En 2017 nació Neobotik, una compañía que tiene la idea de automatizar procesos de producción con tecnología basada en la robótica colaborativa. Este sector estaba en aquel momento en auge. Y aún lo está, ya que todavía no ha terminado de explotar; o, mejor dicho, de alcanzar su punto álgido. Queda mucho por hacer en este campo, pero esta empresa onubense ya inició el camino antes que los demás, lo que les da una ventaja estratégica considerable.
David Muñoz, su CEO, decidió fundar la empresa con la idea de contar con robots 100% colaborativos, por lo que eligieron a Universal Robots -líderes del sector, de los que ellos son integradores certificados- para ello. El mercado fue dirigiendo a Neobotik hacia soluciones finales de producción, así que ahora cuentan con máquinas de paletizado de acero inoxidable y tienen además un software de desarrollo propio.
La robótica colaborativa
Pero ¿qué es exactamente la robótica colaborativa? Muñoz explica que son robots de última generación que vienen a cubrir un mercado que, actualmente, no estaba haciendo, pues hay empresas que han ido creciendo de manera orgánica y, por falta de espacio, no podían automatizar sus procesos.
“Pongo un ejemplo: los robots industriales necesitan más seguridad y ocupan mucho más espacio. De este modo, los nuestros cubren ese nicho de mercado donde se pueden instalar con medidas de seguridad adecuadas y así colaborar mejor con el operario. Asimismo, al mínimo impacto, estos se bloquean para no causar daños”. Tiene una superficie de unos cinco metros cuadrados y una regulación que indican los limitadores de potencia, velocidad o fuerza, entre otros para cumplir esos posibles impactos, aclara también.
Al final, la diferencia entre Neobotik y otras empresas es que esta aporta el poco espacio que ocupa. Así como los retornos de inversión, que son muy elevados: en menos de un año se recupera la inversión. “Los retornos en las industriales son bastante más largos, porque son muy grandes y caros. Y el software es propio, a través de Siemens, con una interfaz gráfica sencilla e intuitiva cuyos parámetros se ven a través de una pantalla a todo color, en la que se debe realizar los procesos de ajustes para personas que no tengan un conocimiento claro sobre este”.
“No se sustituye al operario”
En este tipo de robótica, recuerda Muñoz, “no se sustituye al operario, sino que se convierte en colaborador. Lo que viene a realizar son tareas tediosas y repetitivas. La máquina de paletizado quita la carga y tareas repetitivas. Y la experiencia nos dice que los robots son aliados, no enemigos. Se evitan trastornos musculares, así que los trabajadores solo hacen la configuración de tecnología de última generación y la gestión, aumentando la calidad de su trabajo, con menos cansancio y sintiéndose más valorados y cualificados”.
En cuanto a su futuro, seguirán 100% centrados en robótica colaborativa. Ya tienen su producto mínimo viable y su producto es el más vendido a nivel nacional en este sector. Tienen muy testado el producto, con más de 40 unidades instaladas -cada una con un precio que va desde los 50.000 euros a los 80.000, dependiendo del equipo-, y con clientes que hacen este trabajo de paletizado para grandes superficies. “Ahora queremos cubrir todo el territorio nacional, aunque tenemos casi todo ya… Aún nos faltan zonas por cubrir y de cara a 2023, queremos expandir internacionalmente la compañía”.
En Neobotik crecen alrededor de un 40% de manera anual. Lo que hacen es la punta del iceberg; lo grande, indica Muñoz, está por detrás. “El potencial es enorme. Ya se está notando en 2021 y 2022 el incremento de empresas que quieren utilizar esta tecnología. En unos diez años de desarrollo, este mercado culminará plenamente”.