Obtener variedades hortícolas más resistentes al cambio climático y de mayor calidad, reduciendo al mismo tiempo el uso de agua y nutrientes. Con este objetivo, un equipo internacional de investigadores, en el que han participado la Universitat Politècnica de València (UPV) y el CSIC, han impulsado una nueva estrategia de mejora genética de este tipo de alimentos. El trabajo ha sido publicado en la revista Euphytica.
Este sistema, denominado introgresión, propone la utilización masiva de especies silvestres emparentadas con los cultivos para ampliar la base genética de los mismos. Así, han explicado los científicos, se podrá también desarrollar una nueva generación de variedades vegetales que permita enfrentarse a los retos del futuro.
Las especies silvestres son genéticamente mucho más diversas que los cultivos y muchas crecen en zonas desérticas, semidesérticas, o en ambientes donde las condiciones climatológicas del suelo son severas por su salinidad o su baja fertilidad, por ejemplo. Además, muchas son tolerantes o resistentes a enfermedades que afectan a los cultivos y pueden ayudar a mejorar la calidad de éstos gracias a que, por ejemplo, tienen un mayor contenido en compuestos bioactivos.
Sin embargo, tal y como ha destacado el investigador Jaime Prohens, “hasta ahora, con algunas excepciones notables como el trigo y el tomate, el potencial de las especies silvestres para la mejora de los cultivos se ha aprovechado poco en la mejora genética de los cultivos”. Es decir, que su uso en este sentido es complicado por múltiples factores (baja producción, presencia de mecanismos de defensa físicos, como espinas, o químicos, como sustancias amargas o tóxicas, etc.).
Resiliencia y adaptación al cambio climático
Esto es precisamente lo que puede ayudar a solucionar el nuevo sistema de introgesión. Gracias a él, se obtendrían plantas con características típicas del cultivo, con propiedades deseables de la especie silvestre. Mariola Plazas, otra de las investigadoras involucradas en el proyecto, ha apuntado que "una de las principales aplicaciones de la introgresiómica es el desarrollo de variedades con una mayor resiliencia y adaptadas a cambio climático".
De hecho, ha concluido, "las variedades con introgresiones de especies silvestres, pueden contribuir de forma muy eficaz a superar el reto de conseguir aumentar la producción y calidad de los cultivos en un escenario de cambio climático y, al mismo tiempo, con un modelo de agricultura más sostenible, con una mayor eficiencia en el uso del agua y nutrientes".