Investigadoras de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) están llevando a cabo un estudio pionero que pretende analizar cómo las diferencias morfológicas entre hombres y mujeres pueden influir en la eficacia de los sistemas de seguridad vial, entre ellos los cinturones de seguridad. El objetivo es el desarrollo de sistemas de seguridad más inclusivos. Financiado por la Comunidad de Madrid, el proyecto “ORIGEN: oportunidades para la reflexión e investigación de género en la seguridad vial”, busca aumentar la protección de los ocupantes de los vehículos sin distinguir géneros.
Una de las investigadoras implicadas en este trabajo es la ingeniera Silvia Santos. La integrante del Departamento de Ingeniería Mecánica de la UC3M, explica a Innovaspain que hasta la fecha no se habían llevado a cabo estudios sobre cómo las diferencias de género pueden influir en la seguridad vial. “Existen investigaciones previas que prestan atención a las lesiones provocadas por frenados o a la eficacia de los sistemas de seguridad vial. El problema es que gran parte se basan en modelos masculinos. En muchas ocasiones, se utiliza el modelo masculino que refleja solo el percentil 50, por lo que la población masculina tampoco está ni representada ni estudiada convenientemente”.
Santos suma otras problemáticas. La mayoría de estudios han sido realizados con cadáveres; carentes de tensión muscular, lo que hace imposible analizar ciertas respuestas. Los dummies -muñecos antropomórficos- tampoco son una buena alternativa, ya que son mucho más rígidos que el cuerpo humano, y comparten carencias con los modelos virtuales: la biofidelidad es muy limitada como para obtener una representación realista de las reacciones del cuerpo humano.
Más información, mejores decisiones
En este contexto, ORIGEN trata de cerrar distintas brechas. Por un lado, Silvia Santos y el resto del equipo del proyecto esperan lograr una alta participación (confían en llegar al centenar) de mujeres en el estudio y, por tanto, manejar una amplia variedad antropométrica. “Será la vía para conocer la respuesta muscular y cinemática de pasajeras en distintas casuísticas”. De este modo, llevarán a cabo pruebas durante un frenado de emergencia con y sin cinturón de seguridad, viajando a favor y en contra de la marcha, con y sin aviso previo del instante de frenado (lo que se traduce en una tensión previa o no de los músculos antes de ese momento).
La investigadora avanza que la cantidad de información generada será amplia. “Incrementaremos el conocimiento actual sobre el comportamiento femenino en este campo. También obtendremos nuevos datos de la influencia de la variable de género en el riesgo de lesión (fundamentalmente el latigazo cervical, muy vinculado a los frenazos) y en la eficacia de los sistemas de seguridad, con el foco en el cinturón. Trabajaremos con personas voluntarias, por lo que la biofidelidad está asegurada”.
Aplicación práctica
A lo largo de la investigación, las responsables de ORIGEN creen que es factible lograr el desarrollo de un modelo de predicción del comportamiento del pasajero capaz de estimar el riesgo de lesión en función de diferentes situaciones. “Podría ser objeto de patente”, añade Silvia Santos.
Los datos obtenidos en los experimentos que llevarán a cabo en los próximos meses serán analizados con inteligencia artificial. A través de redes neuronales, detectarán y predecirán esos comportamientos. No es descabellado pensar que esta información tan valiosa sería trasladable a los sistemas electrónicos de los sistemas de seguridad o sistemas ADAS embarcados en los vehículos convencionales, o a los vehículos autónomos.
Respecto a estos últimos, Silvia Santos opina que ORIGEN es un estudio de utilidad dada la opción de determinados vehículos autónomos de viajar en contra de la marcha o incluso sin cinturón si circulan a baja velocidad. “En el futuro, prevén evitar el impacto gracias a sensores, aunque los frenazos bruscos pueden seguir dándose”. La ingeniera aclara que no hay que irse muy lejos en el tiempo para que lo aprendido en este punto sea provechoso. “Tanto viajar a contramarcha como sin cinturón de seguridad son situaciones que todas y todos vivimos en el transporte público”.
Lo próximo
El proyecto siembra la semilla de futuras investigaciones. “Crearemos una gran base de datos cinemáticos y articulares de una muestra de población con diversidad antropométrica. Será accesible a toda la comunidad investigadora en seguridad vial. La idea es mejorar continuamente los sistemas de seguridad vial, y hacerla más inclusiva para todos y todas, al margen de las características físicas”.
Respecto a los siguientes pasos, incluyendo la posible implicación de las autoridades públicas y regulatorias, Silvia Santos vaticina que con ORIGEN sucedería algo parecido a lo que ha ocurrido con otros precedentes. “Los nuevos sistemas de seguridad vial, aunque demuestren que disminuyen el riesgo de lesión, suelen implantarse en los vehículos únicamente como sistemas opcionales de alto coste. Es en una segunda fase cuando entra en escena la normativa. Los reguladores actúan: reconocen oficialmente las mejoras y obligan a los fabricantes a incorporar de serie los nuevos sistemas ADAS. Solo entonces tienen un impacto amplio en la siniestralidad”.