En España hay 120.000 vacantes de empleo digital y aproximadamente se habla de otros 200.000 empleos relacionados con la economía digital que no están registrados. Este dato que nos debe hacer reflexionar sobre lo que hay que cambiar y sobre cómo podemos dotar a las empresas de estos perfiles, que no están saliendo de la universidad ni de los centros de Formación Profesional.
Sabemos que los planes de estudio de la enseñanza obligatoria y los syllabus de las universidades no se pueden acoplar a las necesidades de las empresas de manera rápida… Pero sí se pueden trabajar medidas complementarias. Yo propongo dos:
Plan nacional de asignaturas extracurriculares
Históricamente las asignaturas extraescolares siempre han estado ligadas a la plástica, la música, al deporte… Sin embargo, muy pocas veces han estado vinculadas a fomentar habilidades adaptadas a las necesidades de las empresas, que serán clave en el futuro laboral de esos niños. No es que las anteriormente citadas estén mal ni mucho menos, pero esos catálogos se pueden ampliar.
Por ejemplo, yo creo que en primaria, en secundaria, a lo largo de toda la educación obligatoria, sería fundamental tener la posibilidad de estudiar programación, matemática aplicada y todo tipo de disciplinas ligadas a enamorarse de las ciencias. También a enamorarse del razonamiento, de la lógica, de la filosofía…
Porque son disciplinas competenciales que después maridan muy bien con el empleo y que se pueden ir acoplando por encima de los planes de estudio existentes en cada uno de los niveles educativos.
Lo mismo en la etapa universitaria. Por ejemplo, sería acertadísimo que un estudiante de ADE pueda aprender de manera extracurricular cuestiones como inteligencia de negocio, CRM y CRP de manera funcional y práctica, configurar flujos, utilizar SAP… Le ayudaría muchísimo a estar por encima del currículum universitario y arrancaría su carrera profesional siendo productivo desde el primer minuto.
Este plan, que debería ser creado por parte del Ministerio de Educación y tendría que contar con revisiones anuales incluso, sería de gran ayuda para acercar las competencias de las nuevas generaciones a las nuevas demandas de las empresas hoy.
Plan Nacional de Prácticas Profesionales
Por otro lado, es urgente crear un Plan Nacional de Prácticas Profesionales. Y este plan tendría que ser todo lo contrario a lo que hemos leído en el Estatuto del Becario. Porque francamennte, el estatuto se ha trabajado desde un punto de partida erróneo: la defensa del becario como trabajador de bajo coste. Yo abogo por tener un plan nacional que motive a las empresas a dedicar recursos a la acogida de jóvenes en periodo de formación para posteriormente quedarse con ellos en sus plantillas.
¿Y cómo lo haría? Reemplazaría los fondos de FUNDAE para crearlo. Así, las empresas acogedoras recibirían fondos por terminar de formar en la práctica a juniors y quedarse posteriormente con ellos.
Se trata de reinventar el modelo de práctica profesional y acabar así con el modelo del becario y la fotocopiadora. Porque es cierto que en la actualidad se fomenta muy poco el proceso de instrucción en la empresa, y yo creo que es porque no está remunerado.
Si se llevara a cabo, estoy seguro de que muchísimas empresas se acogerían a este plan y además participarían en la formación de los alumnos de manera mucho más rigurosa.
Como decía al inicio, tenemos más de 120.000 vacantes de tecnología sin cubrir. Y también tenemos un 30% de paro juvenil. Ambos planes completarían a la perfección la formación de nuestros niños y jóvenes con el propósito de que lleguen a dominar los oficios que les tocará desempeñar en el futuro.