Un nuevo método para la conservación de monumentos históricos

Monasterio de San Jeronimo
Monasterio de San Jerónimo / Granadatur

Un grupo de investigación dirigido por los profesores de la Universidad de Granada ha desarrollado un nuevo método de protección de la piedra que puede ser aplicable a la conservación de monumentos o edificios históricos. Gracias al aislamiento de unas determinadas bacterias, es capaz de evitar los efectos de la alteración física y de la alteración química asociada a la contaminación atmosférica.

Según han explicado los investigadores, esta técnica se basa “en el aislamiento de una comunidad indígena de bacterias carbonatogénicas”, que están presentes en piedras de edificios históricos alteradas por sales, su cultivo en laboratorio y su re-aplicación sobre la misma piedra. De esta forma, el método provoca una “excelente protección y consolidación” debido a la formación de un biocemento bacteriano nanoestructurado, un material híbrido de extrema resistencia mecánica y protegido por sustancias segregadas por las bacterias.

Como resultado han informado desde dicha universidad, se consigue una protección y consolidación “sin precedentes” que evita las consecuencias de aspectos como la tensión mecánica ejercida por las sales al precipitar en piedras porosas (alteración física) o la disolución de los minerales de la piedra (alteración química asociada a la contaminación atmosférica). El trabajo, publicado en la revista Nature Communications, demuestra que el este método también supera las principales limitaciones de los tratamientos de conservación de piedra existentes hasta la fecha

El equipo de investigadores ya ha probado este nuevo tratamiento de auto-inoculación bacteriana en el Monasterio de San Jerónimo, situado en Granada y del siglo XVII, sobre sillares de piedra caliza porosa muy dañados por la acción de las sales. No obstante, han indicado que las especies bacterianas carbonatogénicas aisladas e identificadas en la comunidad microbiana indígena de la piedra del monasterio de San Jerónimo “son las más comunes en otros edificios históricos”, por lo que este nuevo método podría aplicarse a otros monumentos a escala mundial.

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