Obnoxia tiene su origen en un amplio grupo de tatuadores e ilustradores que, tras observar la delicada situación española fruto del COVID-19, decidieron juntarse y aportar su grano de arena. El resultado ha sido un libro cuyos beneficios irán destinados a buscar una vacuna para vencer a la pandemia. Será el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) el que reciba esta aportación.
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Aunque entre tatuadores, grafiteros e ilustradores ya superan los 150 artistas, fueron seis personas concretamente –Hosk Rodríguez, Isaac Mahow, Koan, Saurus, Rude, y Trudy Muller– quienes comenzaron una aventura que también ha llegado a oídos de fuera de los círculos gráficos, los cuales no han dudado en brindarnos su ayuda y apoyo. "El hecho de estar confiandos en nuestras casas ha originado una pequeña explosión de creatividad. Los tatuadores, ilustradores y artistas han dispuesto de algo muy valioso y escaso en su día a día: el tiempo para crear para si mismos y mejorar su técnica", explica a Innovaspain Terry Sucrana, uno de los coordinadores de Obnoxia y cuya aportación se centra en la edición del proyecto.
El nombre del libro surgió por pura serendipia. Uno de los colaboradores se despertó desvelado a las seis de la mañana y repasando listados de palabras hubo una que le llamó especialmente la atención (Obnoxia). Cuando leyó su significado –"expuesto a contingencia o peligro"– supo que sería el bautizo definitivo.
"Al estar libres de tener que dibujar por encargo para pagar facturas, han podido dedicarse a explorar sus estilos y poder dibujar lo que les apeteciera con tranquilidad", sostiene Sucrana. Por otro lado, el hecho de que el público pase tanto tiempo en casa, "ha hecho que la gente se plantee un poco más su entorno. Estos días se han vendido muchas láminas, cuadros e ilustraciones, ya que supongo que la gente se ha cansado de ver sus blancas paredes o sus cuadros de siempre", añade.
El libro, editado por Black Bible Books, cuenta con más de 300 páginas y la encuadernación estará elaborada en cartoné duro forrado en tela negra, con acabados metálicos y en serigrafía. Las guardas interiores están confeccionadas en cartulina gráfica y estampadas con pantone oro. El interior, impreso en papel estucado mate, lleva cosida una cinta de seda a modo de marcapáginas. Cada autor ha dispuesto de dos páginas para su arte y total libertad en cuanto a contenidos. La izquierda es un espacio personal para que cada artista se exprese como quiera aportando fotografías y texto; la derecha, está dedicada a una ilustración a toda página que refleje cómo perciben y sienten la realidad actual.
"El confinamiento ha hecho que la gente se plantee un poco más su entorno. Estos días se han vendido muchas láminas, cuadros e ilustraciones, ya que supongo que la gente se ha cansado de ver sus blancas paredes o sus cuadros de siempre, valora Sucrana. Respecto a si asistiremos a una transformación social poscoronavirus, el coordinador se muestra optimista. "Lo que he podido palpar, al menos en la gente con la que tengo contacto, es un replanteamiento de como han llevado su vida hasta ahora. Esta pausa forzada ha hecho que la gente se de cuenta del estrés y ansiedad de sus días,. Muchos no quieren volver a ello. Este ritmo ralentizado a muchos nos parece mucho más natural y sano para nuestras mentes y creo que hemos aprendido a valorar algo de lo que no disponemos en la rutina diaria: tiempo para estar con nosotros mismos y para relacionarnos con la gente que queremos", agrega.