Ha dedicado gran parte de su vida profesional al mundo de la asesoría en temas de salud. Durante más de 8 años, Oriol Fuertes ha asesorado a gobiernos de todo el mundo desde McKinsey & Company, desde gobiernos regionales y nacionales en su estrategia sanitaria, hasta la industria MedTech en su estrategia comercial internacional. Además, trabajó en la Secretaría General de Sanidad de la Generalitat de Cataluña, en el mandato de Boi Ruiz como consejero de dicho departamento. Desde hace poco más de un año y medio, invierte toda su pasión en Qida, la empresa de atención domiciliaria que pretende cambiar la vida de la gente mayor y dependiente, y mejorar el mundo.
1. A lo largo de su trayectoria profesional, ¿qué decisión ha tomado que haya tenido como consecuencia un mayor grado de innovación?
La decisión de crear QIDA representa, sin lugar a dudas, el momento de mi vida que tuvo mayor impacto en la innovación. En QIDA estamos cambiando dos cosas. La primera, la forma como la gente mayor vive más tiempo, en más buena salud, en casa. La segunda, devolviendo el estatus social al colectivo de cuidadores y cuidadoras.
Ambos elementos tienen componentes de innovación disruptivos. Por ejemplo, en QIDA estamos creando algoritmos avanzados de matching entre cuidador profesional y usuarios del servicio que tienen en cuanta más de 25 variables sociodemográficas y sociales para asegurar que la persona seleccionada encaja con la persona a cuidar.
Otro ejemplo, es la creación de la app de QIDA, que permite al entorno familiar saber cómo está su padre o madre en todo momento, con elementos tan claves como saber cómo está de estado de ánimo o si se ha tomado la medicación.
Finalmente, otro buen ejemplo, es como a través de la app de cuidadores formaremos a los profesionales, un colectivo que hay que poner en valor y empoderar.
En QIDA estamos innovando desde el minuto uno porque queremos crear un mundo mejor dónde la tecnología nos haga más humanos, mejores profesionales y más cercanos a nuestros familiares
2. ¿Cuáles son las claves para culminar con éxito un proceso innovador?
Para mí hay tres elementos. El primero, saber cuál es el objetivo de la innovación. Vemos constantemente procesos de innovación que proponen una solución en busca de un problema. El segundo es la sencillez. La gente quiere cosas fáciles de entender, de usar y que generen valor distintivo. El tercero es un equipo multidisciplinar. Tener en el equipo personas que entiendan al usuario es igual de importante que las personas que están desarrollando la innovación a nivel técnico.
Dicho esto, innovar es un reto y más si la innovación es no sólo tecnológica, sino también de modelo de negocio. En QIDA, en un año, hemos hecho más de 150 000 horas de atención domiciliaria, y creado más de 400 puestos de trabajo, pero el reto es enorme y la capacidad de constancia es, sin duda, un cuarto ingrediente necesario para el éxito.
3. Tres consejos para quienes estén dispuestos a abordar cambios, acciones o procesos innovadores en su empresa o entorno.
Primero, piensa en grande. Vivimos una vida, así que mejor usarla para algo que haga la vida de los demás mejor. Por lo tanto, mi consejo es pensar en grande y dedicar las horas de innovación a algo que sea relevante para la sociedad, que solucione alguno de los retos macro más importantes que tenemos como sociedad (el hambre, el cambio climático, el envejecimiento y la sostenibilidad del sistema sanitario o social, la educación, etc)
Segundo, hazlo sencillo (Keep it simple!). Pensar en grande no significa hacerlo complejo, significa querer solucionar un elemento macro relevante. Ahora bien, en mi opinión, la solución debe ser sencilla e ir de manera incremental (con productos mínimo-viables y construyendo sobre bases sólidas).
Tercero, disfruta el proceso. El proceso es arduo y complejo, pero es un camino increíble. Saberlo disfrutar es parte una capacidad necesaria
4. ¿Cuál es, a su juicio, la mayor innovación que ha tenido lugar en los últimos 50 años en todos los ámbitos?
En mi humilde opinión, la mayor innovación es la creación del internet y toda la revolución digital que ha venido detrás. Dicha revolución está cambiando todo el proceso, desde cómo interactuamos entre nosotros a cómo compramos o cómo cuidamos de nuestra salud. Absolutamente todos los procesos vitales y habituales están siendo cambiados, de manera radical.