Qué nos enseña el deporte para formar a los futuros trabajadores

Deporte, trabajo, jóvenes, formación

Por Enrique Fernandez Malla - Esta columna fue publicada originalmente en el blog Factor Trabajo del BID.

Muchos somos los fanáticos de los deportes en equipo. Por un lado, nos fascina ver cómo cada jugador aporta habilidades diferentes para lograr el éxito del conjunto. Por otro, nos sentimos inspirados por las historias de superación de muchos deportistas que han sabido desarrollar sus habilidades y talentos particulares hasta convertirse en las estrellas de sus equipos de fútbol, béisbol, baloncesto…

Al igual que en el deporte, ser un miembro productivo de la sociedad también requiere de ciertas habilidades. En Aprender Mejor, los autores analizan el mercado de habilidades en América Latina y el Caribe, y proponen sugerencias para su desarrollo en las diversas etapas de la vida de la persona, desde la infancia hasta la adultez. Por su parte, la OCDE presentó por primera vez una comparación internacional de habilidades para resolver problemas de manera colaborativa, enfatizando la necesidad de reforzar habilidades socioemocionales a nivel escolar.

¿Cómo se desarrollan las habilidades para un futuro incierto?

El desarrollo de las habilidades generales se inicia desde el hogar. Así como la genética y el ejemplo de los padres moldean la inteligencia, los hábitos de lectura y la autorregulación emocional también influyen en nuestra disposición para el deporte. Es así como en ocasiones nos encontramos con varias generaciones de deportistas exitosos en una misma familia.

Así como la genética y el ejemplo de los padres moldean la inteligencia, los hábitos de lectura y la autorregulación emocional también influyen en nuestra disposición para el deporte.

La entrada a las aulas marca una transición interesante tanto para los futuros trabajadores como para los deportistas. Mientras que las diferencias de calidad entre proveedores educativos de la región son todavía más acentuadas cuando nos comparamos internacionalmente, la industria de los deportes organizados ha logrado superar estos obstáculos para lograr identificar potenciales talentos tanto en escuelas públicas como en colegios privados.

A través de escuelas de entrenamiento, el béisbol y el fútbol también han podido identificar talentos fuera del sistema educativo tradicional. Solo en República Dominicana existen unas 30 academias para detectar y formar prospectos para la competición más prestigiosa de béisbol de los Estados Unidos, la MLB. El proceso de formación de estas academias es prolongado y tiene mucho que ver con los sistemas de aprendices, una práctica que fue dominante durante la Edad Media y que, hoy en día, en países como Alemania, Inglaterra o Finlandia se utiliza en áreas como la Medicina.

Igual que los aprendices, los jóvenes prospectos tienen un plan de trabajo con capacitación estructurada, capacitación en sus lugares de trabajo (que se puede combinar con capacitación en el aula, dependiendo de edad y nivel de avance del prospecto) y un contrato escrito, que en ocasiones puede ser con su representante legal, ya que el proceso de detección de talento tiende ser a temprana edad. Así mismo, así como los aprendices deben aprobar una evaluación para recibir una certificación, los jóvenes prospectos son ‘ascendidos’ a diferentes ligas. Esta dinámica de crecimiento permite rotaciones ascendentes, laterales y regresivas para que los jóvenes puedan madurar y practicar sus habilidades a un nivel competitivo adecuado. Replicar este sistema en el caso de los trabajadores implicaría contar con diferentes designaciones (reentrenamiento, movimientos laterales, ‘descensos’, etcétera), generando oportunidades adicionales antes del desahucio completo.

Igual que los aprendices, los jóvenes prospectos tienen un plan de trabajo con capacitación estructurada, capacitación en sus lugares de trabajo y un contrato escrito

El deporte y el éxito profesional

La alta transparencia estadística del mundo de los deportes permite que el mercado visualice rápidamente el desempeño de los jugadores conforme se profesionalizan. De esta forma, aquellos que tienen más mérito puedan alternar temporadas en diferentes ligas (así como algunos trabajadores sacan provecho a la economía gig para explorar distintos mercados). ¿Se imaginan que pudiéramos visualizar listas de trabajadores categorizados por profesiones, armar ligas regionales y lograr una copa mundial de habilidades? Más allá de la decena de habilidades técnicas que la competencia WorldSkills expone, debemos exponer a nuestros jóvenes a una variedad de alternativas vocacionales y profesionales para que sean tan decididos y audaces como los jóvenes prospectos de la industria deportiva. Así, podremos asegurar que los futuros trabajadores obtienen habilidades para lograr un aprendizaje continuo y llegar a las grandes ligas de sus carreras: el éxito profesional.

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