La Fundación Global Nature, con la colaboración de Fundación Biodiversidad –del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico– ha puesto en marcha un proyecto “con objetivos ambiciosos pero concretos”. Se trata del Observatorio de la Biodiversidad Agraria, una iniciativa abierta de ciencia ciudadana con el que buscan conocer el estado de la biodiversidad en el medio agrario.
La idea –inspirada en el OAB - Observatoire Agricole de la Biodiversité, que logró la participación de más de 500 explotaciones en toda Francia– es basarse en cinco grupos clave para conocer mejor este estado: flora árense, abejas solitarias, polarizadores (mariposas y otros), lombrices y otros invertebrados del suelo. “La biodiversidad de las fincas agrarias ayuda al control de plagas, a la polinización, a prevenir la erosión y mejorar el rendimiento, entre otros beneficios”, aseguran.
Según Fundación Global Nature, para el Observatorio Global Nature la biodiversidad es “clave para una mayor seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático; para mitigar el impacto de la actividad agropecuaria necesitamos introducir prácticas sostenibles y para ello requerimos un mejor conocimiento que obtenemos a pie de campo, apoyándonos en la ciencia ciudadana, herramienta idónea para dar seguimiento a gran escala de la biodiversidad en el medio agrario”.
“Esta es una apuesta por mejorar el disperso conocimiento sobre los impactos de los manejos agrarios en la biodiversidad y dar pasos seguros hacia una agricultura que cuide de la naturaleza y produzca alimentos saludables, a la vez que resulte rentable. No obstante, la actividad agrícola ha ejercido una presión cada vez mayor sobre ella y los últimos informes globales señalan a la agricultura como una de las principales causas para su declive”, explican.
La importancia de la ciencia ciudadana
En la primera fase de este proyecto se creará una red de monitorización para diagnosticar los problemas antes mencionados. Para ello, es muy importante el papel de la llamada ciencia ciudadana. Esta está reconocida como una metodología que tiene una gran capacidad para desarrollar estudios a grandes escalas. De hecho, con el Observatorio Global Nature se pretende involucrar a todo los agricultores, ya que, principalmente, serán los implicados en el seguimiento de la biodiversidad en sus propias fincas.
Así, en esta primera fase se recogerá información de organismos con un alto valor bioindicador, ––esto es, polinizadores, fauna del suelo y flora–. Hay que registrarse e introducir los datos sobre las parcelas en las que se realizan los muestreos. “Cada parcela debe registrarse respondiendo a un cuestionario sobre los datos agronómicos, de manejo y de la ubicación de la parcela. Las contribuciones se revisan por validadores para garantizar la calidad y coherencia de los datos introducidos”.
Todo será adaptado con técnicas sencillas y adaptadas para usuarios no especializados, con contextos reales y validados. Además, se realizarán actividades de formación y difusión para todos los interesados. Y, en colaboración con el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), se dará solidez al trabajo de los ciudadanos. “Toda la información será revisada por validadores, para revisar la coherencia y calidad de los datos aportados según el contexto temporal, geográfico y la verosimilitud de las observaciones”, subrayan.
Inicialmente, 16 fincas piloto se incorporarán al proyecto. Pero la vocación del Observatorio de la Biodiversidad Agraria es “lograr alcanzar muchas más adhesiones. En este proceso continuo de comunicación y escucha, los resultados y aprendizajes se transmitirán a través de seminarios, talleres y otros actos públicos”.