“Ha sido un año extraordinario por muchas cosas”. Nieves Segovia, presidenta de la Institución Educativa SEK, hacía balance ayer de un 2021 marcado nuevamente por la pandemia. Sin embargo, también opina que fue un año en el que se han terminado de definir algunos de los pilares sobre los que se asentará la educación poscovid. Segovia protagonizaba un nuevo ‘Diálogo sobre Educación’ junto a otras figuras relevantes del grupo que preside.
En su análisis, la directiva ponía el acento en los muchos aprendizajes adquiridos tras dos años convulsos. “Cuando los sistemas y la sociedad sufren una situación de tensión y retos sin precedentes como la que hemos vivido, la curva de aprendizaje adopta una forma muy pronunciada”.
Nieves Segovia detallaba que este crecimiento se ha producido a distintas escalas. “Hemos crecido internamente, en aspectos consustanciales a la docencia o la acción educativa, pero también en la formación del profesorado en nuevas competencias educativas o en la aceleración de modelos innovadores. Que el cambio de era sea mejor o peor dependerá en gran parte de lo que hagamos en las aulas”.
Global Education Forum
A nivel externo, el impulso vivido por la Institución Educativa SEK el año pasado tiene nombre propio: Global Education Forum (GEF). En octubre, la Universidad Camilo José Cela reunió física y virtualmente a expertos en innovación educativa de todo el mundo para trazar la hoja de ruta de un nuevo paradigma. “Es el principio de un gran movimiento. No lo damos ni mucho menos por concluido”, añadía Segovia.
La conformación de esta comunidad educativa innovadora tuvo un prólogo en lo más duro del confinamiento. Fue entonces cuando la Institución Educativa SEK activó un Think Tank donde nacieron algunas ideas que después tomaron carrerilla y ganaron en solidez durante el la celebración del GEF.
La primera edición del evento estuvo centrada en los cambios de la educación secundaria. “Queremos ir más lejos y hacerlo más extenso”, señalaba Nieves Segovia. “Hablar, por ejemplo, del aprendizaje continuo a lo largo de toda la vida, en un escenario abierto, lleno de oportunidades. Seremos agitadores y propondremos conversaciones diferentes alrededor de los sistemas y de las entidades educativas formales y no formales de todo el mundo”.
Emprendimiento e innovación social
Estos nuevos rumbos integran algunos elementos irrenunciables. “Es importante hablar de emprendimiento como mentalidad. La percibimos como una competencia fundamental, también si consideramos ‘intraemprendernos’ a nosotros mismos. La institución educativa debe ser emprendedora si de verdad quiere provocar cambios”, señalaba Segovia.
La máxima responsable de los colegios SEK y de la UCJC destaca como otro eje primordial la innovación social, muy pegada al rol que están llamadas a jugar las instituciones educativas. “El reto que tenemos por delante conlleva una doble responsabilidad. A los alumnos también les preguntamos qué cosas quieren cambiar o qué impacto quieren provocar en el mundo. Ello nos obliga a modelar nuestro rol como institución. Si no, será difícil transmitir determinados valores”. En este sentido, Segovia Recordaba que son la única institución educativa europea que ostenta el sello B-Corp de compromiso con la sostenibilidad.
Superar la ‘intoxicación’ digital
Aunque la pandemia ha evidenciado nuevas brechas, la digitalización es para Segovia y su equipo un punto a favor de una mejor docencia y de un aprendizaje más nutritivo. “Asistimos a una fatiga digital que afecta a alumnos, profesores y a la sociedad en general. Pero sería un error rechazar la tecnología fijándonos en el uso que hemos hecho de ella -más reactivo que proactivo- durante los últimos dos años. Superemos la intoxicación y aprovechémosla para mejorar la transformación del modelo desde una perspectiva motivadora».
La institución promueve educar a los alumnos en el uso de herramientas digitales para preservar su salud física y mental. “El reto es cómo la utilizamos. No sé cómo de lejos estamos del metaverso. Seguramente menos de lo que creemos”.
Bienestar emocional
Uno de los puntos críticos en el contexto pandémico alude a la fragilidad para conservar el bienestar emocional. El desequilibrio mental y personal al que nos ha empujado la prolongada emergencia sanitaria no ha pasado de largo entre los niños y los jóvenes. Nieves Segovia ponía el acento en una cuestión: “El COVID nos ha enseñado que en los colegios y en las universidades también se aprende a ser; a enfrentarse a una vida cada vez más difícil e incierta”.
La experta opina que las instituciones educativas tienen un amplio campo de acción para detectar y atajar estos problemas, aunque con apoyo extra. “La magnitud del reto es muy grande. Necesitamos una sociedad más sensibilizada porque en las aulas de todas las edades se han producido un incremento de estas afectaciones”.
Para ser capaces de identificar que algo no va bien, Segovia admitía que los profesores necesitan una formación específica. “El profesor ejercerá un nuevo papel con una atención personalizada. Cuando creamos espacios de seguridad, transformamos roles y cambiamos la mirada sobre el alumno, es más fácil estar alerta sobre estas situaciones. Construyamos comunidades solidarias y robustas en los espacios educativos».
La presidenta de la Institución Educativa SEK advertía de otra necesidad: acompañar a los muchos docentes que también están atravesando situaciones psicoemocionales complicadas. “La pandemia ha provocado destrozos a su paso. Como sociedad, debemos estar atentos y mirar de frente al problema. Si el sistema ha demostrado resiliencia ha sido gracias al extraordinario trabajo de los docentes. Han ido mucho más lejos de lo que les correspondía y han recuperado los roles de los grandes maestros cuando era más necesario que nunca”.
