Kilian Zaragozá y su socio, José Vicente Villaroig, están probando en primera línea de batalla las mieles y los sinsabores de emprender. Desde la posición acomodada que otorga un buen empleo eligieron pasarse al ‘otro lado’ y complicarse la vida, algo que no cambiarían “por nada del mundo”. Todo empieza con el trabajo de fin de grado de Ingeniería de Diseño Industrial y Desarrollo de Productos de la Universitat Jaume I. La primera versión de Nadie Sin Su Ración Diaria (NSSRD) consistía en una especia de take away para que las personas usuarias de los comedores sociales pudieran recibir alimentos aunque las instalaciones estuvieran completas.
“Era un proyecto muy ingenieril, pero carente de un modelo empresarial”, recuerda Zaragozá en conversación con este periódico. Sin embargo, las bases de NSSRD estaban ahí: impacto social y medioambiental generando valor económico con la sostenibilidad por bandera. La mejor ‘noticia’ para estos emprendedores fue la escasa digitalización del Tercer Sector, sediento de nuevas propuestas que le pusieran en la órbita de los nuevos usos y costumbres también de los propios donantes.
“Nos propusimos la completa digitalización del sistema tradicional de donación de alimentos”. Su principal aliado en este viaje ha sido la Federación Española de Banco de Alimentos (FESBAL), consciente de que la tecnología podía ayudar a desarrollar su tarea de manera más eficiente y a la vez multiplicar las personas a las que benefician.
Con los ahorros personales y, “sobre todo”, con la inyección económica de un grupo de inversores, NSSRD pudo desarrollar un MVP y captar los primeros proveedores para diseñar las herramientas digitales y físicas, consistentes en una aplicación móvil y en tótems físicos desde los que hacer las donaciones.
El pistoletazo de salida definitivo fue constatar que la idea funcionaba. “En agosto de 2020, llevamos a cabo una prueba piloto en la provincia de Castellón, donde activamos la app e instalamos un tótem en distintas tiendas de Supermercados Consum”. Junto a la FEBAL y el Banco de Alimentos de Castellón recaudaron 100.000 euros en solo 5 meses. Hoy están en siete provincias y la app ha sido desplegada a nivel nacional. Un sistema de geolocalización permite clasificar las donaciones en función de la ubicación del donante, para que cada Banco de Alimentos lo gestione a su vez con las entidades locales que correspondan.
Kilian Zaragozá explica que octubre ha sido hasta la fecha su mejor mes, con una recaudación de 55.000 euros. En total, la startup ha permitido 15.000 donaciones por valor de 232.000 euros. 30 toneladas de alimento entregadas sin haber movido un solo kilo a nivel logístico. NSSRD ha evitado la emisión de casi una tonelada de CO2. De manera reciente, la startup ha sido premiada por KM ZERO Food Innovation Hub en su evento ftalks 21 dentro de la categoría Sostenibilidad.
Cuestión de dignidad
“Logramos multiplicar por 7 (hasta los 16 euros) el importe donado por cada persona respecto al sistema tradicional físico”, añade el cofundador de NSSRD. La empresa da continuidad a las donaciones, más allá de las 2-3 campañas anuales por todos conocidas. “Acabamos con esa estacionalidad. La app permite donar en cualquier momento y lugar. Por otro lado, ofrecemos algo más a los Bancos de Alimentos al abrir la puerta a programas de suscripción. Por primera vez pueden contar con socios que donan automáticamente cada mes la cantidad que elijan”.
Otro de los objetivos a cumplir por la plataforma pasa por acabar con las colas del hambre. “Nos hemos propuesto dignificar la situación de estas personas. Con 4.600 tarjetas monedero repartidas hasta la fecha, Nadie Sin Su Ración Diaria lleva a otro nivel la variedad de las donaciones. “Ya no hablamos solo de alimentos no perecederos, sino que el beneficiario accede al supermercado y compra lo que necesita, incluyendo productos frescos, de higiene o para bebés”.
Todo ello de forma transparente y trazable gracias a la tecnología blockchain. Además de con la mencionada aplicación móvil, es posible donar desde los tótems de NSSRD: tótems en formato kiosco, tótems tipo Tablet con TVP inalámbrico o un TPV móvil para donar gracias a la tecnología NFC. Los tótems están ubicados en las cadenas de supermercados que ya colaboran con la FESBAL en este proyecto –Supermercados Consum, El Corte Inglés, Mercadona, Alcampo, Carrefour y bonÁrea- y el donante puede seguir el camino de su aportación hasta que es incorporada en una tarjeta monedero lista para ser entregada a una persona. “La integridad del donativo es un valor añadido importantísimo. Rompemos otra barrera del tercer sector”.
Los próximos pasos
La llegada de la Navidad supone el pico anual de donaciones. Además de remar a favor de la Gran Recogida que organiza la FESBAL, desde NSSRD invitan a que las empresas canalicen acciones de RSC a través de su aplicación. “Facilitamos que lancen retos que tendrán impacto social y medioambiental”.
Su modelo de negocio es el de un proveedor más, en este caso de servicios tecnológicos, dentro de un acuerdo por ahora en exclusiva con la FESBAL y los Bancos de Alimentos. “Nunca nos planteamos monetizar desde las donaciones”, señala Kilian Zaragozá. “Logramos incrementar las donaciones para los Bancos de Alimentos y por esta acción monetizamos un tanto por ciento que se reduce según crecemos. Lo que está claro es que mejorar la situación será muy difícil sin la contribución de la empresa privada junto a los inversores y los agentes del cambio”.
Zaragozá admite que hace años habría sido imposible dar forma a Nadie Sin Su Ración Diaria. “Era difícil hacer entender a la gente el cero contacto. Vino el COVID y la reinvención de todo. El tercer sector no iba a ser menos. La solución la teníamos planteada y la pandemia aceleró el desarrollo y el testeo de las herramientas”. Y aunque inicialmente pensaban en un target de personas familiarizada con la tecnología, la primera donación desmontó cualquier prejuicio cuando una señora de 82 años se plantó con su tarjeta de crédito delante de un tótem con total naturalidad lista para hacer su aportación.
En Nadie Sin Su Ración Diaria piensan en convertirse en un referente de las entidades sociales en cuanto a la digitalización de procesos. En el corto plazo, mientras escalan en nuevas provincias de la mano de los Bancos de Alimentos, sus contribuciones son escuchadas en la redacción de la futura Ley del Desperdicio Alimentario. “Queremos demostrar que podemos reducir los índices de pobreza en España. Más adelante, saltar a Europa junto a la Federación Europea de Banco de Alimentos e incluso trabajar en países de América Latina”, concluye Kilian Zaragozá.