La nueva política energética de la Unión Europea tras la guerra en Ucrania es clara: “La UE está más unida que nunca”. Así han coincidido los tres expertos que Fundación Naturgy ha reunido en una jornada sobre la crisis energética: el exdirector de Energía de la UE, Christopher Jones; el excomisario de Energía de la UE, Andris Piebalgs -ambos de la Florence School of Regulation (FSR)- y Nemesio Fernández-Cuesta, presidente de Eolia Renovables y exsecretario de Estado de Energía.
Tanto en la UE como en España, lo que hay que garantizar es la eficiencia energética. Según Jones, “la velocidad a la que hay que rellenar el stock europeo debe ser coherente para no hacer subir los precios, por lo que debe haber un pool de compra conjunta”. Al mismo tiempo, ha asegurado que el gran reto al que se tiene que enfrentar la UE es, sin duda, la sustitución del suministro del gas proveniente de Rusia. “Es una prioridad absoluta, porque el nivel de incertidumbre el elevado”.
Pero ¿cómo hacerlo? Para Jones, lo ideal sería llevar a cabo seis actuaciones para que los precios de la energía de la UE se puedan controlar: “Limitar el precio del mercado de la electricidad con un mecanismo adicional para la generación con gas; eliminar el gas de la fijación de precios; pagar según el precio ofertado por cada tecnología -y no al precio del mercado marginalista-; limitar precios para los mercados de gas; establecer precios regulados para las empresas gasistas y los productores de electricidad, en función de su coste real; y reducir el coste del gas para la generación de electricidad”.
Situación en la UE
Ahora mismo, la sustitución del suministro del gas ruso es complicada. La incertidumbre es clara, y Piebalgs no ha descartado que “se interrumpa el suministro de cara a otoño de este año”. “La invasión de Ucrania ha sido disruptiva porque está destruyendo la visión energética que teníamos. Por eso la política energética debe tener un papel más grande, porque el mundo de antes y el de después de la guerra va a ser distinto”.
Ante las actuaciones de Jones, Piebalgs ha propuesto diversificar el suministro de gas en Europa. “Por varias razones. La primera es una cuestión moral, lo que está pasando es opuesto a la sociedad que hemos diseñado en el siglo XXI.
La asegunda, en cuanto a la estrategia del pago en rublos, que “hay que asumir que en cualquier momento Rusia puede parar abruptamente el suministro, aunque hasta ahora no lo ha hecho”, ha apuntado. Y una tercera razón es el impacto económico de un potencial corte de suministro del gas ruso.
Para ilustrar esta problemática ha puesto de ejemplo que la economía de Alemania podría contraerse un 2% sin la importación del gas ruso. “La actual crisis con Rusia puede amenazar sobre todo el modelo económico de desarrollo industrial”, afirmó. Una solución: que se creen marcos sólidos para promover el hidrógeno renovable y el biometano.
Situación en España
Según Jones, lo que se está intentando hacer en España es fijar un precio bajo, por lo que los productores tendrían que recibir incentivos. “Si el precio de referencia del gas es muy bajo los subsidios podrían ser de hasta 10.000 millones al año, que darían un margen para reducir el coste al consumidor. Pero tiene un problema: es mucho dinero público”, ha sentenciado. Esto llevaría a precios de electricidad muy bajos, cuando lo que, bajo su parecer, lo que hay que hacer es garantizar la eficiencia. “Esto durará meses, por lo que se necesita un mecanismo robusto”.
Por su parte, para Fernández-Cuesta, la nueva política energética en España debe pasar por un cambio en el marco regulatorio del país. “Tiene que haber medidas enfocadas al consumidor y más bilateralidad en los mercados. Entre posibles actuaciones podría estar la liberalización del mercado, con la obligación a los operadores de publicar su tarifa para que el consumidor supiera a qué atenerse, y evitar así la incongruencia actual del PVPC ligado al mercado mayorista”.
¿Y las renovables?
Fernández-Cuesta ha apuntado que para la política energética, su transición “no es solo hidrógeno y no es solo energía renovable; para llegar a las emisiones netas cero necesitamos también eficiencia energética y captura de carbono”.
De hecho, los propios Jones y Piebalgs fueron consultores para la Fundación Naturgy en un estudio llamado ‘Revisión de los diferentes mecanismos de apoyo al desarrollo de generación de electricidad renovable’, donde se aseguraba: “La estructura de los costes de las tecnologías de generación eléctrica basadas en fuentes renovables ha sido el factor principal que ha obstaculizado su desarrollo. Estas tecnologías normalmente requieren altos costes de inversión al principio, mientras que sus costes operativos son mucho más bajos que los de las centrales eléctricas convencionales”.
Del mismo modo, para ambos consultores el hidrógeno azul (el que se genera a partir del gas) es el más competitivo con precios previos a la crisis actual, por lo que su evolución dependerá de los precios futuros del gas.