Cuando, hace tres años, a Nilda Córdova le pidieron que nombrase a un mujer científica que no fuera Marie Curie, se quedó en blanco. No recordaba ninguna. Ahora, -admite entre risas— conoce a muchas más. Una de ellas es Ada Byron, la primera programadora de la historia y quien inspiró el premio que busca visibilizar el trabajo de mujeres mexicanas en el área de la tecnología. La coordinadora de vinculación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) gestiona la tercera edición del galardón Ada Byron a la Mujer Tecnóloga, que tendrá como sede esta institución tapatía. Córdova está convencida de la necesidad de esta iniciativa para que las niñas también puedan nombrar a mujeres destacadas.
Córdova explica que el premio llegó a México en 2019, desde la Universidad de Deusto, en el País Vasco. Las primeras instituciones en involucrarse fueron las sedes de Ciudad de México y Puebla de la Universidad Iberoamericana. Dos años más tarde, en la segunda edición —el galardón se pausó en 2020 debido a la pandemia—, todas las universidades jesuitas de México participaron en la organización. Se integraron Torreón, Tijuana, Guadalajara y León, según cuenta Córdova. “Cuando somos más tenemos más fuerza. Las candidaturas fueron más dispersas”, concluye.
A partir de esa edición, se decidió que la sede del premio Ada Byron sería itinerante. “Queremos llevar el premio a todos los lugares de México y en esta ocasión las sede es Guadalajara, el ITESO”, detalla. La convocatoria se lanzó el 30 de agosto.
El reconocimiento se creó con tres objetivos en mente, según detalla Nilda Córdova: visibilizar la trayectoria de mujeres en el área de la tecnología, promover el acceso de niñas a este sector y fomentar la equidad en el campo. “Sabemos que es un área con un reto muy importante. Si ahora es difícil, imagina hace 20 o 30 años, cuando estas mujeres iniciaron su vida profesional y se encontraron en un ambiente masculino y masculinizado”, enfatiza. Con estos ejemplos, todas las personas que están detrás del premio espera inspirar a niñas para estudiar una carrera relacionada con las TIC.
Córdova lo concreta: “Queremos crear nuevas vocaciones femeninas y abrir un poquito la mentalidad de muchas familias”. No es una tarea sencilla. Las cifras de México pintan un panorama desalentador. Según los datos del Movimiento STEM (siglas inglés de ciencia, ingeniería, tecnología y matemáticas), tan solo un 30 % de las personas que entran en el campo de las ciencias duras son mujeres. Cuando se pone el foco en las TIC, el porcentaje se reduce a un raquítico 3 %.
“Estoy convencida de que iniciativas de este tipo son las que necesitamos cada vez más”, asegura Córdova, mientras explica que quienes están detrás del premio tienen claro que la visibilidad es solo una parte de la solución. “Elaboramos un estudio sólido relacionado con determinar el origen la problemática y encontramos tres focos: el ambiente familiar, el sistema escolar —necesitamos muchas matemáticas para que las niñas no se desanimen más adelante—, y la falta de visibilidad”. Es por eso que el premio se ha extendido a un programa de becas en Guadalajara y Puebla, con el mismo nombre, Ada Byron, para niñas que quieren estudiar carreras relacionadas.
“Este premio nos da un pretexto para hacer más cosas”, zanja. Otra de las iniciativas de la organización del galardón es trabajar con empresas que persiguen políticas de igualdad. Es en este contexto que el ITESO organizó el foro “Principales retos a los que se enfrentan las mujeres en la ciencia y la tecnología” el pasado 27 de octubre. En la sesión virtual participaron, entre otras académicas, representantes del sector privado como Martha Aceves, gerente de servicios de capacidad empresarial de AstraZeneca, Irma Wilde López, vicepresidenta y directora general de atención a clientes y empresas de ATT México y Claudia Sandigo Delgado, gerente de gestión de proyectos de Bosch. Córdova asegura que siempre priorizan aquellas organizaciones que buscan “hacer que el ejercicio profesional de la mujer funcione de acuerdo a sus necesidades”.
Córdova también pone el premio bajo una perspectiva pragmática. Si bien es cierto que las mujeres necesitan representación en todos los ámbitos, la tecnología es el sector con mejor proyección a futuro. “Eso se traduce en que hay más trabajo y oportunidades para las personas que se dedican a esto. El capital económico en el área es fuerte y que la mujer no incursione en ella reduce la equidad salarial”, explica. Pero también ahonda en lo que significaría para este sector abrir sus puertas a una mayor diversidad: “Los grandes héroes de la tecnología siguen siendo hombres con un modelo de negocio completamente tradicional y nos ponemos frente a una visión del mundo que se queda pobre, sin diversidad”.