmicas y de transporte de electrones, magnones y fonones, “donde se pueden aplicar de manera más general a mejorar otros materiales”.

Trabaja en “el desarrollo de nanomateriales funcionales en general y para la conversión de energía térmica en energía eléctrica, y la aplicación de la termoelectricidad a materiales magnéticos para el desarrollo de conversores y sensores”. También colabora en el desarrollo de técnicas de caracterización (imagen y analíticas) como la microscopía electrónica de transmisión aplicada a nanomateriales para establecer la relación estructural con las propiedades.

Participa en el proyecto Spin, Conversión, Logic & Storage in Oxide-Based Electronics (SPICOLOST), que tiene por objetivo el desarrollo e implementación de films delgados y nanoestructuras con funcionalidades eléctricas y magnéticas que permitan optimizar la performance de los dispositivos actuales y disminuir el consumo de energía sin aumentar los costes.

Tiene claro que la nanociencia “puede aportar soluciones a muchos problemas actuales que se plantean en la sociedad, como la escasez de energía, la cura de enfermedades, el transporte eficiente o la salud alimentaria”. “Es el primer paso, la generación de conocimiento que luego se transformará en nanotecnología”, la cual, afirma esta investigadora argentina, “cambiará fundamentalmente la ruta en que serán producidos los materiales y los dispositivos en el futuro”.

Y añade: “Las aplicaciones potenciales son enormes con los nuevos conocimientos desarrollados e investigados en Nanomedicina, Nanoeletrónica, Nanoquímica, Nanofísica, Nanobioingeniería, Nanorobotica, Nanomateriales, OLEDs, etc. entre otras; mejorarán la vida y nuestro entorno en un futuro cercano”.

Myriam Aguirre está convencida de que “el futuro de la innovación pasa por usar los nuevos conocimientos de nanociencia y nanotecnología para nuevos desarrollos industriales”. “Esto no solo ocurrirá en España o Argentina, sino que será a nivel global”. Y pone algunos ejemplos, desde un nanochip para el “cerebro” de un teléfono móvil de última generación, a un nanomaterial para purificar el agua en los lugares más pobres del planeta.

“Por eso la importancia de la innovación es extrema y las empresas tienen que perder el miedo a golpear las puertas de las universidades y de los institutos de investigación en España para poder trabajar juntos resolviendo los problemas locales y globales”, concluye.

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