La economista y autora Noreena Hertz asistió el pasado viernes al Foro TELOS, organizado por la Fundación Telefónica. Allí, la escritora habló acerca de su libro ‘El siglo de la soledad: Recuperar los vínculos humanos en un mundo dividido’ junto al periodista Justo Barranco. Hertz comentó que uno de los principales pilares que le ayudaron a escribir su último libro fue ‘Bowling Alone’, de Robert Putnam, pero especialmente el impacto del coronavirus en la sociedad. A su juicio, el COVID-19 es el principal precursor de que la mayor parte de la sociedad sufra esta emoción, llegando a afectar a tres de cada cinco personas en países como Estados unidos, Reino unido y también España.
Considerada profesora honoraria en el Instituto de Prosperidad Global del University College de Londres, pensadora universal y asesora del grupo del banco mundial, también ha escrito libros como ‘The silent take over’ o la ‘Amenaza de la deuda’. Sus artículos de opinión han aparecido en periódicos de renombre como The New York Times, The Washington Post, The Wall Street Journal, The Guardian y Financial Times. En sus columnas también ha tratado con frecuencia el problema de la soledad.
A lo largo de la charla, Noreena Hertz comentó que esta emoción se ha vuelto negativa, y hace que seamos cada vez más individualistas y nos aislemos más. “La soledad es una fuente tan negativa que genera grandes repercusiones, ya que es capaz de provocar depresiones e incluso ansiedad”, apuntó. Además de afectar físicamente, ya que aumenta la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco a un 30% y demencia un 60%.
“Este problema oculto por la sociedad se ha incrementado, en cierta parte, por los gobiernos y el modelo de vida individualista que utilizamos hoy en día” – comentó la autora. “La soledad lleva a la gente a alquilar amigos durante una hora, por 140 dólares”, añadió alarmantemente. Ella misma probó una agencia de alquiler de acompañantes para usarla en su libro y observó que, al terminar la hora, la chica con quien mantuvo una larga conversación en una terraza se lo agradeció porque llevaba 3 días sin salir de casa.
Pero la soledad, como expuso la Noreena Hertz, no solo afecta desde que llegó la pandemia el pasado 2019, sino que ya era un problema que se arrastraba de antes. Gracias a las estadísticas proporcionadas por el gobierno estadounidense, el 50 % de los empleados se sienten solos. Para evitar esto, se crearon en los empleos espacios diáfanos para que los trabajadores hablasen entre ellos, pero las conversaciones de mensajería son cada vez mayores, siendo superfluas. O dicho de otro modo: al tiempo que nos hacen felices, nos dejan igual de vacío. ¿La razón? No son lo suficientemente sinceras como cuando hablamos en persona, ya que estamos programados para convivir en sociedad y relacionarnos los unos con los otros.
Algunas empresas, para evitar que la gente que vivía sola durante el confinamiento se sintiese tan sola, crearon robots que se les fueron entregados. Los testimonios de la gente fueron positivos, ya que, si no fuese por la llegada del robot a sus vidas, no habrían podido superar la pandemia. Una solución facilitada por Noreena Hertz sería que los gobiernos vuelvan a financiar los lugares públicos donde la gente se reúna “para hacer cosas juntos”, reivindicando así la empatía y evitando que la gente que se siente tan sola no vea el mundo como un lugar amenazante y hostil.
La autora finalizó la charla respondiendo las preguntas del público, en las cuales trató de dar soluciones a este problema, como, por ejemplo, restringiendo el uso de las redes sociales, obligándonos a salir y hablar con las personas que nos rodean o incluso asistiendo a grupos sociales que tengan un gusto similar al nuestro.