Bajo la premisa de que ningún niño ucraniano pierda las clases, Odilo ha movilizado a la industria EdTech a través del movimiento #EdTechStandsWithUkraine. Hasta la fecha, lo componen más de 500 voluntarios, 30 editoriales y 3.300 recursos digitales. Teniendo en cuenta que el conflicto comenzó oficialmente el pasado con el despliegue de tropas rusas en Ucrania, en apenas dos meses se ha montado una infraestructura preparada para mantener el aprendizaje en los niños.
Como cuenta Fátima Bigeriego, Strategic Partnership Manager de Odilo, el proyecto “estuvo listo en solo dos semanas”. Lo achaca a la solución tecnológica de la compañía que, junto a las capacidades de aprendizaje de todo el equipo, ayudaron a actuar “de manera muy rápida”. La experiencia a sus espaldas ya vino con la pandemia y ahora se repite con la guerra en Ucrania.
Esta iniciativa, sin ánimo de lucro, permite que niños refugiados y sus familias aprendan el idioma y la cultura de los países de acogida de forma interactiva. Y además mantengan el programa educativo en su idioma natal.
Según Bigeriego, la duración de #EdtechStandsWithUkraine va acorde al curso escolar ucraniano. Al actuar como “un complemento al programa curricular”, se ciñe a las fechas preestablecidas al inicio del curso. Por tanto, la iniciativa se centra –en su primera parte– en que el niño se adapte “al nuevo entorno”. Para eliminar la “fricción” se lleva a cabo un proceso de “asimilación cultural” para aprender la nueva cultura o el idioma, entre otros aspectos.
Mientras que la segunda parte del proyecto prevé crear “experiencias de aprendizaje”, como clases virtuales “compatibles” con los horarios del colegio en los países de acogida. Si bien es cierto que esta fase comenzará “para el último trimestre del año”.
Entretenimiento para “desconectar” de la guerra
En la segunda parte de #EdtechStandsWithUkraine será fundamental la colaboración con los “socios ucranianos” de la plataforma. Porque se tenderá hacia una mayor personalización, posible gracias a la tecnología que utiliza Odilo. “Permite realizar un perfilado inteligente a cada uno de los usuarios basándonos en datos y que toma en cuenta, por ejemplo, la edad del niño y su nivel de aprendizaje”, explica.
Más allá de la parte meramente académica, el proyecto proporciona un espacio de entretenimiento que permita a los niños “desconectar” de la “constante” información que reciben sobre la guerra. Es mediante una plataforma digital de libre acceso donde pueden acceder a recursos multiformato. El objetivo es que los “niños refugiados y sus familias” disfruten de un espacio que les acabe aportando “tranquilidad y calma”.
Aunque el punto fuerte es la parte educativa, se trata de abarcar todos los ámbitos que se han visto afectados en la vida de los niños. Por eso, también se da la posibilidad de establecer conexiones con otros estudiantes en su misma situación para “crear comunidad”.
Si la iniciativa se ha podido hacer realidad es también por el respaldo de diversos actores del sector educativo. Detrás están asociaciones como Todos con Ucrania, Emergency Home, BUE y la Asociación Ucraniana de Madrid, entre otras. También se han sumado otras como la asociación de voluntarios de profesores ucranianos y de voluntarios refugiados. Además, completan el movimiento ministerios de educación o bibliotecas nacionales y municipales de Europa como eBiblioCAT.
Más de 3.300 recursos digitales a disposición de los refugiados ucranianos
A través de una plataforma inteligente, los menores refugiados pueden acceder de forma gratuita a miles de recursos digitales multiformato. En este espacio se concentran, según reza la nota de prensa de la iniciativa, “los mejores proveedores de todo el mundo”.
De hecho, varias editoriales ucranianas ya colaboran con la iniciativa para la incorporación de contenido digital y derechos de impresión. #EdTechStandsWithUkraine opera como un hub que permite que hoy más de 30 editores del país continúen en activo gracias a la impresión bajo demanda.
“Efectivamente estamos en conversaciones con 30 editores”, corrobora Bigeriego, que matiza que el alcance que se está consiguiendo “es mucho mayor”. “Para nosotros, nuestra solución no tiene barreras para conectar y ayudar a colegios, instituciones y bibliotecas en Europa como sea necesario”, añade. Y recuerda que el tipo y número de títulos irán en función de las “necesidades de consumo” de niños, profesores y familias.
Como demuestra que el marketplace habilitado en la plataforma acabe de recibir una solicitud para imprimir 1.000 copias de 14 títulos de la editorial ucraniana The Old Lion Publishing House.
En definitiva, como declaró una de las colaboradoras con #EdtechStandsWithUkraine, Liliya Hlushko, la iniciativa es “necesaria” porque permite a niños y familias “continuar con su educación”.