Investigadores de la Universidad de Salamanca han desarrollado una nueva herramienta que podría utilizarse como un indicador mejorado en las situaciones de sequía en diferentes condiciones bioclimáticas y geográficas del planeta. El trabajo, publicado por la revista Agricultural and Forest Meteorology, apuesta por integrar este nuevo sistema con otros indicadores ya usados por las agencias meteorológicas y el sector agrícola.
Según ha apuntado Nilda Sánchez Martín, responsable de la investigación, las principales novedades de esta nueva metodología denominada SMADI, residen en la utilización de tres indicadores de sequía que abarcan el conjunto “atmósfera-planta-suelo en lugar de los típicamente usados datos meteorológicos”. Además, esos indicadores se obtienen únicamente mediante “datos de observación remota, es decir, mediante teledetección”.
De esta forma, el objetivo final es demostrar la aplicabilidad del estudio y estos indicadores para las agencias meteorológicas y el sector agrícola. En opinión de estos investigadores, gracias a su simplicidad y disponibilidad esta herramienta puede integrarse fácilmente con otros indicadores climáticos y complementar las estimaciones de sequía que los expertos realizan actualmente desde otras perspectivas.
Para calcular estos indicadores, los investigadores de la USAL han utilizado datos obtenidos de las misiones espaciales SMOS, de la Agencia Espacial Europea, y MODIS, de la NASA. La primera ha proporcionado valores de humedad de suelo superficial, mientras que la segunda ha facilitado datos de temperatura de la superficie y del estado de la vegetación. Datos, todos ellos, proporcionados a diario y que, al obtenerse gracias a imágenes de satélite, ofrecen la ventaja de que esta herramienta se puede aplicar a cualquier escala espacial. Por otro lado, gracias a la disponibilidad temporal de las imágenes remotas se puede obtener un indicador “semanal o quincenal, o incluso con mayor resolución temporal”, ha subrayado Sánchez Martín.
MÁS FÁCIL DE CALCULAR
El estudio se realizó para el período 2010-2015 y fue validado en España, Australia y en EEUU comparando los datos con otros índices de sequía independientes aplicados habitualmente en estos países. Así, los resultados han demostrado que el índice desarrollado en la Universidad de Salamanca tiene “el mismo potencial que cualquiera de ellos, pero con la ventaja de que es mucho más fácil de calcular”, ha concluido la responsable del proyecto. Además, este sistema logró identificar temporal y espacialmente más del 80% de los eventos de sequía declarados en esos registros a lo largo de todo el planeta.