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Nieves Olivera, directora general de la Escuela de Organización Industrial (EOI)

Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y MBA por IE Business School, Nieves Olivera cuenta con una extensa trayectoria profesional en el sector de la formación universitaria y de postgrado. Desde 2011 y hasta su llegada a la Dirección General de EOI, ha estado al frente del departamento de Desarrollo In Company de Deusto Business School (Universidad de Deusto), trabajando en programas de formación a medida para grandes compañías. Previamente, ocupó durante dos años la Dirección Ejecutiva de Summa Campus, empresa especializada en servicios de internacionalización para el sector educativo. 

Entre 2005 y 2007, Olivera fue directora de Promoción Comercial y Relaciones Institucionales de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, donde se centró en la promoción de programas académicos y la expansión de la marca en América Latina. Adicionalmente, ocupó los cargos de gerente de Executive Education y del Departamento de Programas Abiertos en IE Business School, entre 1999 y 2005. En esta institución desarrolló programas de formación para directivos, seminarios y conferencias y se encargó de implementar planes comerciales y de marketing de los programas formativos.

1. A lo largo de su trayectoria profesional, ¿qué decisión ha tomado que haya tenido como consecuencia un mayor grado de innovación?

Considero que más que una única decisión, se trata en mayor medida de un proceso constante de pequeñas decisiones que vas tomando y que suponen a la larga cambios innovadores. Decisiones y pasos dados en distintas etapas de la vida, con diversos enfoques y nivel de experiencia, tanto personal como profesional que toman sentido con el paso del tiempo. 

En mi caso, y a lo largo de mi trayectoria, he tenido la oportunidad de trabajar en diferentes empresas dentro del mismo sector y en diversos departamentos, lo cual me ha proporcionado una visión global, experiencia y mucho conocimiento sobre el funcionamiento del sector educativo y la formación ejecutiva de las escuelas de negocio en España. Esto ha permitido por ejemplo que desde las organizaciones donde he trabajado se pusieran en marcha proyectos formativos a medida para empresas que han sido diferenciales y que han supuesto un mayor y mejor desarrollo a las personas que lo estaban cursando, con los consecuentes beneficios para las empresas que apostaban por dichos formatos. 

2. ¿Cuáles son las claves para culminar con éxito un proceso innovador?

Me parece clave que el equipo que vaya a poner en marcha un proceso innovador esté decidido y cohesionado. Cada persona tendrá que ser perseverante y tener paciencia y, por supuesto, tener muy claro qué se quiere innovar para de esta manera introducir cambios y nuevas formas de hacer las cosas que vayan a suponer una mejora. Cualquier cambio supone un reto, así que hay que estar preparado para aceptar que no todo el mundo piensa igual, para defender los beneficios que puede suponer un proceso innovador y para saber gestionar la resistencia al cambio.
 
3. Tres consejos para quienes estén dispuestos a abordar cambios, acciones o procesos innovadores en su empresa o entorno.

El primero es tener un objetivo definido al que se quiere llegar o tener claro qué se quiere lograr con dicho cambio para ser capaz de ilusionar al equipo. En segundo lugar, es fundamental el convencimiento, ejercer un liderazgo colaborativo, para que el equipo apoye el cambio. Y el tercero, convertir el miedo a lo desconocido en un reto.
 
4. ¿Cuál es, a su juicio, la mayor innovación que ha tenido lugar en los últimos 50 años en todos los ámbitos?

Me vuelve a pasar lo mismo, no soy capaz de pensar en una única cosa. En realidad, todas en las que estoy pensando van relacionadas con la digitalización y las nuevas tecnologías, internet para empezar y todos los desarrollos y herramientas que han ido surgiendo alrededor y que han generado muchas oportunidades y han modificado la forma de hacer las cosas en muchos sentidos, en la vida de cualquier persona y en cualquier empresa. Sin duda, ha supuesto un cambio cultural importante, aunque por otro lado también una brecha acentuada entre generaciones.