Fundación Orange ha celebrado su 25º aniversario en España. Un cuarto de siglo dedicado a la transformación digital, por lo que, junto a la consultora Nae, ha presentado el informe ‘Impacto de la transformación digital en España: 1998-2023’, donde hablan de este proceso con datos concretos, además de los “debes” que todavía tiene el país.
En la presentación estuvo presente Daniel Morales, director de Sostenibilidad de Orange y de la Fundación Orange, que declaró que su institución tiene “un papel humilde pero decidido”. Según él, “somos una Fundación pequeña -dentro del contexto- y la digitalización se debe a muchos factores: la colaboración público-privada, la enorme inversión de las empresas de telecomunicaciones y la labor de las organizaciones sin ánimo de lucro. Sin embargo, aún existen brechas digitales como la rural, por edad o género. Hoy, casi el 36% de la población española no cuenta con competencias digitales básicas”.
Y es que, como explicó, “en este proceso de vertiginoso avance, algunos grupos sociales no han podido -y siguen sin poder- disfrutar de los beneficios que esta digitalización ofrece a la hora de encontrar un trabajo de calidad o simplemente desenvolverse en entornos cada vez más tecnológicos”. Por lo que la inclusión digital sigue siendo, para la Fundación Orange, “el gran reto en el que debemos trabajar juntas empresas, entidades sin ánimo de lucro y administraciones públicas si queremos culminar este proceso de modernización de nuestro país”
Principales datos
Antes de hablar de las brechas digitales que señaló Morales, cabe destacar los principales datos de la digitalización en España en este cuarto de siglo. Por ejemplo, que España se ha situado como uno de los principales líderes digitales europeos. “En el periodo 2017-2022, España ha avanzado posiciones, llegando a ocupar la 7ª posición, situándose por delante de países como Francia (12ª), Alemania (13ª) o Italia (18ª)”. Solo es superada por los países nórdicos (Finlandia, Dinamarca, Suecia), Países Bajos, Irlanda y Malta.
Por otro lado, y siempre gracias al impulso de las telecomunicaciones -según Fundación Orange-, la transformación digital ha contribuido con 7.500 millones de euros anuales al PIB nacional solo durante el periodo 2013-2018. “Todo ello, fruto de las elevadas inversiones realizadas de forma continua por las empresas del sector que, desde 1998, han dedicado una inversión media anual que supera los 5.500 millones de euros”.
Morales subraya en el informe que España ha contado en estos años “con diversos condicionantes que podrían haber limitado la expansión de las tecnologías y servicios digitales. Uno de ellos es la propia orografía. Nuestro país es el segundo país más extenso de la Unión Europea y uno de los más montañosos, lo que ha supuesto todo un desafío para el despliegue de las infraestructuras de telecomunicaciones, base de la digitalización. A pesar de ello, nuestro país se encuentra entre los líderes en despliegue de redes de banda ancha”.
Y así lo corrobora la OCDE que, en el caso del porcentaje de accesos de fibra respecto al total de accesos de banda ancha, sitúa a España en la 3ª posición mundial, solo superada por Corea del Sur y Japón. Asimismo, a nivel europeo, lidera el ranking de países con mayor porcentaje de hogares que disponen de conexiones fijas de banda ancha de al menos 100 Mbps.
Problemas pasados y presentes
“Es importante considerar que España tiene una distribución de población compleja”, indica el representante de Orange en el informe. “Si a nivel nacional la densidad de población puede considerarse baja en relación con los países de nuestro entorno, nos encontramos con grandes concentraciones de población en zonas urbanas junto con pequeños núcleos poblacionales muy dispersos a los 2021 que también es necesario facilitar el acceso a los servicios digitales”.
Además, España se caracteriza por grandes movimientos estacionales de población, como los que se producen todos los veranos en el levante. Otro condicionante es el progresivo envejecimiento de la población que, “aunque no es un fenómeno exclusivo de nuestro país, sí se percibe de forma más clara al ser uno de los países europeos con mayor esperanza de vida y con menor tasa de fertilidad".
En el caso de los mayores de 74 años, la brecha respecto al porcentaje de usuarios global es muy superior, llegando a los 58 puntos en 2022. “Esta brecha tiene una dificultad añadida respecto al resto, y es que, más allá de dotar a los mayores de dispositivos o conectividad, la solución pasa por la capacitación en servicios digitales y hacerles ver las ventajas de su uso. De otro modo, es posible que la desconexión continúe”, añadió Morales, esta vez, en el acto de presentación del informe.
Más brechas
En general, solo el 64,2% de la población española cuenta con competencias digitales básicas, un porcentaje lejano del objetivo planteado por la Comisión Europea: al menos el 80% de la población debe disponer de dichas competencias.
Del mismo modo, la brecha digital entre el ámbito urbano y el rural ha pasado del 18% en 2004 al 4% en 2022. Esta reducción de la brecha, junto con el incremento de las velocidades de conexión en las zonas rurales, tiene un efecto positivo en la reducción de la despoblación de la zonas rurales de España. Además, los usuarios diarios de internet han pasado del 16,1% en 2003 al 87,1% en 2022, y la brecha digital en el acceso a internet en función de la edad se ha reducido de forma considerable en los últimos años, pasando de los 50,5 puntos en 2012 a los 18 puntos en 2022.
Otra brecha de acceso que era muy evidente en los inicios de la digitalización de nuestro país, la de género, es ahora prácticamente inexistente. Si en los primeros años del siglo el porcentaje de hombres usuarios de internet superaba en 9 puntos al de mujeres, en 2022 no existe ninguna diferencia. “No obstante, esto no quiere decir que la brecha de género haya desaparecido por completo, sobre todo en la participación de la mujer en el diseño y construcción del universo digital”.