La canela puede ser la clave para matar bacterias y hongos. Lo han descubierto la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el CIBER de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), que han desarrollado un nanodispositivo inteligente, el “nanokiller”, que sería capaz de eliminar patógenos que pueden estar presentes en alimentos, aguas residuales y en el tratamiento de infecciones hospitalarias.
Concretamente, es especialmente eficaz contra la Escherichia coli, Staphylococcus aureus y Candida albicans. Como explica Andrea Bernardos Bau, investigadora del grupo NanoSens del Instituto Interuniversitario de Investigación de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM), se podría crear, por ejemplo, un spray y hacer una formulación basada en agua y otros compuestos y aplicarlo directamente.
“Por ejemplo, en campo, lo que nosotros podríamos hacer es un formulado que tendría que tener base acuosa y lo que nosotros haríamos es directamente fumigar, como se utiliza cualquier pesticida ahora mismo en campo”, indica.
En cuanto a los hospitales, la aplicación se podría hacer de diferentes formas. “Se podría aplicar directamente sobre vendas, porque muchas veces estas infecciones que pueden ocurrir en alguna herida que aparezca o en alguna infección, y se podría incluso intentar hacer cápsulas que pudieran tomarse también vía oral”.
Y es que, entre sus ventajas, permite reducir la dosis de antimicrobiano, eliminando toxicidades adversas y actuando de forma muy eficaz.
De todos modos, cabe destacar que el “nanokiller” no se libera de forma indiscriminada al medio o al paciente o donde sea el componente bioactivo, «pero en el caso de que exista una infección por algún patógeno tipo bacteria, microorganismo, como puede ser un hongo también, se puede liberar y tener su efecto”.
Especificaciones
Según la UPV, el nanokiller mejora la eficacia del cinamaldehído -el aceite esencial de la canela- encapsulado en comparación con el compuesto libre: unas 52 veces en el caso de Escherichia coli, unas 60 veces en el de Staphylococcus aureus y unas 7 veces en el de Candida albicans.
Por otro lado, potencia las propiedades antimicrobianas del cinamaldehído libre con una reducción de la dosis biocida en torno al 98% en el caso de las cepas bacterianas (Escherichia coli y Staphylococcus aureus) y del 72% para la cepa de levadura (Candida albicans) cuando se aplica el nanodispositivo.
La misma Bernardos Bau cuenta que el aumento de la actividad antimicrobiana del componente de aceite esencial es posible “gracias a la disminución de su volatilidad debido a su encapsulación en una matriz de sílice porosa y al aumento de su concentración local cuando se libera, debido a la presencia de los microorganismos”.