Vuelos cancelados, hoteles y restaurantes cerrados, ciudades vacías por el confinamiento… 2020 fue el peor año jamás registrado en la historia del turismo debido a las medidas adoptadas por los países para intentar poner un freno a la pandemia de COVID-19. El turismo mundial retrocedió a niveles de hace 30 años: las llegadas internacionales cayeron cerca de un 70 %, hubo 1.000 millones de llegadas menos y se registró una pérdida de cerca de 1.100 millones de dólares en ingresos, según la Organización Mundial del Turismo (OMT), la agencia especializada de las Naciones Unidas en la materia.
Natalia Bayona (Santander, Colombia, 1985), la primera directora de innovación de la OMT, da algunas pistas sobre cómo será la reactivación del sector en 2021. Su misión en la agencia consiste en identificar las startups y proyectos de inversión más disruptivos y conectarlos con Estados Miembro y corporaciones internacionales. Antes trabajó durante 10 años en ProColombia y más tarde fue la vicepresidenta de Desarrollo Internacional de Spain Startup-South Summit, donde organizó el primer South Summit Alianza del Pacífico.
¿Por qué es importante invertir en este sector con un clima tan incierto?
El turismo ha sido uno de los sectores más afectados durante esta pandemia y, sin duda alguna, es uno de los sectores que siempre ha estado vinculado a la tecnología. Esto viene de hace rato, desde la época de las empresas puntocom (que surgieron con el auge del comercio electrónico), después viene la revolución de las startups hace diez años... Entonces, hoy por hoy, efectivamente, invertir en turismo implica inversiones para desarrollar la tecnología y todo lo que implica.
El turismo es uno de los grandes empleadores de jóvenes y de mujeres en el mundo. El invertir en tecnología, en startups, en el desarrollo del ecosistema emprendimiento está ayudando directamente a fortalecer y a dirigir valor agregado no solamente hacia el sector, sino también empoderar a los jóvenes para que estos, a través de las nuevas tecnologías, empiecen a desarrollar nuevas soluciones que permitan un turismo más sostenible y más resiliente. Sin duda, el vehículo más fuerte hoy en día para garantizar que el turismo sea un sector sostenible, es la tecnología.
Además de invertir en tecnología, ¿cómo puede innovar el sector para mejorar su situación?
Hay muchas formas en las cuales se puede innovar en el sector, por ejemplo, incluyendo a las comunidades, nuevos paquetes turísticos. Desde el turismo musical o de naturaleza, promoviendo el senderismo o el avistamiento de aves. Redefinir la estrategia de promoción de un destino turístico hace parte de la innovación y de los cambios que necesita tener el sector.
Es decir, una de las grandes prioridades que hay en el sector es la redefinición del modelo. ¿Qué tipo de modelo de turismo se quiere desarrollar? ¿Cómo podemos desarrollar un turismo que sea más sostenible, más moderno y más inclusivo? Hoy en día innovar en turismo no solamente pasa por el desarrollo de startups y de tecnología, hay que ir más allá. La innovación es el principal motor para poder salir de esta crisis. Innovar no es solamente crear. También es asumir riesgos. Es obviamente crear, cambiar los modelos. Pero debe generar beneficio económico si no no hay innovación, sencillamente hay una transformación, creatividad. Pero para que lo creativo pase a ser innovador tiene que generar un beneficio económico.
¿A quién le toca liderar la recuperación del sector?
Creo que la responsabilidad de recuperar el turismo es de todos. No es una recuperación que dependa solo de los gobiernos, ni solo del sector privado. Tiene que ser un trabajo en equipo. De nada sirve tener las mejores políticas públicas si no hay una fuerza desde el sector empresarial para salir adelante. Y de nada sirve lo contrario: tener un sector empresarial pujante y con ganas de salir adelante si no hay políticas públicas, subvenciones o apoyos que puedan fortalecer las cosas.
Con los cambios que ha provocado la pandemia, ¿pasaremos de un turismo internacional a uno local?
Sin duda, mientras no todos tengan la vacuna, y mientras no tengamos protocolos homogéneos, hay que enfocarse en la promoción de un turismo nacional, en que haya muchísima más prioridad hacia el turismo rural, hacia las comunidades, los pueblos, en el turismo de naturaleza o de aventura. Gran parte de las personas que viven en su país ni siquiera lo conocen, con lo cual esta es una buena oportunidad para volver a empoderar diferentes regiones que podrían verse beneficiadas por el turismo. La España vacía es uno de esos ejemplos.
¿Cómo desarrollar un turismo realmente sostenible?
Para hablar de sostenibilidad se tienen que tener en cuenta varios factores que son: el medio ambiente, la tecnología, el uso ético de los da- tos, la inclusión de comunidades y de los más vulnerables. La sostenibilidad pasa por crear programas y experiencias que beneficien primero a las comunidades. Segundo, el beneficio tiene que ser no solamente sea económico, sino también social. Tercero, debe usarse la tecnología. Cuarto, todo esto debe desarrollarse de manera ética: si yo tengo información gracias a que tengo la oportunidad de tener una base de da- tos de turistas, efectivamente tengo que actuar de una manera coherente y no invasiva y que cumpla con la ley de protección de datos.
Por último, efectivamente todo lo que yo desarrolle debe hacerse de una manera consciente, que permita que las generaciones futuras desarrollen y tengan el mismo beneficio económico que tenemos hoy en día del turismo. Los retos del turismo estaban desde antes de la pandemia. Lo que esta hizo fue aceleralos. La sostenibilidad era un reto desde hace rato.
¿Le parece bien que los países pidan que la gente esté vacunada para poder entrar en su territorio?
Las vacunas son parte de la solución para poder contener el COVID-19. Sin embargo, los gobiernos no pueden exigir la vacunación como parte de su protocolo de entrada a su territorio. No solo no es justo sino que iría en detrimento del desarrollo del turismo pues por ahora es un porcentaje muy bajo el que se encuentra vacunado.
Por otro lado, lo ideal para efectos de crear una apertura de fronteras de manera coordinada y sostenible pasa por tres puntos. En primer lugar, unos protocolos y guías homogéneas entre países para facilitar la circulación. En segundo lugar, incluir y aprobar aplicaciones digitales que cuenten con tecnología blockchain, tengan sistemas interoperables y un manejo de datos cien por cien de propiedad del usuario para conocer el tipo de prueba o el estado de salud del viajero. Y, como última medida, una campaña que promueva la recuperación de la confianza y el turismo responsable.
¿Qué opina del turismo de vacunas?
Creo que las vacunas deben ser un derecho de cada uno de los ciudadanos. Deben ser un bien público global. Sin embargo, entiendo que, cuando hay una necesidad especial de la población vulnerable y en caso de no tener la posibilidad de vacunarse en el país donde residen, se recurra a viajar a otros países para hacerlo. Es válido si es una persona de ese mismo país o si es alguien vulnerable que forma parte del grupo de prioridad y puede acceder a ella. En lo que no estaría de acuerdo es en fomentar paquetes turísticos donde las personas incluyan la vacunación como parte de su visita a un destino. Hay que respetar los turnos y los procedimientos que cada gobierno ha efectuado.