La startup de lentillas española Neboola llega a Latinoamérica

La reducción de la cadena de intermediarios es la clave del éxito de la empresa
De izquierda a derecha, Kike de Mateo y Daniel Marcos.

Tras ampliar su mercado fuera de España, en Portugal, Italia, Francia y Alemania, la startup española Neboola ha llegado a Latinoamérica. Primera parada: Chile. La empresa creada por Daniel Marcos y Enrique de Mateo, que lanzó en 2018 su primer producto, las lentillas diarias loopas, ha comenzado a vender vitoo, vitaminas y suplementos alimenticios personalizados. Este nuevo producto sigue el mismo principio del primero: acortar la cadena de intermediación gracias a la venta online.

Dadas las similitudes de su mercado con el europeo, Chile fue una buena puerta de entrada. “Es un país que no es tan diferente a los europeos en cuanto a ciertas costumbres y, desde el punto de vista regulatorio, se parece a los europeos”, ha asegurado Marcos, quien ha detallado que después pretenden alcanzar Colombia, y más tarde, México.

“Tienen un mercado interesante desde el punto de vista del volumen, la penetración digital es buena, la logística, pese a ser más compleja que en Europa, está bien resuelta, las lentillas son muy caras y pensamos que nuestra propuesta de valor, con una venta directa al consumidor, puede tener sentido”, ha opinado sobre estos países.

Los empresarios españoles detectaron hace más de un año que la larga cadena de intermediarios era el principal problema del mercado de las lentes de contacto. “El consumidor está recibiendo un producto de calidad pero con muchos intermediarios, lo que encarece el producto innecesariamente”, ha asegurado Marcos y ha añadido, “Mucha gente no puede permitirse comprar lentillas diarias porque son muy caras en el mercado tradicional”.

Los nativos digitales son sus principales clientes, de acuerdo con Marcos, aunque la franja de consumidores va desde los 20 hasta los 40 años. Desde 2018, cuando la startup comenzó a vender las lentillas fabricadas en Europa, ha facturado más de 350.000 euros. Este año prevé facturar más de cuatro millones. España es su principal cliente, seguido por Italia, Francia, Alemania, Portugal y, desde hace un mes, Chile.

Con las vitaminas los emprendedores también quisieron que fuera el cliente quien eligiera directamente el producto, asesorado por un especialista a través de la web. “La gente está comprando un producto que no entiende y que no está personalizado”, ha detallado. Tras indicar sus datos generales –edad, género, hábitos alimenticios y de ejercicio, problemas de salud–, el cliente elige el producto que más se ajusta a sus necesidades.

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