El lugar que Europa ocupa en el espacio es similar al efecto de una montaña rusa. Rachas de máxima potencia, con subidas lentas y bajadas rápidas para acabar frenando en pleno cóctel de emociones y adrenalina. Entre los años 50 y 70 del siglo pasado, Estados Unidos y la URSS compitieron ferozmente por el espacio. El objetivo de estas grandes potencias era consolidar su estrategia de defensa más allá del suelo y dar un golpe en la mesa en cuanto a desarrollo tecnológico. Y sobre todo ganar prestigio, mucho prestigio, de cara a una opinión pública necesitada de buenas noticias.
Ninguno de estos objetivos ha cambiado en la nueva carrera espacial mundial, en la que Europa se defiende como gato panza arriba intentando consolidar su autonomía, pero con una evidente necesidad de no desprenderse de la colaboración con los países en la pole position. "El espacio es un mercado en constante crecimiento con grandes oportunidades", ha señalado Raúl González, experto de la Asociación Española de Derecho Aeronáutico y Espacial (AEDAE) en el marco del Airspace Integration Week que se celebra esta semana en Madrid. El 'derby' espacial entre Estados Unidos y Rusia sigue disputándose, pero han aparecido actores como India y Japón que han revolucionado el partido.
Ambos han dejado claro con sus últimas actuaciones que han venido a jugar. India con la reciente ambiciosa misión para estudiar el Sol –la misión lleva instrumentos científicos para observar las capas más externas del sol en un viaje de cuatro meses– y Japón con su entrada de lleno en la carrera por fabricar un cohete espacial de metano antes de 2030. Por supuesto, China no está al margen de esta competición. Recientemente, Zhang Hailian, ingeniero jefe adjunto de la Agencia Espacial Tripulada de China (CMSA), desvelaba los planes del gigante asiático para enviar una misión tripulada a la Luna. Su objetivo es establecer una estación de investigación lunar para enviar astronautas a investigar con asiduidad.
"Queda mucho por explorar", sostiene González, que vaticina que "en los próximos años veremos diferentes áreas estratégicas más allá de la Tierra, la Luna y Marte". Y aunque "en Europa no vivimos un momento boyante en cuanto a hitos espaciales", añade el experto, el continente sí que puede presumir de cierto bagaje. Durante la Guerra Fría comenzó a invertir con mayor intensidad y en 1968 envió con éxito su primer satélite. En 1975 se creó la Agencia Espacial Europea, que supuso toda una declaración de intenciones y un mensaje de "estamos aquí" al resto de potencias.
El próximo 7 de noviembre es una fecha marcada en rojo en el calendario espacial europeo y también para España, ya que tendrá lugar en Sevilla la Cumbre Ministerial del Espacio Europa - Iberoamérica y Caribe. Durante el mismo mes la Comisión evaluará la nueva Estrategia Espacial para la Seguridad y la Defensa. "Europa tendrá que ser capaz en los próximos años de encontrar el equilibrio entre sus colaboraciones con otros continentes y su intención de tener una estrategia espacial autónoma si quiere jugar un papel importante", afirma González.
El espacio se ha convertido en un eje central de la geopolítica. Tanto en el terreno económico como en la seguridad. "Asistimos a un mundo multipolar en el que la competición por el espacio va a hacer que los gobiernos inviertan grandes cantidades de dinero tanto en términos comerciales como de defensa", cree González. La Luna va a marcar el camino. "Las primeras potencias espaciales que sean capaces de enviar con éxito a astronautas a la Luna jugarán con ventaja".
Hace ya 20 años de la primera misión europea en Marte. El continente quiere replicar pronto un éxito de este calibre, pero no podrá hacerlo sin incrementar considerablemente la inversión. De hecho, la exploración espacial se ha convertido en una prioridad para los europeos. El 84% cree necesario incrementar la inversión e integración de las industrias nacionales para competir contra otras potencias, según una encuesta de la Agencia Espacial Europea; en paralelo, el 81% de la población está a favor de garantizar la independencia de las actividades espaciales europeas. "Si Europa quiere estar a la cabeza de la carrera espacial y conservar su soberanía debe cambiar radicalmente sus políticas de inversión. Esto implica invertir en I+D+i, nuevas tecnologías y formación", avisa González.
"Quien domina la órbita terrestre domina su espacio; quien domina su espacio domina la Tierra; y quien domina la Tierra domina el destino de la humanidad". La frase es de Everett Dolman, uno de los grandes expertos espaciales a nivel mundial y profesor en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, la rama de las Fuerzas Armadas del país encargada de la guerra aérea desde 1947. El tiempo dirá si la nueva carrera espacial da la razón a su reflexión. Lo que es incuestionable es que el pistoletazo de salida ya ha sonado.
