Situado en la sierra de los Filabres (Almería), a una altura de más de 2100 metros, el Observatorio de Calar Alto registra una considerable demanda energética derivada de su situación en alta montaña y de sus características tecnológicas. El reto ahora es reducir esa cuantía.
Para ello, en los próximos meses, y gracias a la financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional de la Unión Europea (FEDER), el mayor observatorio de Europa continental, fundado en en 1973, llevará a cabo la sustitución parcial de sus fuentes de energía para reducir su huella ecológica.
Más concretamente, el programa Isla Energética plantea la instalación de una caldera de biomasa que sustituya el uso de gasóleo para calefacción y agua caliente, así como de un sistema de producción de energía solar y la sustitución de los vehículos del observatorio por coches eléctricos.
Inversión y ahorro
Según señala en declaraciones a Innovaspain Marco Azzaro, gestor del proyecto, este mes se espera firmar el contrato con la empresa adjudicataria del parque fotovoltáico y, si no hay contratiempos, los trabajos podrían empezar en abril. El periodo de licitación de la caldera se ha abierto recientemente, por lo que su instalación se prevé para junio. Por último, los coches eléctricos ya los tienen disponibles desde hace un año. El presupuesto total del proyecto es de unos 914.000 euros.
Los responsables del observatorio calculan que el uso de biomasa supondrá un ahorro anual de 33000 euros con respecto al coste actual, lo que se sumará al ahorro que implicará el autoconsumo a través del sistema de placas fotovoltaicas.
Con este último se quieren cubrir las necesidades de las instalaciones en los periodos diurnos, los más costosos de las tarifas energéticas. Con la implementación de estas medidas se evitan las pérdidas debidas al transporte de energía, se aumenta la independencia de las compañías eléctricas y se reducen las emisiones de dióxido de carbono generadas en las centrales productoras, añaden.
Modelo de gestión
“Debido a las características particulares de los entornos que rodean a los observatorios astronómicos profesionales, los gastos de electricidad y combustible son elevados”, señala Jesús Aceituno, director del observatorio e investigador principal del proyecto.
Y añade: “Con la implementación de la Isla Energética de Calar Alto pretendemos ser un referente mundial para otros observatorios profesionales como modelo de gestión que ayude al medio ambiente, con una reducción estimada de ciento sesenta toneladas de dióxido de carbono y la consecuente optimización de los gastos asociados”.
En alta montaña
“Este proyecto busca, por un lado, optimizar la manera en que consumimos y producimos energía en el observatorio y, por otro, demostrar que es posible garantizar el suministro energético en condiciones climatológicas extremas en una instalación de alta tecnología, en alta montaña, generando a la vez ahorro y reduciendo enormemente el impacto ambiental”, apunta Marco Azzaro, gestor del proyecto.
El proyecto está financiado por el programa FEDER con referencia ICTS2017-07-CAHA-4 y el programa de ayuda a ICTS del subprograma estatal de infraestructuras científicas y técnica y equipamiento con referencia CAHA-16-CE-3978.
El Observatorio Astronómico de Calar Alto es una de las infraestructuras pertenecientes al Mapa Nacional de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS), aprobado el 6 de noviembre de 2018 por el Consejo de Política Científica, Tecnológica y de Innovación.