El proyecto “de muy alta velocidad” de AVE, el nuevo Talgo Haramain para el trayecto La Meca-Medina, ha conseguido llegar en un viaje comercial a los 310 kilómetros por hora, una velocidad en la que los trenes “vuelan”. Ahora mismo en periodo de pruebas, la importancia de este hito reside, principalmente, en una cosa: haber superado la velocidad máxima que pueden alcanzar los trenes en un viaje comercial, los 300 kilómetros por hora.
“Estamos orgullosos de que la ingeniería española haya demostrado una vez más que España es líder y referente mundial en la alta velocidad ferroviaria. Las empresas españolas cuentan con la capacidad, experiencia y tecnología, para dar un servicio de primera clase en el sector del transporte, tanto en el ámbito nacional como internacional. Queremos también agradecer a nuestros socios sauditas su confianza y ratificar nuevamente nuestro interés en reforzar los lazos de cooperación con el Reino de Arabia Saudita”, ha declarado con motivo de la noticia el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna.
Aparte de que las pruebas se están desarrollando de manera satisfactoria, hay que tener en cuenta el clima de Arabia Saudí: sus condiciones ambientales son extremas, con temperaturas muy elevadas próximas a los 50ºC, y con presencia de arena del desierto (en una zona próxima a la ciudad saudí de Kaec). Y, aun así, como explican desde Talgo, los trenes se han adaptado a la climatología y las particularidades geográficas, reforzando los sistemas con el llamado pack del desierto, “que incorpora más de 30 tecnologías adicionales específicamente desarrolladas para este proyecto”. Así, estas tecnologías tienen como finalidad la eficacia del tren ante cualquier condición ambiental y la mejora de la eficiencia del mantenimiento.
De todos modos, el proyecto no está listo “todavía”, subrayan. En Talgo estiman que sus propios trenes podrán circular próximamente a una velocidad de 330 kilómetros por hora, la meta que se han puesto para superar el material rodante previo a su homologación.