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«Es necesario empoderar a las mujeres en los ámbitos STEM»

Hay una tendencia a creer que en las profesiones STEM, las siglas en inglés empleadas para referirse a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, solo están “los frikis, los raros, los que nadie entiende”. Un estereotipo alimentado por series de televisión como Big Bang Theory, que refleja a su vez una visión generalizada que ha calado en la sociedad y asume que las personas que se dedican a estas profesiones, “poseen grandes capacidades intelectuales, pero tienen dificultades en las relaciones personales, no les gusta estar con otras personas y tienen pocas habilidades sociales”.

Lo explicaba el pasado lunes en la Fundación Telefónica Milagros Sainz Ibáñez, licenciada en Psicología por la Universidad de Salamanca y doctora en psicología social por la UNED. Presentaba el libro “Se buscan ingenieras, físicas y tecnólogas. ¿Por qué no hay más mujeres STEM?”, que analiza los motivos de la escasa presencia y participación activa de las mujeres en estudios universitarios y profesiones ligadas a algunos ámbitos STEM.

El libro incluye tres estudios, basados en entrevistas a 410 estudiantes de secundaria y una treintena de jóvenes que estudian o han comenzado a trabajar en profesiones STEM, en los que se examinan cuestiones clave para entender esta brecha de género en estas profesiones.

La mayoría de los participantes de secundaria tiene una vaga idea de lo que es una carrera de ciencia y tecnología, alimentada por los muchos estereotipos que circulan sobre las personas que lo eligen. “Con esta idea, ¿quién va a elegir una carrera STEM?”, reflexionaba Milagros Sainz Ibáñez.

Ausencia de modelos femeninos

Respecto a los motivos que hacen aún más escasa la presencia de mujeres en estos estudios, salvo en los relacionados con el ámbito de la salud, Sainz Ibáñez resaltó “la ausencia de modelos femeninos, en especial en carreras como Física e Ingenierías. Ni siquiera en Medicina, una profesión muy feminizada, con un 75% de mujeres, se hace referencia a los modelos femeninos. Lo que lleva a una excesiva invisibilización de la contribución de las mujeres en estos ámbitos”.

Por otro lado, a la hora de elegir carrera, las conclusiones de este estudio muestran que hay también diferencias de género: “Las chicas valoran más en su elección, aquellas profesiones con una finalidad social, que impliquen el trato con personas y supongan beneficios para la humanidad. Mientras que los chicos destacan más el aprendizaje y menos de la utilidad de sus estudios”.

Las pocas chicas que eligen carreras STEM, se quejan de las dificultades para promocionar en el ámbito laboral, según recoge el trabajo. “Lo reconocen más las mujeres que ya trabajan. Las que aun están estudiando son menos conscientes, aunque estaban ya en cuarto de carrera”, destaca el estudio coordinado por Milagros Sainz Ibáñez.

Muchas horas de trabajo, que hay que compatibilizar con la atención a la familia, hacen difícil la conciliación en un ámbito básicamente masculino. “Algunas ingenieras señalaban la importancia de que hubiera más mujeres en su entorno laboral y echaban de menos compartir sus dificultades con otras mujeres. También denunciaban hostilidad e incluso algún tipo de acoso”, apunta el estudio.

Las recomendaciones para superar estas barreras “giran en torno a la modificación de los estereotipos de género en los estudios STEM», apuntaba Sainz Ibáñez, que incide en la necesidad de que muchas de las recomendación para salvar esta brecha de género vayan “dirigidas al ámbito educativo y a los medios de comunicación, que refuerzan estos estereotipos. También las películas y series de televisión deberían cuidar los modelos que utilizan. Es importante reflexionar sobre esto”.

Junto a estas recomendaciones, destacaba también la necesidad de “empoderar a las mujeres en los ámbitos STEM, con acciones para atraer a las chicas y retenerlas. La Administración y la Sociedad debería tomar medidas para potenciar la presencia de las mujeres y promover la igualdad de género”.