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Nacho Moros (Atos): «Si algo falla en los Juegos Olímpicos, nos duele a todos»

Atos Juegos Olímpicos
Nacho Moros, responsable de la implementación del programa de excelencia operacional para Juegos Olímpicos y Grandes Eventos de Atos.

Su cargo pesa solo con recitarlo. Nacho Moros es responsable de la implementación del programa de excelencia operacional para Juegos Olímpicos y Grandes Eventos de Atos. Con una partitura tecnológica cambiante, en plena evolución, e inmerso en el entorno de ciberamenazas más intenso de la historia, ha dirigido fundamentalmente desde España la orquesta que debe conseguir que la información fluya en París 2024 y alcance a los 4.000 millones de personas conectados a las competiciones en tiempo real.

Parece mentira que el deporte que más datos genera sea el golf, pero su aparente minimalismo esconde una enorme complejidad. Es una imagen fantástica de lo que sucede en cada esquina de unos Juegos Olímpicos. Nacho Moros ha asumido el desafío con la confianza de la colaboración entre las empresas tecnológicas y con plena conciencia de que su carácter es tan monumental como efímero. Parece estar pensando ya en los siguientes Juegos.

Pregunta: ¿Cómo ha sido el desafío de preparar estos Juegos Olímpicos desde el punto de vista tecnológico?

Respuesta: En el caso de París, el primer desafío fuerte fue el aplazamiento de los Juegos de Tokio. Tradicionalmente, el equipo se componía de gente que venía de los Juegos anteriores y se reforzaba con gente local. En este caso, no pudimos hacerlo así, porque el equipo de Tokio tuvo que estar un año más en Japón. A la vez, en febrero de 2022, se celebraron los Juegos de Invierno de Pekín, de modo tuvimos que crear casi un equipo nuevo en paralelo para París.

Empezamos en 2020, normalmente tardamos cuatro años en preparar unos Juegos. Tuvimos que duplicar el equipo de verano y, primera vez en la historia, dimos servicio a tres Juegos Olímpicos en paralelo. En Madrid y Barcelona, tenemos la parte de desarrollo, testing e integración prejuegos. El lab de Madrid dio servicio a las últimas fases de preparación de Tokio, toda la fase de Pekín y empezamos con las aplicaciones de backoffice de París. Para nosotros fue un hito importantísimo, mezclado con todas las limitaciones que suponía el COVID.

«Trabajar en unos JJ.OO es como gestionar una empresa de 300.00 empleados y 70 sedes para 4.000 millones de clientes»

Pregunta: ¿Con qué se puede comparar una Olimpiada?

Respuesta: Imagina una empresa con 300.000 empleados, que son la gente que participa en unos Juegos entre voluntarios, workforce, atletas, periodistas, equipos de seguridad… a eso tienes que añadir 70 sedes deportivas y no deportivas durante un mes, si contamos los Paralímpicos, y unos 4.000 millones de clientes que son todos los usuarios de tus servicios. Esa sería un poco la analogía de lo que es una Olimpiada con una empresa estándar.

Es como montar y desmontar un país entero.

Cuando empezamos ya no hay horarios, si es de noche en un continente es de día en otro y todo el mundo tiene las mismas expectativas de información porque los servicios que damos son globales.

El impacto de la geopolítica en la ciberseguridad de los Juegos

¿Qué ha aportado París de diferente respecto a Tokio? ¿Cuál ha sido la evolución?

A nivel tecnológico, tenemos tres roles distintos. Como integrador de tecnología, cambiamos de país y eso implica un reto cultural y la obligación de adaptarse a una legislación diferente. En el caso de París, ha sido difícil porque participan unos organismos que gestionan dinero público y se convocan los preceptivos concursos. El rol de integrador consiste en ayudar al comité organizador a que elija a los proveedores que se necesitan en el momento correcto y con los costes adecuados, y en coordinarlos. Eso, en el caso de Francia, no ha sido fácil porque había unos límites presupuestarios.

Como proveedor de soluciones, unas están enfocadas a securizar el dato, desde las acreditaciones al visado para entrar en el país. Lo más importante es integrarlo con la Policía para que se asegure de que todas las personas pasan un check de seguridad. Y el dato debe estar seguro, no se puede robar. Con los retos geopolíticos que hay ahora mismo en materia de ciberseguridad, el riesgo es mayor. En tercer lugar, están las aplicaciones de resultados. El objetivo es que estén disponibles para cualquier tipo de dispositivo en tiempo real dentro de los márgenes que el usuario espera, que son súper exigentes. Y se ha multiplicado exponencialmente el volumen de datos que se generan.

Cuatro años, para el mundo de la tecnología es mucho tiempo. Hay tendencias que en Tokio eran incipientes y ahora han alcanzado un grado de madurez.

Hay una cosa de la que nos hemos beneficiado: somos agnósticos de la nube. Lo pasamos todo a dockers hace tres años y eso nos ha servido para poder adaptarnos fácilmente a cualquier cambio tecnológico. Dado que tenemos que escalar si hay mucha demanda en uno de los sistemas, nos habíamos anticipado y pasamos todas nuestras aplicaciones a microservicios. Eso nos ha ayudado mucho también para la detección y arreglo de cualquier posible problema o cambio en las aplicaciones. La tecnología aquí está al servicio del deporte y éste es cambiante. A través de estos microservicios somos capaces de hacer una modificación y desplegarla en un par de horas en todos los sistemas.

Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 serán los de la inteligencia artificial

¿Y una tecnología que no se haya podido aprovechar completamente en París y en la que haya que empezar a pensar para los siguientes Juegos?

Siempre hay evolución. Para las próximas Olimpiadas supongo que habrá mucho más uso de la inteligencia artificial. La hemos usado en voluntarios y se ha puesto en marcha un piloto de IA a nivel de uso interno del personal de París para el tema de conocimiento de las herramientas internas. En unos Juegos se pasa de tener cientos de empleados a miles en meses, cosas sencillas como pasar una nota de gastos supone un problema para mucha gente que no tiene tiempo. Los Juegos Olímpicos no son muy distintos de cómo hacemos el uso de tecnología en nuestra vida normal y tiene pinta de que la inteligencia artificial nos va a afectar en el día a día, va a ser el game changer del futuro.

En la parte de ciberseguridad, estamos hablando de puntos de entrada de vulnerabilidad espectaculares. Con tantas terceras partes, era muy complicado que no afectara la caída de Microsoft.

Sí, afectó. El famoso viernes, por la monitorización que tenemos de cada dispositivo, creo que fuimos una de las primeras organizaciones que lo detectó. Lo que se hizo desde el primer momento fue analizar por dónde venía y elaborar un plan de acción en el que establecimos qué sistemas era más crítico recuperar primero. Lo más importante eran los centros de acreditación y los sistemas de control de acceso, porque estaban llegando las delegaciones.

Hubo una parada de servicio de cuatro horas, pero en torno a las 14:30 ya estaba todo abierto. Se consiguió que el impacto fuera mínimo para nuestro cliente. En paralelo, se fueron recuperando todos los sistemas y el domingo por la noche ya estaba todo en pie, no había nada impactado. La lección aprendida es la de la coordinación, porque no hicimos el plan para toda la cadena, para todas las otras empresas. Impactó a todo aquel que estuviese usando Windows.

«Un evento de estas características no funciona sin colaboración ni voluntarios»

Es muy interesante porque la nueva economía de plataformas se parece mucho a esa visión de la colaboración entre empresas, desde el punto de vista de objetivos comunes.

La comunicación, la coordinación, es muy natural. Yo llevo el uniforme de Atos, pero al final de tantas horas es casi una familia. Cuando alguien tiene un problema, todo el mundo trabaja en equipo, no hay empresas, no hay logos. Igual estoy un poco chapado a la antigua, pero una de las partes más importantes sigue siendo el factor humano en la coordinación de equipos, el que haya una relación de respeto entre todas las empresas, el que haya un objetivo común. Si algo falla en las Olimpiadas, nos duele a todos.

Realmente en casos como estos se demuestra que los Juegos son un experimento que puede ayudar a sacar conclusiones del estado del arte de la tecnología actual.

En ciberseguridad, la clave está, primero, en no creerte que puedes cubrir todo el ámbito. La clave está en la coordinación de todos los agentes que intervengan en cualquier proceso, públicos y privados. De lo contrario, cualquier flanco lo puede tirar todo abajo. La cantidad de organismos que intervienen en la seguridad de los Juegos es muy amplia. Un evento de estas características no funciona sin voluntarios. En París hay unos 50.000, y al proceso de captación se presentan seis veces esa cifra.

Propusimos al comité organizador incluir un módulo de inteligencia artificial que sugiriera, una vez que realizado el primer filtro, a los mejores candidatos para cada posición. Eso ayudó mucho a hacer que el proceso fuera corto, ahorrara costes y fuera más efectivo. Durante los Juegos, en la gestión de voluntarios es brutal la cantidad de cambios que hay y, con este módulo, se hace automáticamente la notificación a la persona.

El golf es el deporte olímpico que más datos general

En Fórmula 1, se suele informar de la cantidad de puntos de captación de datos, de los teras de información que se generan. ¿De qué estamos hablando en unos Juegos Olímpicos?

El volumen de datos que se manejan en estas aplicaciones es brutal. En una carrera de Fórmula 1 tienes durante tres horas a 28 coches compitiendo y se generan toneladas de de información, pero en los Juegos hay días con 23 disciplinas en paralelo produciendo sus propios datos. Y algunas generan muchísimos. La que más en París es el golf, porque tienes decenas de jugadores en el campo y por cada golpe se generan una docena de datos más foto y un pequeño vídeo que se sube a la web, multiplica. No sabría decir cuántos teras de información son, pero es brutal.

No habría dicho nunca que el golf es el deporte que más datos genera.

Yo tampoco, siempre históricamente creía que era el atletismo, pero no.

¿Cuál es el modelo para gestionar toda esta cantidad de información?

El modelo de unos Juegos Olímpicos no es muy distinto a lo que se hace durante un proceso electoral, se va dividiendo el problema en trozos más pequeños. Se parte de asegurar la sede deportiva, que los datos se distribuyen correctamente. Centralizamos y distribuimos en tiempo real a los clientes y el primero es la televisión. Se intenta hacer mucho más fácil el consumo final de la información. En periodismo deportivo, nos siguen pidiendo los resultados en papel, de modo que se generan en pdf y se distribuyen. Suelen ser para periodistas muy especializados y para federaciones y entrenadores.

¿Como se ha reforzado la infraestructura de telecomunicaciones en París para poder asumir todo esto?

Hemos hecho pruebas durante los últimos 10-12 meses en el laboratorio de Madrid, y luego pruebas masivas de carga y de distribución de sistema. En la última, esta primavera, se hizo una simulación de los Juegos durante una semana a doble de capacidad de generación de datos y distribuyendo. La NBC estuvo conectada todos los días para asegurarse de que eran capaces de seguir tanto la distribución como el proceso de datos. Al final es probar, probar y probar. Ha habido un cambio unido a esto y es que, desde Río de Janeiro, y a raíz del COVID, sobre todo en prensa y televisión, cada vez hay más gente que trabaja en remoto. Eso multiplica la cantidad de carga que necesitamos en todos los cloud.