Nextmol: la supercomputación permite a la industria química viajar al futuro

Hablamos con Mónica de Mier, CEO y cofundadora de la startup originada en el Barcelona Supercomputing Center. Gracias a sus herramientas de modelado molecular e IA, son capaces de desarrollar nuevos polímeros junto al cliente con la sostenibilidad y el medioambiente en el centro de su actividad innovadora
Monica de mier nextmol

Desde su fundación en 2019, Nextmol ha dejado claro su carácter disruptivo. Enmarcada en la categoría deep-tech, la startup, nacida en el seno del Barcelona Supercomputing Center, acelera el proceso innovador y la sostenibilidad de la industria química gracias al desarrollo de herramientas de modelado molecular y algoritmos de inteligencia artificial. Como resume a Innovaspain Mónica de Mier, CEO y cofundadora de Nextmol, la especialidad de la empresa es crear nuevos químicos en el ordenador. “Hablamos de química computacional y del desarrollo de polímeros que cubren necesidades de distintas industrias: lubricantes de motores y máquinas, cosmética, detergentes, aditivos agroalimentarios, etc”.

La supercomputación es la base de Nextmol. “Los ordenadores nos ayudan a modelar estos químicos en lugar de hacerlo en el laboratorio, donde los procesos ensayo-error son costosos en tiempo y dinero”, detalla De Mier. Nextmol caracteriza directamente las moléculas en el ordenador. “Por explicarlo de manera gráfica: dibujamos la molécula y calculamos, de manera automatizada, cuáles son sus propiedades. Aquí el abanico es amplísimo, ya que le podemos dar al ordenador un sinfín de ideas para ser testadas una por una. Gracias al machine learning, el ordenador nos guía hacia el tipo de estructura química que es más factible que tenga las propiedades que buscamos en ese momento”.

La sostenibilidad como prioridad irrenunciable

Nextmol tiene un foco muy claro en la sostenibilidad. Mónica de Mier argumenta que la industria química “necesita” ser más sostenible. “Precisamos de químicas más seguras: con nula o muy baja toxicidad, que sean lo más biodegradable posible”. En este punto, la empresa también contribuye de manera decidida. “Ayudamos a la industria a desarrollar químicos biobasados, procedentes de materias primas de la naturaleza. En nuestro laboratorio es relativamente sencillo probar estas alternativas a gran escala hasta conseguir un resultado óptimo. Buscamos alternativas biobasadas, biodegradables y de baja toxicidad”.

El modelo de negocio de Nextmol es B2B. “Trabajamos en colaboración con el cliente. No desarrollamos químicos propios, sino que ayudamos a otras empresas, por ejemplo, a incorporar químicos más verdes (es el caso de la cosmética) tanto por cuestiones regulatorias como por la propia demanda de un consumidor más concienciado”. De Mier añade que combinar distintos elementos biobasados para darles las propiedades físico-químicas buscadas es una actividad que llevaría años de seguir el cauce tradicional. “Nosotros lo conseguimos en apenas unas semanas”.

Retos adicionales y un futuro prometedor

¿Y el siguiente paso? “El camino nos lo marcan los clientes”, asegura Mónica de Mier. E insiste: “La prioridad de nuestro I+D está en la sostenibilidad, en ayudar a alcanzar la neutralidad climática y favorecer la economía circular. “Mejoraremos en la aplicación de nuestras técnicas al modelado de la biodegrabilidad. Buscamos polímeros cada vez más complejos, lo que requiere reproducir y modelar con algoritmos características de biodegrabilidad y toxicidad”. En lo meramente técnico, considera que el salto a la computación cuántica, con una capacidad algorítmica y de cálculo inimaginable, lo cambiará todo. “Pero aún quedan 20 años para que sea una realidad cotidiana. Por el momento, nos conformamos con utilizar la mejor tecnología disponible”.

La empresa se enfrenta a otros retos específicos. “Nos piden resolver problemas como la migración de determinados aditivos al alimento procedentes del plástico que los envuelve. Es un desafío para la industria del packaging que exige nuevos modelados. También hemos de considerar el desarrollo de nuevos polímeros que sean conductores de electricidad y así generar nuevos materiales”.

Respaldada por ENISA (Empresa Nacional de Innovación) en el apartado financiero –“han sido fundamentales para poder hacer la innovación que el cliente necesita y ampliar el equipo”- el tablero de juego en el que Nextmol quiere moverse no tiene límites. “Ya tenemos clientes en Estados Unidos y Japón- Volcamos el esfuerzo de marketing sobre todo en Europa, pero la digitalización invita a que nuestra proyección sea global”, concluye Mónica de Mier. 

Especiales