En el sector de la educación no solo hay alumnos exitosos; también existen chicos que necesitan apoyo educativo, que tienen dificultades específicas de aprendizaje, fracaso escolar o absentismo. Pero la tecnología, usualmente relacionada con el triunfo académico –ahí está el ejemplo de los jóvenes de Silicon Valley–, está demostrada como una herramienta vital para el aprendizaje o para la creación de hábitos en los estudios. Así que Naturgy y la Cruz Roja han creado un nuevo programa, llamado ‘Promoción del éxito escolar’, con el que pretenden llevar el conocimiento tecnológico en la primera infancia, qué es la energía y cómo y dónde se usa, buenas prácticas energéticas, eficiencia energética y sostenibilidad.
“Este programa es positivo no solo a nivel formativo, sino también en cuanto a la ayuda en la conciliación familiar y laboral de las familias vulnerables. Lo más importante es facilitar recursos formativos y asistenciales con los que podamos aportar nuestro granito de arena para que estos niños tengan acceso a conocimientos especializados en el ámbito de la tecnología y alcancen el éxito escolar”, explica la directora general de la Fundación Naturgy –responsable del proyecto–, María Eugenia Coronado.
Esta iniciativa se centra en la intervención socioeducativa de menores de entre 6 y 16 años, jóvenes que ya asisten, de manera habitual, a las ludotecas de las asambleas de Cruz Roja, “donde se les ofrece apoyo en tareas escolares y se trabajan materias para el fomento de las vocaciones científicas y la creatividad”. Con este bagaje, los voluntarios de ambas instituciones organizarán estos talleres por las tardes, en Madrid y Barcelona, fuera del horario escolar. “Los contenidos se vehicularán a través de juegos y experimentos, entre otras dinámicas, para las cuales se han preparado materiales especializados desarrollados por nosotros”, indican desde Naturgy.
De hecho, como indican desde la compañía energética, ya han atendido a “más de 1.200 familias en situación de vulnerabilidad”, dándoles asesoramiento sobre el “uso responsable de la energía, asistencia en la solicitud de ayuda de los servicios sociales, o proporcionando un kit de eficiencia energética para la adecuación del consumo de suministros de sus viviendas, entre otras acciones”. Sin embargo, este proyecto implica “algo más”: que los jóvenes puedan, por sí mismos, ser capaces, no solo de entender el mundo energético, sino de crear hábitos de aprendizaje y no fracasar en los estudios.